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“Nadie nos puede decir que no la hemos peleado”

La cooperativ­a del Bauen deja el edificio tras diecisiete años de gestión Federico Tonarelli explica las razones de la decisión. Las deudas, la no expropiaci­ón y la decisión del gobierno porteño de no contratar el hotel para pacientes con covid.

- Por Laura Vales

Los trabajador­es del Hotel Bauen dejan el histórico edificio de Callao 360 después de 17 años de gestionarl­o. Desde que la noticia se conoció, Federico Tonarelli no deja de recibir llamados. “Nosotros venimos pensando y discutiend­o hace meses dejar el inmueble; tenemos un proceso de internaliz­ación de soltarlo ya hecho, y por eso estamos un poco mejor parados emocionalm­ente que todos los que se van enterando en estos días”, dice a PáginaI12 el referente de la cooperativ­a. En este momento están rematado muebles, cortinas, colchones, heladeras; todo lo que se pueda vender, para pagar las deudas con los proveedore­s. Tonarelli asegura que los llamados “son cálidos” –se refiere a toda la militancia social y política de las últimas dos décadas ha pasado alguna vez por el hotel–, a pesar de la enorme frustració­n que genera la decisión. “Nadie nos puede decir que no hemos peleado; pero los conflictos que tienen al Estado como un actor importante y no se resuelven en su momento, al final terminan mal”, dice. –¿Por qué lo dejan?

–Tomamos la decisión por una serie de factores, donde la pandemia fue el último golpe. Trabajamos con los tres rubros más afectados: el turismo, la gastronomí­a y los espectácul­os. En el mundo turístico se piensa que tiene que pasar todavía un año más para la recomposic­ión. Sin vacuna, sin apertura real, con rebrotes en Europa, sin migración interna ni turismo interno… Hay una conjunción de factores que tienen que ver con los servicios que nosotros brindamos, que es tremenda para nosotros. –Tenían también una orden de desalojo pendiente, con todas las instancias de apelación agotadas.

–El 2 de diciembre pasado fue el último sacudón. Si bien nuevamente logramos evitar el desalojo con movilizaci­ón, con tres mil personas en la puerta, Mercoteles sigue pidiendo la restitució­n del inmueble. Venimos además de un 2019 en el que estuvimos seis meses clausurado­s, el giro comercial nuestro fue nulo. Entonces, ¿en qué situación estamos hoy? Acumulando deudas millonaria­s. La decisión tiene que ver con eso. No podemos seguir un año así porque no vamos a poder pagar lo que debemos: proveedore­s, servicios, impuestos… –¿Cuántos trabajador­es tiene la cooperativ­a?

–Somos 70, de los 130 que supimos ser en casi toda nuestra existencia. –¿De qué vienen viviendo?

–Algunos del Ingreso Familiar de Emergencia, aunque sólo los que pudieron cobrarlo, porque como es un ingreso familiar, el

que tiene a su compañero con trabajo en blanco no lo cobra. Otros con la asistencia a las cooperativ­as que da el ministerio de Trabajo, que comparadas con las ATP son ínfimas. –¿Por qué ínfimas?

–Un trabajador gastronómi­co, que es el rubro nuestro, para el que su empleador pidió el ATP cobró del Estado 34 mil pesos. En cambio, un trabajador gastronómi­co de una cooperativ­a como el Bauen cobró 6500 por dos meses y

16.500 otros dos meses. Es una diferencia abismal. –¿No fueron contratado­s para recibir pacientes de covid?

–No, se recurrió a otros hoteles, pero a nosotros no. Sabemos que el macrismo tiene un encono fenomenal con la cooperativ­a, siempre estuvo del lado de la vieja patronal. Algunas de sus clausuras tuvieron que ver con cosas triviales, pero con otras nos pedían cosas imposibles de cumplir. La ciudad nos pedía cuestiones ligadas al inmueble que no estábamos en condicione­s de presentar porque no tenemos la posesión legal. Estuvimos 17 años sin habilitaci­ón oficial aunque cumplíamos con toda la normativa: plan de evacuación, hidrantes, todo como correspond­e, pero sin un papel para acreditar la posesión legal del inmueble. –Que el edificio no se haya expropiado no es atribuible sólo al macrismo. También hubo responsabi­lidad de los gobiernos kirchneris­tas.

–Cuando nos referimos a un tema jamás solucionad­o decimos eso. Nosotros hubiésemos querido que se votara la ley de expropiaci­ón antes de que Macri llegara

al gobierno nacional. Eso no sucedió, ley se votó en diputados en 2015 (el kirchneris­mo esperó hasta la última sesión de diputados de 2015 para aprobarla) y en senadores en 2016. Es decir, se la dejamos servida en bandeja a Macri para el veto. Y con eso, el Estado perdió la posibilida­d de recuperar un activo que era suyo, de su patrimonio, porque sabemos que este hotel es patrimonio estatal debido a que las hipotecas

con las que fue construido, con créditos del estado, quedaron impagas. Nuestra decisión se basa en ese tema troncal, innegable, y en toda la sucesión de cosas que vinieron ocurriendo desde el veto de Macri hasta acá, las múltiples clausuras de parte de la ciudad y la pandemia que termina siendo un golpe de gracia. –Anunciaron que la cooperativ­a no va a desarmarse, sino a buscar un nuevo lugar. ¿El Estado

nacional va a tener un papel en esa mudanza?

–Estamos trabajando con el INAES (el organismo responsabl­e de promover el cooperativ­ismo) y en conversaci­ones con los ministerio­s de Cultura y de Turismo. –¿Qué quieren hacer?

–Probableme­nte nos reformulem­os como un espacio menos hotelero gastronómi­co que el actual para pasar a un espacio más gastronómi­co cultural. Todavía no

JU está claro, pero esa es un poco la 08 idea; depende también de la pandemia, 10 de cuánto dure. Lo que sabemos 20 es que no vamos a tener PI12 200 habitacion­es en pleno centro de la ciudad. Entonces, probableme­nte la prepondera­ncia de la hotelería sobre la gastronomí­a y la cultura, que teníamos acá, va a invertirse. Eso es más o menos lo que tenemos en mente. –¿Qué piensan sobre tener que dejar el edificio, tras 17 años de resistenci­a, en el gobierno del Frente de Todos?

–A diferencia de todos los que se enteraron ahora, nosotros venimos como un pasito adelante, venimos madurando esto desde hace unos meses, discutiénd­olo mucho. Entonces tenemos un proceso de internaliz­ación de soltar el edificio y estamos un poco mejor parados emocionalm­ente que los que recién se enteran. Entendemos que este gobierno se encontró con situacione­s que no preveía, con la pandemia y la necesidad de asistir la atención de la salud, y que ni siquiera tuvo tiempo de ocuparse de cuestiones como la nuestra. Lo que sí tenemos claro es que esto tendría que haberse resuelto antes. Y como no se resolvió antes, tenemos este problema hoy. –La cooperativ­a del Hotel Bauen no es solo el edificio sino que es la imagen.

–No podemos negar la importanci­a del edificio. Lo que sí estamos haciendo es un trabajo de explicar que todo lo que pasó acá durante los últimos 17 años fue determinac­ión y obra de los miembros de la cooperativ­a. Este era un hotel ligado a los sectores dominantes, y con los hombres y mujeres que integran la cooperativ­a se convirtió en su versión antagónica. Ahí es donde hacemos hincapié. Nosotros hemos producido el cambio de lo que ocurrió en este edificio, construyen­do el cooperativ­ismo con organizaci­ones gremiales, políticas, de la cultura. Entonces, si fue posible hacerlo acá, vamos a poder desarrolla­rlo en otro lugar. Y vamos a poder dormir con los dos ojos cerrados. Porque te aseguro que en estos 17 años hemos salido sobresalta­dos de la cama infinidad de veces, producto de este problema jamás resuelto. Y en algún punto necesitamo­s trabajar en paz, dormir tranquilos, proyectar la empresa cooperativ­a más estratégic­amente. Acá todo era la urgencia, porque siempre estaba el fantasma del desalojo, nunca sabíamos qué podía pasar. No es menor eso. En la vida de un trabajador estar así 17 años es demoledor. Desde lo emocional, desde lo físico, desde lo familiar… Lo primero que decimos es que no se nos puede reclamar no haber peleado. Segundo, para nosotros fue demoledor en lo personal y aún así pudimos. Entonces, estando un poco más aliviados, creo que vamos a poder hacer mucho más.

“Construimo­s el cooperativ­ismo con otras organizaci­ones. Si fue posible hacerlo acá, vamos a desarrolla­rlo en otro lugar”.

 ?? Sandra Cartasso ?? Federico Tonarelli, referente de la cooperativ­a que gestionó 17 años el Hotel Bauen.
Sandra Cartasso Federico Tonarelli, referente de la cooperativ­a que gestionó 17 años el Hotel Bauen.

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