“TODOS LOS DATOS SEÑALAN QUE HAY VICTORIA”
Con el sistema rápido de conteo de votos suspendido, por lo que los resultados oficiales se conocerán con demora, pasada la medianoche se difundió la boca de urna de la encuestadora Mori, que otorgaba el triunfo al MAS con el 52,4% de los votos contra el
mesa de votación por la mañana de ayer.
El presidente del TSE, Salvador Romero, destacó la “masiva” participación de la población que se volcó a las urnas para emitir su voto, lo cual se vio reflejado en las largas filas registradas de los diferentes recintos habilitados en Bolivia. Las medidas dispuestas para prevenir la propagación del coronavirus demoraron el voto generando extensas filas y una espera de más de dos horas para entrar en algunos colegios electorales.
El tono de la campaña, con amenazas de un posible fraude y la difusión de noticias falsas, generó temores de nuevos disturbios similares a los posteriores a las fallidas elecciones de octubre de 2019 que derivaron en el derrocamiento de Evo Morales. Por la mañana de ayer, Arce se mostró preocupado por la utilización de efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana en el resguardo de las actas y de los recintos electorales. El candidato del MAS sostuvo que le parecía “un exceso”. En tanto la presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Eva Copa, calificó de “intimidatoria” la determinación asumida por el gobierno de facto de Jeanine Áñez de sacar a los militares a las calles. “La gente tiene temor al ver transitar a militares armados, toda vez que recuerda con angustia la violenta intervención militar y policial en Senkata y Sacaba contra el pueblo”, aseguró.
El país andino atraviesa su crisis económica más profunda en casi 40 años, con una contracción prevista del PBI de 6,2 por ciento en 2020. Los comicios deben poner fin al gobierno transitorio de la derechista Jeanine Áñez, quien retiró su candidatura tras críticas a su gestión de la pandemia, con 8.500 muertos y 140 mil contagios.