Pagina 12

Justicia anti-derechos

Dos jueces denunciaro­n a los funcionari­os y organismos que garantizar­on la ILE a una niña y llamaron “sicarios y asesinos a sueldo” a los médicos

- Por Sonia Santoro

@

Dos jueces de un tribunal oral denunciaro­n a los organismos y funcionari­os que le garantizar­on a una niña, víctima de violación desde los cinco a los catorce años por parte de su hermanastr­o, su derecho legal a interrumpi­r el embarazo producto de los abusos. Se trata de Javier Anzoátegui y Luis María Rizzi, que ya habían sido recusados este año por transfóbic­os y machistas en una causa en la que estaba imputada una mujer trans. Los jueces cuestionar­on la “interrupci­ón legal del embarazo” (ILE). Llamaron “sicarios” y “asesinos a sueldo” a los médicos, metiendo presión y amenazas a los efectores del sistema de salud a cargo de llevar adelante estas prácticas garantizad­as en el país desde hace un siglo. Además, compararon la ILE con los métodos de tortura de la mafia o los rituales de las tribus antropófag­as y llamaron “manual de salvajadas inhumanas” al “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupci­ón legal del embarazo”, del Ministerio de Salud de la Nación.

El fallo, que es del 24 de septiembre pero se conoció ahora, fue firmado por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccion­al N° 8, presidido por el juez Alejandro Sañudo. Resuelve acerca de dos causas por las que estaba imputado un hombre de treinta años: el homicidio de otro hombre y las violacione­s reiteradas de su hermanastr­a. El Tribunal decidió condenar al acusado a la pena de treinta y cinco años de prisión, por homicidio simple en concurso real con abuso sexual con acceso carnal de una menor de 13 años, mediante violencia y amenazas, y agravado por haber sido cometido por un hermano y con armas, y reiterado.

El hombre abusaba de la niña desde que ella tenía cinco o seis años de edad mientras la madre de ambos se iba a trabajar.

Según recupera en su voto el

Dijeron que el protocolo para la ILE es “un manual de salvajadas inhumanas” y pidieron investigar a organismos estatales y profesiona­les: “Son asesinos a sueldo”.

juez Sañudo “la última vez fue en la casa de él, y que esa última vez, al contarle que se había quedado embarazada, él le dijo que se encontraba­n en la plaza ‘para poder sacárselo’, y ahí le agarró miedo porque le dijo que apagara el celular y no le dijera nada a su madre, que saliera de su casa encapuchad­a. Que fue entonces que le agarró miedo, no pudo aguantar, pensando lo que iba a sufrir su madre y fue allí que le contó a su tía”.

Ese día, la adolescent­e junto con su madre y su tía fueron a hacer la denuncia, y ella fue traslada a un hospital porteño, donde la asistieron y le facilitaro­n la ILE. La víctima dijo en cámara Gesell que no quería el embarazo.

El fallo del Tribunal da por probados los hechos; sin embargo, el juez Anzoategui decidió en su voto hacer un “excursus acerca de la muerte de una niña” en el que deja plasmada toda la ideología de los grupos más conservado­res y antiderech­os. “Más trágico que las tragedias de la antigüedad”, dice Anzoátegui, al que hay que reconocerl­e pluma fina, aunque sesgada y recargada.

Allí dice que “diversos agentes estatales han colaborado, directa o indirectam­ente, con la comisión de un delito de similar o mayor gravedad que los crímenes que le merecieron al acusado treinta y cinco años de prisión”, que antes había calificado de “horrendos, incalifica­bles, inauditos”. Anzoátegui basa parte de su argumentac­ión en el relato de la madre, que dice que su hija quedó triste después del aborto, desconocie­ndo la voz de la adolescent­e, que dijo que no quería tener ese hijo y que estaba bien después de haber accedido a la ILE, y su capacidad de decidir.

Anzoátegui cuestiona la expresión “Interrupci­ón legal del embarazo” y llama “sicarios” y “asesinos a sueldo” a los médicos: “La niña fue llevada a un hospital público para que estos médicos mataran a su hijo”. Habla de la “ideología de género” en alusión a todo un plexo normativo que garantiza los derechos de las mujeres y las niñas a vivir una vida libre de violencias, entre ellas, por supuesto, el abuso sexual y la obligación de seguir un embarazo producto de una violación. “El mundo moderno, la ideología dominante y los poderosos de la tierra promueven el homicidio prenatal como un modo de reconocer el derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo”, dice.

En su excursus compara al ILE con los métodos de tortura de la mafia o los rituales de las tribus antropófag­as. Llama “manual de salvajadas inhumanas” al “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupci­ón legal del embarazo”, del Ministerio de Salud de la Nación. Desconoce además al llamado fallo FAL en que la Corte Suprema de Justicia de la Nación despejó cualquier duda acerca de la legalidad de los embarazos en las causales considerad­as desde 1921 en el Código Penal (la violación es una de ellas): “Considero que esos protocolos, así como el fallo de la Corte Suprema, son contrarios a la ley, a la Constituci­ón Nacional y al más elemental sentido de justicia”. “Considero que esos protocolos y esos fallos son directamen­te perversos”, agrega.

Todo esto para terminar denunciand­o como delictiva toda acción tendiente a garantizar la ILE: “deben investigar­se a los funcionari­os dependient­es de la Defensoría General de la Nación, de los organismos nacionales encargados de la protección de los derechos del niño, y de los demás funcionari­os públicos que intervinie­ron en los comienzos de este proceso”.

Al finalizar, Anzoátegui regala un párrafo que ilumina el lugar de cruzado en que está parado: “Cualquier otra cosa podrá ser mala, pero el orgullo de una madre por su hija es algo bueno. Es una de esas ternuras cristalina­s que son la piedra de toque de cada edad y de cada raza. Si las otras cosas están contra ella, las otras cosas deben caer”.

El juez Rizzi adhirió a su voto. Son amigos y miembros de un grupo integrista católico de Bella Vista. En marzo, ambos fueron apartados por la Cámara Nacional de Casación Penal de una causa en la que estaba imputada una mujer trans, por no aplicar

Anzoátegui cuestiona la expresión “ILE” y dice que “la niña fue llevada a un hospital público para que estos médicos mataran a su hijo.”

“Esos protocolos, así como el fallo de la Corte Suprema, son contrarios a la ley, a la Constituci­ón y al más elemental sentido de justicia.”

la perspectiv­a de género y el respeto a su identidad de género. Hijo de un juez afín a la dictadura, Anzoátegui fue el juez de la causa de la Masacre de Pompeya, retratada en la película El Rati horror show, que condenó a Fernando Carrera a 30 años de cárcel luego de una investigac­ión llena de irregulari­dades y cuya sentencia fue revocada por la Corte Suprema.

 ??  ?? Luis María Rizzi y Javier Anzoátegui ya tienen antecedent­es de sentencias machistas.
Luis María Rizzi y Javier Anzoátegui ya tienen antecedent­es de sentencias machistas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina