Una carta para postularse como la víctima suprema
El titular de la Corte cuestionó el pedido de juicio político en su contra
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Sin respaldo público de sus colegas, el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, difundió un texto donde cuestiona el pedido de juicio político que presentó en su contra la diputada Vanesa Siley por demorar causas de lesa humanidad y por no convocar a la Comisión Interpoderes –dependiente del alto tribunal– y que no fue citada durante casi los cuatro años de macrismo. Siley resaltó que Ronsenkrantz mandó invitaciones para activar la comisión recién la semana pasada, después de que ella presentara un nuevo pedido de remoción.
Rosenkrantz escribió un largo texto para denunciar que estaba siendo “blanco de una campaña de desprestigio en distintas publicaciones y de parte de distintas personalidades”. Para eso, mezcló el pedido de juicio político presentado el 25 de septiembre por Siley –anclado en su actuación frente a causas por crímenes de lesa humanidad– con otras denuncias que se le presentaron en el fuero penal. Por ejemplo, una por la supuesta tenencia de 71 cuentas offshore y otra por una quiebra fraudulenta.
En concreto, Siley retomó el pedido de juicio político que se había presentado en su contra en 2017 después de que motorizara el fallo que habilitaba el cálculo del 2x1 para criminales de lesa humanidad. “No es que no nos gustan las sentencias de Rosenkrantz, sino que en los casos de lesa humanidad escribe sentencias contrarias al derecho vigente”, respondió la diputada Siley en una entrevista con El Destape
Carlos Rosenkrantz difundió un texto en el que se consideró “blanco de una campaña de desprestigio”. La presentación de la diputada Siley es anterior al per saltum. Las demoras del juez en las causas de derechos humanos.
Radio. Para ella, la clave es que Rosenkrantz sostuvo su voto en favor del 2x1 aun cuando el Congreso votó una ley que aclaraba expresamente que los delitos de lesa humanidad no podían ser objeto de beneficios como el que él había contemplado para el represor del Hospital Posadas Luis Muiña. Rosenkrantz mantuvo los mismos argumentos en 2018 cuando la Corte revirtió su doctrina en el caso del 2x1 en el caso de Rufino Batalla, un represor condenado por crímenes en el centro clandestino conocido como La Cacha. “Cuando hablamos de delitos de lesa humanidad y genocidio esas penas no pueden tener amnistía ni conmutación”, agregó la diputada del Frente de Todes.
Siley le achaca también a Rosenkrantz haber dormido la causa vinculada al ingenio Ledesma, un emblema de la responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad. Según el supremo, la causa dejó de estar en sus manos en noviembre de 2019 y estuvo
“En los casos de lesa humanidad, Rosenkrantz escribe sentencias contrarias al derecho vigente”, explicó Vanesa Siley.
sólo un 10 por ciento de los más de cinco años que pasó en la Corte para definir si estuvieron bien anulados los procesamientos de los directivos Carlos Pedro Tadeo Blaquier y Alberto Lemos. En una de las vocalías de la Corte le apuntan al presidente supremo por la demora y en otra se hacen los distraídos.
Eva Arroyo, referente de HIJOS Jujuy, intenta ponerle humor a la demora que hace que la posibilidad de juzgar a los presuntos responsables económicos del genocidio se les empiece a escurrir entre los dedos. “La causa está por terminar el jardín en la Corte”, le dice Arroyo a PáginaI12. “En este juicio que se está dirimiendo en Jujuy (que comenzó en 2018) deberían estar Lemos y Blaquier, pero no están porque la Corte no resuelve nuestros pedidos. Todos sabemos que Carlos Rosenkrantz es el abogado del poder económico y que es absolutamente intencional la demora en la Corte”, agregó Arroyo.
En septiembre de 2019, HIJOS Jujuy presentó dos pedidos de pronto despacho para que la Corte resuelva el tema. En julio de este año, hizo lo mismo la Secretaría de Derechos Humanos. A diferencia de los jueces atornillados en Comodoro Py, el caso que involucra secuestros y desapariciones sucedidas hace 44 años no fue planteado como un tema de urgencia ni de gravedad institucional por el presidente de la Corte.
Las miradas apuntan a Rosenkrantz por sus vínculos con la familia Blaquier, un tema que surgió antes de que llegara a la Corte. Cuando defendió su nominación en el Senado, Anabel Fernández Sagasti le consultó por esta relación y él dijo que tenía trato con Nelly Arrieta de Blaquier, casualmente la esposa de Carlos Pedro Tadeo y la verdadera heredera del ingenio, porque era una generosa donante en la Universidad de San Andrés, que él dirigió hasta su llegada al alto tribunal. Su esposa, Agustina Cavanagh, integra la Fundación Cimientos, que según el Observatorio de las Élites Citra UMET Conicet está ligada al grupo Blaquier. En su descargo, Rosenkrantz dice que es “absurdo”, pero Siley sostiene que debió excusarse en esta causa tan sensible.
En el pedido de juicio político, Siley también agrega la reticencia de Rosenkrantz a convocar a la Comisión Interpoderes, que debe velar por la celeridad en los juicios de lesa humanidad. Esa comisión no se reúne desde 2016, pero el presidente de la Corte mandó las invitaciones a fines de la semana pasada para reunirse este jueves. Todo sucedió después de la presentación de Siley.