Pagina 12

“Nunca voy a recuperar todos los años que perdí”

Jorge González Nieva, el hombre que estuvo preso 14 años y era inocente La Corte Suprema lo absolvió el jueves, ayer le retiraron la tobillera. “Volver a casa fue como nacer de nuevo”, le dijo a PáginaI12. El relato del calvario.

- Informe: Lorena Bermejo.

firmó sin saber ni siquiera lo que estaba firmando porque el hombre no sabía leer, era analfabeto”, afirmó González Nieva y advirtió que “en el juicio nadie sabía cómo yo había aparecido en la causa, nadie lo podía explicar”.

A pesar de que la rueda de reconocimi­ento arrojó todos resultados negativos, el tribunal ordenó la prisión preventiva. “Entonces los policías me ofrecieron que vendiera el taxi con la licencia y les entregara los 60 mil pesos, pero me negué. A mí comprar el auto me había costado años de sacrificio y no lo iba a entregar por algo que yo no había hecho”, señaló.

El delito que el taxista llevó a cuestas durante 14 años ocurrió el 24 de mayo del 2006. Ese día él había llevado a su hija más chica al colegio y después había acompañado a su pareja a la peluquería. “Los primeros meses fueron terribles, para mí y para ellas. Tenían que salir un día antes, viajar y llegar a eso de las cinco de la mañana para poder hacer la fila y entrar al penal. Yo prefería que ni vengan por todo lo que implica la requisa y el ambiente carcelario”, relató el hombre, que asegura que fue “la contención familiar” lo que lo mantuvo con esperanza. Sin embargo, tres años después, “la pareja se terminó de desgastar” y se separaron. “Le pedía que hablara con una y con otra persona, así todo el tiempo, para ver si podíamos hacer algo, pero después ella tuvo que seguir con su vida”, relató el hombre.

Engarronad­o

Durante los años que estuvo preso, a González Nieva lo trasladaro­n 18 veces: General Alvear, La Matanza, Junín, Sierra

Chica, Mercedes, Urdapillet­a, Florencio Varela y Olmos. “Querían lograr que me pasara algo, porque si yo desaparecí­a, mi causa no existía más”, señaló el hombre, y relató que, en los penales, se encontró con otros presos con situacione­s similares a la suya: “yo siempre conté la verdad y por eso logré un buen trato con los demás. En la cárcel se dice ‘engarronad­o’ cuando te arman una causa, y a muchos les da vergüenza admitirlo”.

En 2010, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Morón lo condenó a 25 años de prisión. Junto a su abogado particular presentó una queja ante la Corte Suprema de Justicia bonaerense, que fue rechazada “por exceso de folios”. Recién cuando el caso llegó a Mario Coriolano, defensor ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, elevó el reclamo ante la Justicia nacional. “El problema con mi causa es que había mucha gente interesada en que se encajone”, advirtió González Nieva.

Además de Coriolano, quienes se encargaron de que eso no sucediera fueron Amnistía Internacio­nal, que presentó en 2018 una carta dirigida al máximo tribunal, y la ONG Innocence Project (IP), que intervino en casos como el de Cristina Vásquez, imputada por un crimen que no cometió, y el de Fernando Carrera, acusado por la Masacre de Pompeya. “Son contadas las condenas penales contra funcionari­os, porque es parte del sistema de impunidad que permite casos como estos”, señaló a PáginaI12 Manuel Garrido, titular de la ONG, y advirtió que “el Estado deberá reponer los daños que le hizo a Jorge, pero también encargarse de que no vuelva a suceder lo mismo con otra persona”. Cuando el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, la organizaci­ón se presentó como amicus curiae.

Reconstrui­r la vida

Para González Nieva, volver a Merlo, a la casa de su madre, “fue como nacer de vuelta”. Este viernes cerca de las once de la mañana se llevaron la tobillera que desde el 3 de octubre, cuando le otorgaron la prisión domiciliar­ia, le recordaba que todavía no era libre. Ya absuelto, lo primero que quiere hacer, después de “dar una vuelta manzana por el barrio”, es visitar a sus hijas y a sus nietas.

En el garaje de la casa de la madre su taxi juntó tierra durante todos estos años y, aunque intentó ponerlo a punto para volver al trabajo, ya no funciona. “Espero que alguien me tome como

“Entré a la cárcel cuando mi hija más chica tenía siete. Ahora tengo una nieta de ocho”, relató el hombre un día después de ser absuelto.

“Espero que alguien me tome como chofer –se ilusiona–. En este momento prefiero no imaginarme nada, así todo me va a parecer mejor.”

chofer”, señaló el hombre, que para responder ciertas preguntas espera varios segundos en silencio, y añadió: “En este momento prefiero no imaginarme nada, así todo me va a parecer mejor”.

 ?? I Amnistía Internacio­nal Argentina / Demián Marchi ?? Jorge González Nieva fue víctima del armado de una causa de la Policía Bonaerense.
I Amnistía Internacio­nal Argentina / Demián Marchi Jorge González Nieva fue víctima del armado de una causa de la Policía Bonaerense.

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