La tradición anual de la semana Nobel
de un antígeno fundamental para la detección de la Hepatitis B. Houghton, al frente del departamento de Virología de la Universidad de Alberta (Canadá), por su parte, aisló el genoma de ese patógeno a partir de una estrategia novedosa y lo denominó Hepatitis C. Rice (Centro de Estudios de la Hepatitis C de la Universidad Rockefeller, EE.UU.) difundió la evidencia que permitía aseverar que la existencia de tal virus correlacionaba con la emergencia de tal enfermedad. En esta línea, de manera complementaria, sus contribuciones dieron lugar a la creación de tests sanguíneos mucho más precisos que permitieron un diagnóstico más calibrado de la enfermedad y el diseño de drogas antivirales.
La importancia de los avances
“El descubrimiento de Hepatitis C fue muy importante ya que se trata de un virus que puede ocasionar graves problemas a la salud. Una vez que es adquirido, 8 de cada 10 personas desarrollan una infección crónica, es decir, muy prolongada en el tiempo, que puede desencadenar complicaciones muy graves de salud como cirrosis y cáncer hepático”, dice Leda Guzzi, médica infectóloga de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Y luego continúa: “Además de la transmisión por sangre (compartir agujas y otros elementos punzantes), se puede transmitir por vía sexual y perinatal (madre a hijo). El diagnóstico precoz es medular, tanto que si se realiza a tiempo, es una enfermedad tratable (con estrategias de muy baja toxicidad) gracias a los avances de la ciencia y en especial de estos tres referentes. Existe, hoy por hoy, una tasa de curación cercana al 100 por ciento. Todos los trabajos de esta envergadura mejoran las posibilidades de la vida humana en el planeta”.
Sin embargo, también es cierto
Tras la entrega este lunes del reconocimiento por los aportes en Medicina, el cronograma de la Fundación Nobel continuará el martes con el premio de Física (para el cual está en carrera el astrofísico argentino Julio Navarro, de acuerdo con la compañía de datos científicos Clarivate , que hace sus predicciones a partir del análisis de citas realizadas en Web of Science).
El miércoles 7 será el turno del reconocimiento a les investigadores que, a criterio de la Academia sueca, hayan realizado aportes sobresalientes en el campo de la Química.
El jueves será el turno del premio de Literatura, para el que suenan candidatas tan disímiles como Jamaica Kincaid y Joan Didion, junto con nominadas ya casi eternas como Joyce Carol Oates o Anne Carson (ver página 38).
El viernes, en tanto, se conocerá el nombre de quien resulte distinguide con el Nobel de la Paz, un rubro para el que, de acuerdo con las casas de apuestas, la Organizacion Mundial de la Salud va liderando las probabilidades de ganar, seguida por la activista ambientalista Greta Thunberg. Entre los ganadores más improbables, se encuentra el presidente norteamericano, Donald Trump, que efectivamente fue nominado y rankea en 12 a 1. La falta de candidatos claros para el rubro se explica, según el director del International Peace Research Institute, Dan Smith, en razón de que “no hay avances reales para la paz o acuerdos de paz” actualmente.
El lunes 12, finalmente, se dará a conocer el premio Sveriges Riksbank a las Ciencias Económicas, que no es estrictamente un Nobel pero sí se entrega en memoria del fundador de la tradición, Alfred Nobel, y se anuncia en la Academia Sueca.
En todo los casos, los nombres de las y los ganadores serán dados a conocer entre las 6 y las 8 de la mañana (hora de Argentina). Los anuncios se pueden seguir en vivo en la web de la Academia Sueca y en la del Premio Nobel.
Este año, excepcionalmente, la gala de entrega se suspendió por la crisis sanitaria global. De todos modos, evaluó el director de la Fundación Nobel, Lars Heikensten, “la pandemia es una gran crisis para la humanidad, pero ilustra lo importante que es la ciencia”.