La decepción de Bolsonaro
No hubo en Brasilia, al menos en un primer momento, ninguna reacción oficial a la victoria, bajo todas las apariencias ineludible, del candidato del MAS en Bolivia. Es muy probable que se espere el resultado oficial para que aparezca alguna manifestación formal, que difícilmente será calurosa.
De todas formas, no hay espacio para ninguna duda: la victoria de Luis Arce impone una dura decepción para el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro. Basta con recordar que, cuando del golpe de 2019 patrocinado por la Organización de los Estados Americanos, la OEA, Brasil fue de los primeros en reconocer a la autoproclomada presidenta Jeanine Añez.
El resultado de las urnas confirma, además, la solidez de la imagen del expresidente Evo Morales entre los bolivianos. Cuando ocurrió el golpe que lo destituyó, Bolsonaro no hizo ningún esfuerzo para disfrazar su alegría.
La perspectiva de una victoria de la derecha en Bolivia animaba a Bolsonaro con la perspectiva de fortalecer la tendencia que ya cuenta con varios gobiernos sudamericanos, con destaque para Chile, Ecuador y Colombia. La victoria de Arce rompe esa perspectiva mientras abre canales de diálogo con la Argentina de Alberto Fernández, blanco directo de críticas cada vez más contundentes del ultraderechista brasileño.
Bolsonaro, a propósito, está a punto de sufrir otra derrota de efecto muchísimo más dañino. Si se confirman las expectativas de victoria del demócrata Joe Biden sobre el republicano Donald Trump, el eje Brasilia-Washington pasará a una nueva etapa. La vergonzosa sumisión de Bolsonaro a su ídolo y guía quedará en las calendas como un vasallaje inédito en las relaciones bilaterales, y todas las inexistentes ventajas que el brasileño exaltaba gracias a su “diálogo abierto” con Trump saltarán a la superficie, contribuyendo para desmoralizar aún más su obsesiva idolatría.
Ahora mismo, mientras Bolsonaro rinde loas a los “excelentes resultados” alcanzados junto a Estados Unidos, la Cámara Americana de Comercio muestra que entre enero y septiembre de 2020 las transacciones comerciales entre los dos países registraron la más acentuada caída de los últimos once años. Pero ya está harto comprobado que la realidad poco o nada importa para Bolsonaro.
Si la victoria de Luis Arce en Bolivia le quita la posibilidad de un eje derechista en Sudamérica, la de Biden le impondrá consecuencias imprevisibles. cuenta de golpe, dijo.
Morales tuvo reiteradas palabras de agradecimiento para el gobierno argentino. “Varios presidentes me salvaron la vida, entre ellos el hermano presidente Alberto Fernández, que fue el que más se contactó”, dijo. También mencionó la vicepresidenta Cristina Kirchner, al mexicano Manuel López Obrador, al venezolano Nicolás Maduro y al cubano Miguel Díaz-Canel, entre otros.
También homenajeó a los ciudadanos asesinados y dirigentes procesados y apresados durante el gobierno de facto de Jeanine Añéz, que también postergó y enturbió el proceso previo a los comicios. “Lo hicieron porque ya sabían que íbamos a ganar y no pudieron porque lo hemos hecho por más del 50 por ciento”, sentenció. “El año pasado ganamos sin ningún fraude. No hubo fraude, sí hubo un golpe”.
Luego concluyó: “Estoy convencido de que la política es la ciencia del servicio, es esfuerzo, compromiso y sacrificio por los más humildes. Ahora, en once meses nos dejaron destrozado al país, y quiero decir con la experiencia de Lucho presidente otra vez vamos a levantar Bolivia”. que estaban” con el