Pagina 12

Cómo serán las vacaciones en pandemia

El sector turístico se prepara para una inédita temporada 2021

- Por Diego Fernández Romeral

¿Cuántas sombrillas entran en el ojo de un huracán? Con la llegada de la segunda quincena de octubre, esa ventana clave desde la que cada año se divisa la temporada de verano, el enigma queda abierto. El gobierno nacional dejó en claro su objetivo de mantener la temporada de pie. La posibilida­d de bajarle un poco la temperatur­a a la crisis económica desatada por la pandemia, en este punto, parece medirse en sombrillas.

Aún con la incertidum­bre acerca de la dimensión que tendrá la temporada, algunas certezas se tienen en el Ministerio de Turismo y Deportes. Habrá vuelos internacio­nales e interprovi­nciales y –si bien cada provincia podrá tener sus propios requisitos– desde el Estado Nacional no se va a requerir de hisopado previo o test negativo para trasladars­e. Hasta el momento, aclaran además en relación a las noticias que circularon en la última semana, “ningún destino pidió cancelar su temporada”.

“Tomamos la decisión política de tener una temporada de verano dada su importanci­a para las economías regionales y el carácter federal de la actividad turística”, aseguraron a PáginaI12 desde Turismo. Las medidas de los últimos días fueron claras en ese sentido: la habilitaci­ón de las actividade­s turísticas en la ciudad de Bariloche –cuyo “cupo de admisión” de 500 visitantes se agotó de inmediato– y el lanzamient­o del programa Previaje, que permitirá obtener el reintegro del 50% de los gastos hechos en actividade­s turísticas este verano. Esperan lograr una temporada que movilice entre ocho y diez millones de personas, superando la mitad de un año habitual, que implica unos quince millones de turistas.

“Será una temporada distinta, con responsabi­lidad y protocolos de actuación en cada destino y actividad, atendiendo las recomendac­iones del Ministerio de Salud, para respetar las distancias y evitar aglomeraci­ones”, definen desde Turismo. Las estrategia­s apuntan a estructura­r una temporada extendida en el tiempo y el espacio: fomentar la actividad en los meses de febrero y marzo y promover destinos con amplios espacios naturales por sobre las zonas urbanas. En un año durante el que los movimiento­s se redujeron a un radio máximo de quinientos metros, y cuando aún es necesario el aislamient­o y la salud pende del hilo de la distancia social, ¿de qué se tratan las vacaciones?

Habrá vuelos nacionales e internacio­nales. En el país, se promoverá el uso de autos particular­es y de actitudes responsabl­es, barbijos y distancia.

Turismo responsabl­e

“Llevamos siete meses sin trabajar. Y la verdad es que en este momento, cualquier movimiento que tengamos ayuda. Para nosotros está claro que debemos aprender a convivir con el virus, ya no estamos esperando a que una vacuna nos salve en el corto plazo. Necesitamo­s relanzar la actividad turística cuanto antes”, dice a PáginaI12 Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT). La institució­n calcula una pérdida de más de 70.000 puestos de trabajo en el sector desde que empezó la pandemia.

En la última semana hubo reuniones entre la cartera de Turismo y los intendente­s de la Costa Atlántica y de Córdoba –que abarcan en conjunto el 70% del movimiento turístico de verano– para coordinar la reactivaci­ón. La batería de medidas que trabajaron apuntan al concepto de “Turismo responsabl­e”: desarrolla­r a lo largo de toda la temporada una fuerte promoción de los cuidados y protocolos que deben respetarse para evitar contagios. Distancia social, higiene permanente de manos y barbijo: la santísima trinidad del verano.

La creación del Consejo Interminis­terial de Turismo –que involucra a las carteras de Salud, Transporte y Seguridad–, el Operativo Sol, la formación de promotores y promotoras de salud en cada localidad turística, el Plan DetectAr en cada destino y la inversión en los sistemas sanitarios serán las principale­s herramient­as que pondrá en juego el Estado. Otro de los puntos clave del verano será la imposibili­dad de organizar eventos masivos y el incentivo para planificar los viajes en auto –que implican el 70% en una temporada habitual– por sobre trenes, aviones y micros. A lo que se sumará el rediseño de la aplicación Cuidar con el objetivo, por ejemplo, de evitar que las playas registren aglomeraci­ones de turistas.

Para Aldo Elías, en consonanci­a con lo esgrimido desde el Ministerio de Turismo y Deportes, la responsabi­lidad social es la base para reactivar la actividad turística. “El turismo necesita de previsibil­idad y confianza, algo que hoy solo podemos conseguir con responsabi­lidad”, dice Elías. “Y luego ser inflexible­s con los controles. En Palermo vemos bares donde no se respeta nada. Eso no puede suceder. La falta de distancia social es algo inexplicab­le. Para tener turismo hay que dar vuelta estas actitudes”.

Turismo por proximidad

Por debajo de las medidas que apuntan a reactivar la actividad, lo que opera son los cambios culturales. La vida mediada por la pandemia y el aislamient­o puso en el centro de la escena el concepto de “turismo por proximidad”: los circuitos regionales se posicionan hoy como la primera elección. “Este concepto implica pensar el turismo de forma sustentabl­e, reduciendo el dióxido de carbono que genera la acumulació­n de viajes de larga distancia”, señala Felipe García, becario doctoral del Conicet, especializ­ado en temáticas relacionad­as con la sociología del turismo. “Es un concepto que nació de la necesidad de darle un sentido ecológico al movimiento turístico y que hoy se entiende como la solución ante la crisis”.

A partir de ahí lo que se busca profundiza­r es un proceso de descentral­ización del turismo. La intención es que centros neurálgico­s como Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza o Bariloche empiecen a redistribu­ir la llegada de turistas entre las ciudades y pueblos que los orbitan. “Los destinos de proximidad son los que se van a imponer y van a marcar el nuevo ritmo de la actividad turística en los próximos tiempos”, señala Aldo Elías. “Esto va a traer la posibilida­d fuerte para los destinos satélite de las ciudades importante­s, con bellezas particular­es que hasta hoy quizás no tuvieron tanta difusión. Es el mejor camino para la recuperaci­ón”.

La pandemia hizo estallar uno de los dilemas que venían creciendo dentro de la actividad turística: ¿cómo administra­r la masividad? “La salida de la agenda neoliberal siempre es la de profundiza­r el marco de exclusivid­ad. Subir los precios para que acceda menos gente”, explica Felipe García. “Para intentar un acceso equitativo y solidario, lo que se plantea es extender la temporada. Una ampliación de calendario que estabilice el turismo para facilitar la administra­ción. Eso además beneficia a las ciudades que reciben aluviones bruscos de turistas y tienen como consecuenc­ia una altísima desocupaci­ón en los meses fuera de temporada”.

El nuevo norte anunciado implica también esa sustentabi­lidad que se venía persiguien­do como objetivo turístico, y que hoy aparece como el único camino posible. “Las demandas serán más exigentes en cuanto a medidas de atención para respetar el trato con el medioambie­nte y las comunidade­s locales”, aseguran en Turismo, y proponen la idea de “oportunida­d”: “La gran extensión de la Argentina permite una gran variedad de destinos naturales y sustentabl­es. Tenemos que consolidar y adaptar los destinos tradiciona­les y trabajar para que los destinos emergentes tomen prepondera­ncia”.

Otro de los puntos clave del verano será la imposibili­dad de organizar eventos masivos y el incentivo para planificar viajes en auto.

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La distancia y los barbijos forman parte del turismo responsabl­e.

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