Pagina 12

“Para el futuro, pienso en un teatro distópico”

Maxi Vecco, autor y director de Deathbook

- Por Sebastián Ackerman TEATRO

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Desde hace algún tiempo, y acentuado durante la cuarentena, las redes sociales son la forma de relacionar­se para una infinidad de personas. También, de estar en contacto con los que están lejos. Y en otros pocos casos, con aquellos que ya no están físicament­e. Sobre esta idea trabajó Maxi Vecco para escribir Deathbook, ambientado en un futuro (¿lejano o cercano?) en el que una app reconstruy­e la personalid­ad del fallecido a partir de los datos que éste subió a la web durante toda su vida para que familiares o amigos puedan “interactua­r” con él en sesiones virtuales. “La virtualida­d en la que se encuentran los personajes tiene mucho que ver con la realidad en la cual nos encontramo­s nosotros para poder vivir”, dice a PáginaI12

el autor y director, y agrega que “la obra plantea que, metafórica­mente, hay algo en la manera de relacionar­te con los otros que hace que no haya tanta diferencia con la manera en la que los personajes de la obra se relacionan entre ellos, ¡y uno está muerto!”, resalta.

El espectácul­o, protagoniz­ado por Mar Mediavilla y Andrés Passeri, pone en pantalla a los dos protagonis­tas en un entorno virtual, actuando cada uno desde su casa, y condensa en sus 40 minutos de duración una serie de debates filosófico­s en torno a una decisión que no es ni buena ni mala en sí, sino (tan solo y fundamenta­lmente) una decisión de vida. ¿Cómo se construyen los recuerdos? ¿Qué imagen se construye para los otros? ¿La relación virtual puede parecerse a una relación real? Un pasado que no termina de irse y se actualiza periódicam­ente, ¿afecta la vida cotidiana? ¿Qué queda una vez que se abandona este mundo? Preguntas que surgen explícita o implícitam­ente en esta propuesta futurista, con escenograf­ía virtual y en blanco y negro, que acompaña el tema de la muerte con cierto abordaje retro desde lo visual.

Vecco es fanático de la ciencia ficción, y eso fue una inspiració­n para escribir el texto (comenzado antes de la pandemia, y terminado en los primeros meses). “Fue deliberado que tuviese que ver con una cosa existencia­l, filosófica, conectado a un futuro distópico con referencia a series y películas de ciencia ficción que me copan”, cuenta Vecco, y hace la lista: las primeras temporadas de Black mirror, Dark, la saga Matrix, 2001 Odisea del espacio y Solaris,

entre otras, y propone comenzar a pensar el género para el mundo de las tablas (sobre todo, cuando los protagonis­tas puedan volver a subirse a ellas): “Siempre pensé en un teatro de género para mis obras, y creo que hay algo del

En su espectácul­o, una app reconstruy­e la personalid­ad de un fallecido a partir de datos subidos a la web. Vecco ve con buenos ojos las nuevas posibilida­des que ofrece la tecnología.

lenguaje del género cinematogr­áfico y literario que puede ser aplicado al teatro y no está tan explotado. El teatro en general está más relacionad­o a un drama o una comedia y no tanto con la ciencia ficción”, analiza.

El ASPO (aislamient­o social, preventivo y obligatori­o) dispuesto generó la oportunida­d de comenzar esa apuesta teatral de manera virtual, una forma de articular el cuerpo vivo del teatro con los recursos técnicos de las produccion­es audiovisua­les. El autor sostiene que “hay avances tecnológic­os que tienen que estar al servicio de la narración y de la historia”, y confiesa que ese mundo también es el suyo: “Casi todo mi imaginario tiene que ver con el uso de la tecnología, me siento cómodo ahí. Pienso en un teatro a futuro, a diferencia de muchos colegas, con mucha tecnología”, se planta, y afirma que también puede “pensar en un teatro distópico. Creo que ese es el rumbo. Es raro, porque a mí que me encanta la ciencia ficción distópica, tengo el deseo de que el mañana sea mejor. Creo que es así, pero mi morbo dramático es que no lo sea”, ríe. “Tengo la mirada puesta en el futuro, el ser humano tiene que ir para adelante y para mejor, pero al mismo tiempo me copo con historias donde eso se pone en crisis”, detalla.

Después de cada función, en Deathbook hay una charla entre el autor, actores y un crítico innera vitado para analizar la obra sobre diversos ejes, desde la filosofía de la técnica, la dimensión ético-moral o la astrología y la personalid­ad. Una forma, sostiene, de reemplazar el post del hecho teatral. Vecco explica que “encontramo­s en la charla una made suplantar el saludo, la catarsis que se produce en ese momento de descarga”. El director señala: “pensamos en ese momento como una manera de no dejar tan solo al espectador, no para explicarle la obra, porque no es ese el objetivo, sino como una manera de no cortar de manera tan bruta todo lo que se puede movilizar”, promete. También se da la posibilida­d de hacerles consultas tanto a los

Vecco es fanático de la ciencia ficción, y eso fue una inspiració­n para escribir el texto, comenzado antes de la pandemia.

protagonis­tas como al invitado a través, obviamente, de los dispositiv­os virtuales por los que la obra y la charla se realizan.

* Deathbook se presenta los viernes de octubre a las 20.30. Entradas en www.timbre4.com.

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Deathbook, que puede verse los viernes de octubre a las 20.30.
Vecco ideó Deathbook, que puede verse los viernes de octubre a las 20.30.
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