El desastre después del desastre
Los expertos advierten sobre las consecuencias ambientales y sociales que dejará el fuego. Ahora, la situación más preocupante se centra en Córdoba y San Luis.
Los incendios arrasaron ya 430 mil hectáreas en todo el país. Hay focos en nueve provincias. Los expertos advierten sobre las consecuencias ambientales y sociales
por ciento de los casos. En su visita a San Luis, el ministro Cabandié aseguró que “los Estados apagamos los incendios pero, como sucede muchas veces, luego se vuelven a encender. Ahí es la justicia la que tiene que actuar”. Además, el funcionario detalló que “hay distintas situaciones, a veces es lo ganadero, lo agrícola o lo inmobiliario, en la mayoría de los casos hay intencionalidad”. En este sentido, el funcionario celebró el proyecto de ley presentado en el Cogreso por el diputado Máximo Kirchner que apunta a prohibir modificaciones en la utilización de los suelos en los bosques nativos afectados por incendios.
A San Luis, donde se registran focos activos en Papagayo, El Morro y Carpintería, este domingo llegaron 76 brigadistas nacionales y 2 aviones hidrantes. Además de San Luis, hay otras ocho provincias con incendios: Córdoba,
Jujuy, Catamarca, Misiones, Salta, Tucumán, Formosa y Chaco. En Córdoba, donde la situación es crítica desde hace más de una semana, hay focos en las serranías del noroeste provincial, entre el Valle de Punilla y Cruz del Eje, y también en los montes del sur en el departamento de Río
Cuarto. Este domingo las condiciones climáticas fueron más favorables. Según un comunicado oficial del Gobierno de Córdoba, hubo un “alto porcentaje de humedad, cielo parcialmente nublado y un marcado descenso de la temperatura”.
El registro del SNMF indica que desde enero hasta el 15 de septiembre de este año, es decir, sin contar los grandes incendios de las últimas semanas, en Argentina se quemaron 434.975 hectáreas en 22 provincias. “En los últimos treinta años Argentina pasó a estar entre los diez países del mundo que más desforestó”, señaló Folguera y agregó que “en términos ambientales nada bueno puede surgir de esto. La consecuencia más directa es la perdida de biodiversidad, pero también genera efectos a mediano y largo plazo”.
Para el especialista lo que se vive es una “espiral” de destrucción ambiental: “Según el Servicio
Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), los incendios son producidos por intervenciones humanas en el 95 por ciento de los casos.os en un espiral. La destrucción ambiental produce nuevos desgastes que lo único que hacen es intensificar los desastres. Ahora mismo hay un mapa de sequías que a su vez predice inundaciones en unos meses. En uno, dos, cinco años todo esto se intensificará”.
En este sentido, Folguera cree que habrá “un incremento productivista, algunos sectores ven estas cuestiones como oportunidades, es muy probable que los territorios quemados tomen forma de soja, vacas o negocios inmobiliarios”. A su vez, el doctor en Ciencias Biológicas explicó que este proceso también repercutirá en los “procesos demográficos, hay políticas de despoblamiento porque cada vez es más difícil vivir en pequeños poblados”.
Del total de hectáreas quemadas a lo largo del año, la zona de las islas del Delta del Paraná fue las más afectada y solo en el territorio entrerriano se incendiaron 165.108 hectáreas. Según informó el Ministerio de Ambiente este domingo, ya no hay focos activos en las islas. Sin embargo, durante el año los incendios en esta zona se han apagado más de una vez y siempre se volvieron a encender.
“En el Delta lo primero que necesitamos es que llueva y las perspectivas vienen mal, se está formando un ambiente más seco porque las perspectivas de recuperación de la cuenca del Paraná son lentas”, explicó Bo, especialista en Ecología de Humedales, y agregó que “si viniera una creciente, el Paraná trae semillas y el sistema se recicla, pero si eso no pasa va a tardar mucho en recuperarse”.
Además, el especialista detalló que “la magnitud y la duración de los fuegos hace que la situación sea muy problemática. Un pajonal quemado en el Delta se recupera en función de cuánto duró el fuego y cuán intenso fue. Si el fuego estuvo mucho tiempo y actuó constantemente se puede quemar la materia orgánica del suelo y la capacidad de recuperarse es menor. Este año las llamas llevan una duración enorme, hace diez meses que hay fuego en las islas y hay lugares que se quemaron más de una vez. Veo complicada la recuperación porque hay sectores en que se destruyó toda la capa orgánica”.
En cuanto a la situación de Córdoba, el especialista aseguró que “se quemaron áreas que antes no se quemaban y no es lo mismo recuperar un bosque que un pajonal”. En este sentido, Bo explicó que, en los bosques con mucha biodiversidad, “cuando se quema aparecen árboles exóticos y volvés a tener un bosque pero distinto, con componentes que no son naturales ni originales” y añadió que “para ver el típico paisaje del bosquecito de Córdoba o recuperar un bosque ribereño en el Paraná van a pasar años”.
“Para ver el típico paisaje del bosquecito de Córdoba o recuperar un bosque ribereño en el Paraná van a pasar años.” Roberto Bo
“En términos ambientales todo está conectado: cuando se incendia el Amazonas impacta en Argentina.” Guillermo Folguera