La industria asoma la cabeza
En septiembre, la producción superó a la de 2019
En la reunión de comisión, los diputados discutieron los 17 cambios incorporados por el Senado. Los puntos más controversiales criticados por la oposición tuvieron que ver con la segmentación de beneficios.
■ Descuento en el impuesto a las Ganancias: el texto aprobado en Diputados los fijaba en un 60 por ciento para todos los actores del sector. El Senado discriminó las alícuotas en un 60 por ciento para las empresas chicas, 40 por ciento para las medianas y sólo del 20 por ciento para las grandes. Este fue el punto más celebrado por el bloque oficialista, calificado de “justicia redistributiva”. Heller lo resumió en el esencial aporte de este ítem para “mejorar la utilización del importante esfuerzo fiscal que va a hacer el país para estimular a la economía del conocimiento, direccionándolo directamente a las empresas que más lo necesitan: las de menor tamaño”. Desde la oposición, lo criticaron fuertemente. El diputado Luis Pastori, de la UCR, lo calificó como una “discriminación a grandes empresas” y Javier Campos, de la Coalición Cívica complementó: “Parece que la palabra empresa está prohibida en este recinto”. @
Por primera vez desde que comenzó la cuarentena, la actividad industrial mostró en septiembre un aumento interanual del 1,6 por ciento, y alcanzó niveles similares a la prepandemia. Así se desprende de los datos publicados por el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), del Ministerio de Desarrollo Productivo, en base a un índice adelantado de producción industrial, medido a partir del consumo de energía. Los datos oficiales del Indec sobre el funcionamiento de la industria en septiembre se publicarán en noviembre.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseguró que se trata de una recuperacion “heterogénea”, basada en los números positivos que muestran la producción de maquinaria agrícola, de autos y de motos. Sin embargo, otras industrias, como el turismo y la gastronomía, aún mantienen un “rezago importante”, producto de las medidas sanitarias para combatir la pandemia.
“Se dieron a conocer dos datos positivos de septiembre que van en línea en esta dirección”, escribió en su cuenta de twitter Daniel Schteingart, director del CEP XXI. Uno de las cifras que consignó es la de despachos de cemento de septiembre, que registraron el mayor avance en los últimos 30 meses. Crecieron 10,1 por ciento interanual y 13 por ciento con respecto al mes anterior, según la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP). El alza se explicó por la construcción privada y la obra pública, y desde el sector ven con buenos ojos el impulso del plan Procrear y el proyecto de ley de créditos hipotecarios, que trabaja el Ministerio de Economía.
Además, Schteingart se refirió a la suba de la producción automotriz. La producción nacional de vehículos en septiembre alcanzó las 32.149 unidades, lo que representó un incremento del 16,1 por ciento interanual, el primer dato positivo desde enero. Además, representa una mejora del 24,4 por ciento frente a agosto, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).
Por otro lado, el negocio de la venta de autos usados también tuvo un repunte en el último mes. La venta, medida en unidades, registróuna suba del 4,18 por ciento con respecto a septiembre de 2019. En tanto, si se compara con el mes de agosto, la suba fue del 3,06 por ciento, según las estadísticas de la Cámara del Comercio Automotor (CCA). del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación con el objetivo de asesorar en cuestiones específicas y complejas. Desde la oposición, interpretaron esta eliminación como “dirigismo burocrático”, así como también insistieron en que aumentaba la discrecionalidad de la ley al darle mayores responsabilidades a la autoridad de aplicación, que será el Ministerio de Desarrollo Productivo.
El sector es considerado estratégico desde 2004, cuando el gobierno decretó la Ley 25.922 de Promoción de la Industria del Software por diez años y permitió el desarrollo exponencial del sector en el país. El año pasado fue aprobada la Ley de Promoción de la Economía del Conocimiento que significó una continuidad con respecto a la anterior, a la vez que amplió las actividades promovidas más allá de las meramente dedicadas a las de desarrollo de productos de software. En enero, el gobierno suspendió su aplicación y elaboró el nuevo proyecto con la intención de cambiarle el espíritu a la ley, y realizar una “discriminación positiva” entre pequeñas, medianas y grandes empresas para acceder a los beneficios.