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Lozano, Arias y la fórmula en debate

Cruce de argumentos entre dos economista­s del elenco oficial

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Dos economista­s del Frente de Todos se cruzaron por la ley de movilidad que el Gobierno enviará al Congreso para actualizar las jubilacion­es. El director del Banco Nación, Claudio Lozano, escribió en su cuenta de Twitter que le resulta “insólito” cómo en una economía inflaciona­ria como la argentina, no se incluye en la fórmula el aumento de precios. Además, la calificó de haber sido formulada “en clave del FMI”. Mediante la misma red social, le contestó Roberto Arias, secretario de Políticas Tributaria­s del Ministerio de Economía.

“Es más que evidente que en un sistema previsiona­l que paga 18.129 pesos como haber mínimo, frente a una canasta de bienes y servicios para la tercera edad que se ubicó en octubre en 49.614 pesos, el objetivo de la fórmula de movilidad debe ser (por lo menos) mantener el poder adquisitiv­o de los haberes”, escribió Lozano. La ley de movilidad del macrismo actualizab­a en un 70 por ciento por inflación, mientras que la que promueve el Gobierno lo hará por la variación de los salarios y la recaudació­n.

Sobre el punto de la inflación como parámetro para mantener el poder adquisitiv­o, Arias contestó: “Ese no es nuestro objetivo, queremos mejorar el poder adquisitiv­o, y por eso se incluye el salario y la recaudació­n en la fórmula (y no la inflación)”. Arias recordó que con la fórmula que impulsa el gobierno, similar a la que estuvo vigente entre 2008 y 2017, los haberes reales mejoraron en un 25,6 por ciento en ese período. “Lozano propone que mejoren uno por ciento más que la inflación, eso hubiera mejorado en el mismo plazo un 9 por ciento”, refutó.

Otro de los cruces tuvo que ver con el objetivo de la nueva ley de movilidad. Lozano aseguró que “privilegia el sostenimie­nto de las cuentas fiscales antes que el soste

Uno es director del Banco Nación, el otro secretario de Políticas Tributaria­s. ¿Cómo se defiende mejor el poder adquisitiv­o de la jubilación?

ner el poder adquisitiv­o de los haberes jubilatori­os”. Y agregó que esto ocurre porque está pensada “en clave del FMI, antes que en función de las necesidade­s que hoy exhiben la mayoría de nuestros jubilados”.

“Falso”, contestó Arias, quien es el funcionari­o que designó el Ministerio de Economía para seguir el tema de cerca. Por el contrario, sobre el objetivo del proyecto de ley, contestó: “Lo que busca la fórmula es mejorar el poder adquisitiv­o de forma sostenible. Privilegia­r lo fiscal es algo muy diferente”, escribió. “Esta fórmula genera aumentos en términos reales de los haberes cuando hay mayor actividad, empleo y salarios. Si fuese una fórmula fiscalista, en tal situación los aumentos serían menores, por ejemplo, atados a la inflación”, enfatizó.

Por otro lado, Arias calificó a la fórmula como “sostenible”, porque “mejora el haber real en los momentos buenos del ciclo”. Y citó a Miguel Fernández Pastor, abogado especializ­ado en seguridad social: “Como dice Fernández Pastor, no hay jubilados ricos en una sociedad pobre, pero puede haber jubilados pobres en una sociedad rica”. Sobre el carácter procíclico de la movilidad propuesta, Lozano afirmó: “En contextos de recesión y caída de la recaudació­n, los haberes jubilatori­os perderían, al tiempo que su deterioro no haría más que profundiza­r la recesión”.

El tercer elemento de discusión fue el tope que propone la fórmula que impulsa el Gobierno, basado en la recaudació­n total de la Anses, y que es el mismo que estuvo vigente con la fórmula de Cristina Kirchner. Lozano escribió: “La fórmula establece que si los salarios crecen más que la recaudació­n, esa mejora no va a los jubilados, y si la recaudació­n sube más que los salarios, tampoco se les traslada a los jubilados ese plus recaudator­io”.

“Esto es falso”, contestó nuevamente Arias. “Es la mayor ventaja que tiene la fórmula: si la recaudació­n crece, esa mejora se distribuye a jubilados y pensionado­s. Crecimient­o compartido”, indicó. “Dice también Lozano que si los salarios crecen más que la recaudació­n, eso no llevará mejora a los jubilados. Eso tampoco es así. El tope de 1.03 funciona a partir de los “recursos totales” de Anses, con lo cual si aumentan los salarios es obvio que aumentarán esos recursos”, agregó.

De cara al debate que se dará las próximas semanas en el Congreso, Lozano aseguró que es “imprescind­ible” sumar modificaci­ones, como incorporar una clausula que estableza un piso equivalete al aumento de los precios. Además, dijo que mientras que la inflación siga siendo alta, no debería volverse a aumentos semestrale­s, sino mantener la actualizac­ión trimestral. Y pidió que se discuta la relación entre los salarios y el haber, el financiami­ento del sistema y cómo se van a recuperar los 20 puntos perdidos “en el período de Macri”. @

Las jubilacion­es mínimas y las asignacion­es familiares no perderán poder adquisitiv­o este año. Se trata del 87 por ciento de los beneficiar­ios del sistema de seguridad social, que en 2020 habrán tenido un aumento del 35,3 por ciento de sus haberes, similar a la inflación proyectada para diciembre por consultora­s privadas (Rem-Bcra). Sin embargo, tampoco podrán recuperar el 19 por ciento de poder de compra que perdieron en los últimos dos años con la movilidad que tuvo el gobierno de Cambiemos.

Esa fórmula fue suspendida en diciembre del año pasado por la ley de solidarida­d social, por lo que se mantuviero­n los aumentos trimestral­es, pero asignados por decreto. De haberse mantenido la movilidad, todo el universo de las jubilacion­es hubiera aumentado 42 por ciento. Con las subas discrecion­ales, los haberes mínimos subieron 35,3 por ciento, y los máximos, 24,3 por ciento.

Sin embargo, las jubilacion­es mínimas recibieron tres bonos que suman 13 mil pesos. Con estos bonos, en todo un año recibieron casi 7300 pesos más de lo que hubiesen recibido con la fórmula suspendida, si se compara lo que cobraron en total entre diciembre de 2020 y el mismo mes del año anterior, cuando asumió el gobierno del Frente de Todos y otorgó el primer bono.

El cálculo surge de comparar cómo arrancaron en diciembre de 2019: con una jubilación mínima de 14.068 pesos. Con la fórmula del gobierno anterior, que fue suspendida, hubieran tenido aumentos en marzo de 11,6 por ciento, en junio de 10,9 por ciento, en septiembre de 9,9 por ciento, y en diciembre de 4,5 por ciento. En conjunto con el aguinaldo de diciembre y junio, hubieran tenido ingresos de 244.603 pesos entre diciembre 2019 y 2020.

La jubilación mínima pierde, sin embargo, en el haber final del año, ya que de haberse aplicado la movilidad de 2017 hubieran tenido un aumento acumulado de 42% en el año, terminando en diciembre con un haber de 19.995 pesos (contra 19.035 que resulta del aumento del 5% informado esta semana).

Lo que ocurrió es que la misma jubilación mínima de diciembre de 2019, por la suspensión de la ley de movilidad, tuvo aumentos por decreto. Fueron de 13 por ciento en marzo, de 6,12 por ciento en junio, de 7,5 por ciento en septiembre y de 5 por ciento en diciembre. En conjunto con el aguinaldo, y con el bono de diciembre y de enero (de 5000 pesos cada uno) y de 3000 pesos en abril, tuvieron ingresos por 251.874 pesos. Una diferencia de 7271 pesos. De todos modos, en la actualidad, la jubilación mínima pasará a ser de 19.035 pesos, y la canasta básica de un jubilado es de 49.600 pesos, según la

Lozano consideró “insólito” no incluir un ajuste por inflación. Arias rechazó sus argumentos diciendo que es “falso” que vayan a perder poder adquisitiv­o.

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Claudio Lozano (Banco Nación). Roberto Arias (Ministerio de Economía).
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