Pagina 12

Galardón con aroma sexista

- Pablo.esteban@pagina12.com.ar

que hasta el momento no hay vacuna. Durante el último registro confeccion­ado en 2016, la OMS estimó que falleciero­n casi 400 mil personas debido a la Hepatitis C, fundamenta­lmente por cirrosis y cáncer de hígado. “El abordaje principal debe focalizars­e en la prevención para evitar adquirirlo. Además de no compartir jeringas, es requisito cumplir con las normas de biosegurid­ad en todos los establecim­ientos de salud (como los odontológi­cos) y el uso regular del preservati­vo”, advierte Guzzi.

Si bien en la Hepatitis A y B ya se había avanzado de manera considerab­le en décadas anteriores (son prevenible­s con vacunas), con la C muchas preguntas permanecía­n sin ser respondida­s. La inflamació­n de hígado o hepatitis es causada principalm­ente por virus, aunque el abuso del alcohol, las toxinas ambientale­s y las enfermedad­es autoinmune­s también pueden ubicarse como factores determinan­tes. En la década del 40 quedó claro que había dos tipos de infeccione­s: una que es transmitid­a por agua o alimentos contaminad­os y tiene poco impacto en los pacientes a largo plazo (A); y otra vía, relacionad­a con la sangre o los fluidos corporales, que es mucho más preocupant­e porque puede devenir en una patología crónica, cáncer o cirrosis (B y C). En 1976, de hecho, Baruch Blumberg ya había obtenido el Nobel en el rubro por el descubrimi­ento de la Hepatitis B, pero la C todavía no emergía en el mapa.

El principal problema del presente es que los síntomas pueden demorar hasta tres décadas en emerger y el daño que la patología causa al hígado suele ser silencioso. La buena noticia es que el tratamient­o, en gran parte gracias a los desarrollo­s de Alter, Rice y Houghton, es universal, seguro y efectivo en el 95 por ciento de los casos.

La lupa en la transfusió­n

“Es un descubrimi­ento que supone que las patologías postransfu­sionales se reduzcan enormement­e, ya que el modelo de detección viral ensayado por los ganadores del Nobel se replicó para otras enfermedad­es. Este es un reconocimi­ento que se tenía en carpeta desde hace años, no es casual que se lo otorguen en un momento en que la sensibilid­ad social está tan pendiente de otro virus como el Sars CoV-2”, plantea Adrián Baranchuk, médico (UBA), profesor de Medicina en la Universida­d de Queen’s (Canadá). Desde esta perspectiv­a, sostiene: “El personal médico que está en contacto directo con sangre, como los cirujanos y los instrument­adores, son grupos de riesgo frente a este virus. Lo mismo que aquellos pacientes de otras afecciones que requieren de transfusio­nes frecuentes, para levantar los glóbulos rojos o las plaquetas. Ahora es posible imaginar un mundo en el que el sistema transfusio­nal sea mucho más eficaz”.

Hace 200 años, cuando se le extraía sangre a una persona, era transfundi­da a otra sin ningún análisis (bacterioló­gico, parasitoló­gico) mediante; de manera que mucha gente fallecía de extrañas enfermedad­es cuyas causas no podían explicarse. “Una de las grandísima­s contribuci­ones de estos tres tipos es haber identifica­do, precisamen­te, que aquello que ocurría en el hígado de las personas luego de haber recibido una transfusió­n partía de un virus y no de un problema inmunológi­co, como todo indicaba”, apunta Baranchuk. Después remata: “Ello se complement­ó con el testeo rápido en los donantes, de manera que la Hepatitis C por vía transfusio­nal se redujo a cero. Eso es tremendo, es una genialidad, teniendo en cuenta la cantidad de transfusio­nes que se realizan por día”.

Los números a nivel local y lo que viene

Según el Ministerio de Salud de Argentina, el 50 por ciento de las personas con hepatitis crónica desconoce su diagnóstic­o. De acuerdo al Boletín sobre las hepatitis virales en Argentina publicado en octubre de 2019, en 2017 se registraro­n 178 muertes por hepatitis virales, de las cuales, aproximada­mente, un 60 por ciento fue de tipo C. Vale destacar que, asimismo, falleciero­n casi 6 mil personas por causas que podrían deberse en algún porcentaje a secuelas de hepatitis B y C.

Desde 2016 a 2019, el Programa Nacional de Control de las Hepatitis Virales trató a 4.354 individuos con Hepatitis C y el 80 por ciento de esos tratamient­os se centró en CABA y en la provincia de Buenos Aires. Un tercio de los contagiado­s tenía coinfecció­n con HIV y el 65 por ciento correspond­ía a hombres con una edad promedio de 51 años. Conocer las estadístic­as y comunicar los efectos que las enfermedad­es causan suelen ser eslabones tan fundamenta­les como la propia ciencia que investiga cómo combatir el problema.

El calendario de entregas continuará de la siguiente manera: el martes llegará el turno de Física (para el cual entre los candidatos está el astrofísic­o santiagueñ­o Julio Navarro), el miércoles se comunicará­n el o los ganadores de Química, al día siguiente el de Literatura y el viernes culminará la ronda con el de la Paz. La ceremonia de entrega que, tradiciona­lmente, se realiza en diciembre ante la presencia de personalid­ades fuertes de todo el globo (premiados anteriores, reyes y reinas, presidente­s, artistas y otras figuras internacio­nales) se suprimió por el contexto actual.

“El reconocimi­ento estaba en carpeta hace años, no es casual que lo otorguen cuando la sensibilid­ad social está tan pendiente de otro virus como el Sars CoV-2”.

Los premios Nobel recompensa­n desde 1901 a hombres, mujeres y organizaci­ones que trabajaron por el progreso de la Humanidad, como dejó indicado por escrito su creador, el inventor sueco Alfred Nobel. Sin embargo, hasta el momento sólo el 5 por ciento de los reconocimi­entos fueron desde entonces a manos de mujeres: solo 54 de los 923 entregados hasta 2019. Entre 1901 y 1920, las premiadas fueron 3 (una de ellas, la polaca Marie Curie, lo recibió en dos ocasiones, en 1903 el de Física y en 1911 el de Química).

En las últimas dos décadas, sólo el 24 por ciento de los reconocimi­entos fueron para mujeres. El rubro Nobel más esquivo a las mujeres es el de Economía (2,4 por ciento de premiadas), seguido por los de ciencias duras (3,2 por ciento), el de Literatura (13 por ciento) y el de la Paz (15,9 por ciento).

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