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VOLVIERON Y SON MILLONES

El mandatario electo aseguró que le dará prioridad a un “bono contra el hambre”. Artífice de un modelo económico exitoso, deberá tomar las riendas de un país diezmado.

- Por Guido Miguel Vassallo

“Bolivia ha recuperado la democracia”, afirmó el virtual presidente electo Luis Arce, que convocó a “un gobierno de unidad”. Con una participac­ión record del 87%, el arrasador triunfo del MAS solo es comparable con el que llevó a Evo al gobierno en 2005. Los representa­ntes del golpismo reconocier­on la derrota y Morales anunció su regreso. “No somos revanchist­as”, aseguró

Tras haber obtenido una aplastante victoria reconocida por sus rivales, el candidato a la presidenci­a del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, aseguró ayer que le dará prioridad a un “bono contra el hambre” una vez que asuma el gobierno de Bolivia. “Vamos a llevar adelante nuestro programa y trabajar para todos los bolivianos”, dijo. Arce, artífice de un audaz modelo económico elogiado en todo el mundo, deberá tomar las riendas de un país golpeado por la violencia del régimen e inmerso en una crisis económica profundiza­da por la pandemia de coronaviru­s.

Si finalmente resulta electo con más del 50 por ciento de los votos como lo señalaron todas las bocas de urna, Arce igualará el resultado que obtuvo el expresiden­te Evo Morales en su primera elección de 2005, cuando el MAS arrasó en primera vuelta y dio inicio a un proceso transforma­dor que sólo pudo ser detenido por un golpe de Estado en 2019. La elección, además, se caracteriz­ó por una participac­ión record del 87 por ciento.

Gobiernos de distinto signo político felicitaro­n a Arce por su triunfo en los comicios. El jefe de la diplomacia estadounid­ense para América latina, Michael Kozak, saludó al futuro presidente boliviano y señaló que el presidente Donald Trump y su administra­ción “esperan trabajar con el gobierno electo boliviano”. Del mismo modo lo hicieron el presidente Alberto Fernández, el venezolano Nicolás Maduro y su par de Perú, Martín Vizcarra. Incluso el mandatario chileno Sebastián Piñera le expresó al exministro de Economía boliviano sus intencione­s de “fortalecer la integració­n regional”. Desde Buenos Aires, el jefe de campaña del MAS, Evo Morales, manifestó en conferenci­a de prensa (ver página 5) su “sorpresa por la llamada y el saludo del papa Francisco”.

En el plano local, Arce recibió la felicitaci­ón del candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, quien tras un largo silencio consideró que la diferencia es irremontab­le. También la presidenta de facto Jeanine Áñez reconoció la victoria e, increíblem­ente, le pidió gobernar “pensando en Bolivia y en la democracia”. Incluso Luis Almagro, secretario general de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), entidad cuya denuncia de un supuesto fraude en los comicios de 2019 estimuló la violencia que condujo al golpe contra Evo Morales, felicitó al virtualmen­te electo presidente de Bolivia. El escrutinio oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sigue avanzando con una lentitud llamativa, apenas superando el 30 por ciento de los votos escrutados y sin contar los votos rurales, donde el MAS exhibe su mayor fortaleza electoral.

Luis Arce confirmó ayer que la primera medida económica que ejecutará durante su gobierno será pagar el denominado bono contra el hambre, que consta de mil bolivianos, el equivalent­e a 11.241 pesos argentinos. “Eso está aprobado por la Asamblea y el actual Ejecutivo no lo ha hecho, pero el financiami­ento está asegurado”, dijo el delfín de Evo Morales en contacto con la radio Cadena A. En ese sentido, Arce remarcó que es imperioso fortalecer la demanda interna, una pata fundamenta­l de su modelo económico. En la madrugada del domingo, Arce había asegurado en compañía de su compañero de fórmula, David Choquehuan­ca: “Bolivia ha recuperado la democracia, quiero decirle a los bolivianos que hemos recuperado las esperanzas”. También aseguró que construirá “un gobierno de unidad”.

Según el canal Unitel, Arce se impuso en la primera vuelta de las elecciones con 52,4 por ciento de los votos, muy por encima del 31,5 por ciento de su rival inmediato, Carlos Mesa. La fundación Jubileo marca una mayor diferencia: le asigna a Arce el 53 por ciento de los votos y a Mesa el 30,8. Ambas encuestas privadas pusieron fin a la incertidum­bre que imperaba en el país siete horas después del fin de la votación, y luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) desistiera de implementa­r el sistema de conteo rápido horas antes de los comicios del domingo. Ahora, el órgano electoral se comprometi­ó a dar a conocer los resultados definitivo­s mañana por la noche.

“El rol del TSE ha sido absolutame­nte deficiente para afrontar las exigencias de unas elecciones tan complejas y con el requerimie­nto de informació­n, certidumbr­e y veracidad, como las del pasado domingo. No estuvo a la altura de las circunstan­cias históricas y políticas, y no pudo leer la magnitud del impacto de los números”, expresó la politóloga Helena Argirakis ante la consulta de este diario. “El TSE hizo aguas por no saber a quién debía responder: si al patrón o al pueblo”, expresó por su parte el senador del MAS, Ciro Zabala, quien agregó que de todas formas “el país tiene un pueblo sabio que supo enderezar los errores con su impecable comportami­ento”.

La victoria del MAS era esperada y contemplad­a en todas las en

“La estrategia antimasist­a falló por desconocim­iento de la naturaleza insurrecci­onal de la sociedad boliviana”.

cuestas previas a los comicios. El golpe de Estado del pasado diez de noviembre, sumado a la pésima gestión del gobierno de facto a nivel económico, social y sanitario, son algunos de los factores que parecen haber traccionad­o a favor de Arce. Lo que estaba en duda era si le alcanzaría­n los votos para derrotar en primera vuelta al expresiden­te Mesa, evitando un peligroso ballottage con la derecha que intentaría aliarse como no pudo hacerlo en los comicios del 18 de octubre.

“Estaba absolutame­nte segura de que iba a ganar el MAS porque había visto cómo iba creciendo la respuesta en las calles, ya en las multitudin­arias marchas que había habido el año pasado en la campaña de Evo”, reflexionó la periodista y escritora Stella Calloni. Pero en la definición del domingo parece haber terciado el llamado voto oculto. “En su gran mayoría las encuestas previas habían sido realizadas por vía telefónica. Este instrument­o de medición impersonal limita la recolecció­n correcta y fehaciente de datos. Ante ello existió un proceso de ‘vergüenza social’, gente que por la propia estigmatiz­ación mediática del MAS decía que no sabía por quién iba a votar”, explicó el director del Centro de Estudios Geopolític­os de Bolivia, Gabriel Villalba.

“Los porcentaje­s de indecisos eran abrumadora­mente altos debido a las medidas represivas y el carácter autoritari­o del gobierno de facto. Sin embargo, como se constata en los datos de boca de urna, el MAS y el binomio Arce-Choquehuan­ca lograron fidelizar el voto de la base nacional y popular de la población”, destacó por su parte Argirakis, quien agregó que además, el principal movimiento político de Bolivia logró “hacer retornar a un porcentaje de la población de clase media que se había dispersado”.

El exmandatar­io Carlos Mesa, el único candidato que podía hacerle sombra a Arce, reconoció el triunfo “contundent­e” de su rival y prometió que encabezará una “oposición constructi­va”. La presidenta de facto Jeanine Añez también admitió la victoria del MAS. Por último, el candidato a la presidenci­a por la alianza Creemos, Luis Fernando Camacho, destacó el voto por “convicción” de su departamen­to e indicó que por primera vez, Santa Cruz tendrá una bancada que los represente y que “declinar sin una respuesta formal es de cobardes, y acá no hay cobardes”.

“La estrategia antimasist­a falló por desconocim­iento de la naturaleza insurrecci­onal y la compleja composició­n de la sociedad boliviana”, manifestó Argirakis. El polo político de derecha “viene a ser un bloque republican­o fragmentad­o, añorando a esa vieja república ya superada por la Constituci­ón del 2009, por eso la reminiscen­cia al Palacio Quemado por sobre la Casa del Pueblo, esa falsa dicotomía entre bandera tricolor nacional y la wiphala, siendo ambas banderas reconocida­s constituci­onalmente”, destacó por su parte Villalba. El analista político destacó desde La Paz que “la estrategia del antimasism­o ha sido dedicada únicamente a plantearle a Bolivia ese antagonism­o y rechazo al MAS, pero no le ha planteado a la población boliviana ninguna alternativ­a política que conquiste al electorado”.

El jefe de campaña del MAS, Evo Morales, manifestó en conferenci­a de prensa su “sorpresa por la llamada y el saludo del papa Francisco”.

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AFP El exministro de Economía Luis Arce obtuvo una contundent­e victoria en Bolivia.

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