El truquito de los pibes
Súbete a mi moto, 15 episodios sobre Menudo en Amazon Prime Más que contar la historia del grupo, la serie se centra en Edgardo Díaz, factótum del fenómeno que consagró a Ricky Martin y Robi Rosa.
✱ The Gentlemen, la última película de Guy Richie, será una serie. Detrás del proyecto se encuentran Miramax TV y el propio realizador inglés que se hará cargo del guion y la dirección. La historia gira en torno a un estadounidense y su imperio de marihuana con sede en Londres. Paradójicamente la intención inicial de Ritchie fue la de hacer una entrega para tevé. Gansgters con estilo, armas y mucho –pero mucho– humo. @
“Una banda sólo de chicos. Hasta cierta edad”, se precisa en una de las primeras escenas de Súbete a mi moto (estreno del viernes por Amazon Prime Video). Aclaración: esta no es la historia de Ricky Martin o su colega Robi Rosa en su etapa púber. Los incluye, claro, como al resto de treinta menores de edad que formaron parte de esta maquinaria pop llamada Menudo. Ese fenómeno de masas ochentoso que caló fuerte en varios continentes. La serie, conformada por quince episodios, es más bien una exploración del controversial y redituable experimento que tiene a los adolescentes como materia prima.
El punto de vista central en este relato es el de Edgardo Díaz (Yamil Ureña y Braulio Castillo), el hombre que ideó el sistema y la marca que con otro alias se mantiene hasta el día de hoy. El desfachatado comerciante que no sabía leer una estrofa pero se ufanaba de tener olfato para un hit. Su idea era la de hacer unos Jackson 5 para el mercado latino maquillando canciones y explotando al máximo su fórmula. Contar la fábula a través de los ojos de un caribeño y abusivo Lou Pearlman (el artífice de Backstreet Boys y Nsync) es una curiosa apuesta de esta biopic nacarada. Díaz no es un sujeto simpático ni un sinvergüenza con carisma, es un workaholic que busca lucrar a todo instante con su “visión”. Que este personaje sea el único que rompa la cuarta pared expresa el tono por momentos artero, a veces superficial, y en otros trágico, por el que opta la entrega.
“Yo comencé esto con cinco nenes en una isla que la gente no podía identificar en un mapa”, lanza el artífice de la agrupación que se caracterizaba por la entrada y salida permanente de sus integrantes. El motivo obedecía al régimen de Díaz con miembros como mano de obra dúctil: debían saber cantar, debían tener look de querubín y menos de 16 años. Súbete a mi moto indaga en ese producto que logró colarse en el imaginario pop de lo latino y, por cuestiones evidentes, rebalsa de retromanía. Lo evidencian los inserts que explicitan los cambios sociopolíticos en toda la región y ayudan a darle un contexto al