Pagina 12

No pudo frente a lo imposible

El Peque se quedó en la semifinal frente al 12 veces campeón de París, que el domingo definirá el título ante Novak Djokovic.

- Por Pablo Amalfitano pamalfitan­o@pagina12.com.ar

Diego Schwartzma­n no pudo lograr lo imposible y se despidió en las semifinale­s de Roland Garros tras caer ante Rafael Nadal por 6-3, 6-3 y 7-6 (0). Si bien el argentino intentó tomar la iniciativa y por momentos hasta incomodó al español, no consiguió desestabil­izarlo en largos pasajes ni aprovechar buena parte de las oportunida­des con las que contó. Rafa definirá el título ante Novak Djokovic, quien derrotó 6-3, 6-2, 5-7, 4-6 y 6-1 al griego Stefanos Tsitsipas. Será el 56° duelo entre ambos, el noveno en finales de Grand Slam y el séptimo en la arcilla parisina, de un historial global que el serbio lidera 29-26.

El desafío era mayúsculo. Nadal llegaba con apenas dos derrotas en cien partidos disputados en el torneo en el que se convirtió en leyenda y que conquistó nada menos que doce veces entre 2005 y 2019. Sólo el sueco Robin Soderling en 2009 y Djokovic en 2015 fueron capaces de concretar la quimera.

Schwartzma­n arribaba a su primera semifinal de Grand Slam en el mejor momento de su carrera. Venía de eliminar al austríaco Dominic Thiem, el número tres del mundo, en un choque de antología y se plantaba ante Nadal como una amenaza real, dado que lo había vencido por primera vez tres semanas atrás en los cuartos de Roma. Había demostrado, en pocas palabras, que estaba preparado para dar el salto de calidad y poner en aprietos a Nadal en la Philippe Chatrier.

Más allá de la presión de Peque para forzar el tie break en el tercero, en el instante de la verdad Rafa sacó a relucir los colmillos y no hubo nada que hacer. “Nadal es increíble; a veces pensás que lo tenés, que podés llegar al cuarto set, pero de repente terminó el partido. Estos jugadores encuentran la solución sin que te puedas dar cuenta”, explicó.

Para Schwartzma­n, de todos modos, habrá sido un torneo bisagra en su trayectori­a: el próximo lunes se convertirá en el top 10 argentino número 13 desde la creación del ranking ATP en 1973 –figurará 8° en el listado–.

Un dato adicional: con un metro y 70 centímetro­s de estatura, será el singlista de menor estatura en el selecto lote desde el 27 de julio de 1981, la última aparición del estadounid­ense Harold Solomon (1,68 metros). “En Roma y acá gané partidos contra los cinco primeros cuartos o semifinale­s y por eso pude sacar la diferencia para entrar al top 10. Luché tanto por esto que creo que me lo merecía”, analizó Schwartzma­n.

El próximo objetivo del argentino, sin dudas, es el sueño de disputar el Masters de Londres, el certamen de fin de año que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada. En esa carrera ya se ubica octavo, aunque necesitará llegar noveno dado que Federer, quien se recupera de una cirugía de rodilla, no podrá participar. En ese sentido el Peque ya vislumbra la planificac­ión de la gira indoor: “Voy a estar casi seguro en el segundo torneo de Colonia, donde puedo sumar puntos; después está Viena, pero tengo la final del año pasado y sólo puedo sumar si salgo campeón; y por último París Bercy, aunque podría sumar Sofia si necesitara puntos para entrar al Masters”.

Por otra parte, habrá que inventar nuevos vocablos para dimensiona­r lo que representa la figura de Nadal en Roland Garros. Después de este triunfo ante Schwartzma­n, el número 99 de su registro personal en el torneo parisino, será el tercer jugador más veterano que alcanza la final masculina de singles desde el inicio de la Era Abierta en 1968. Con 34 años y 130 días de edad, está sólo por detrás del australian­o Ken Rosewall en 1969 (34 y 218) y el español Andrés Gimeno en 1972 (34 y 306).

La leyenda de Rafa excede su supremacía en Roland Garros desde hace varios años. El español tiene, por primera vez en su vida, al alcance de la mano el récord más importante de la historia del tenis: este domingo tendrá el desafío de ganar en París por 13ª ocasión y ponerse a la par de Roger Federer con 20 títulos de Grand Slam. En caso de consagrars­e se sumaría a la “mesa chica” de singlistas que pertenecen al club de los 20, con al menos ese número de trofeos grandes en singles: la australian­a Margaret Court (24), la estadounid­ense Serena Williams (23), la alemana Steffi Graf (22) y el propio Federer. Igual, el riesgo de perder también es grande: si gana Djokovic llegará a 18 títulos y quedará a solo uno de empatarlo.

Roland Garros se juega fuera de la fecha habitual: cada temporada suele desarrolla­rse la última semana de mayo y la primera de junio, sobre el ocaso de la primavera en Francia, y esta vez tiene lugar en el otoño, con temperatur­as más frías, pelotas más pesadas de menos pique y condicione­s más lentas. Todo un cóctel que no beneficia a Nadal, quien de cualquier forma cuenta con dos marchas más que el resto de los mortales en Roland Garros y atravesó su camino rumbo a la final sin ceder sets.

El próximo objetivo del argentino es el sueño de disputar el Masters de Londres, el certamen que reúne a los ocho mejores de la temporada.

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AFP El saludo de Nadal con Schwartzma­n, tras vencerlo en la pista central de Roland Garros.
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