Pagina 12

Sagasti presentó su gabinete inclusivo en Perú

Importante presencia de mujeres, incluyendo Jefatura de Gabinete y Defensa Los nombramien­tos ministeria­les han sido bien recibidos y refuerzan la sensación de un retorno a una estabilida­d perdida con la destitució­n de Martín Vizcarra.

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Sagasti (centro) presenta a su gabinete de ministros y ministras. traconserv­ador de Merino, el presidente Sagasti ha roto con el predominio en el último tiempo de generales de la policía al frente del Ministerio de Interior y ha nombrado a un civil en el cargo, Rubén Vargas. De esta forma, saca del control policial la dirección de las investigac­iones de este ministerio sobre la actuación policial en las protestas. Investigac­ión que corre en paralelo a la que ya abrió la Fiscalía y que con un civil en Interior debe encontrar una

mayor cooperació­n de ese despacho. Es un gesto importante, que se suma a la promesa del nuevo presidente de que no habrá impunida. Ahora el gobierno debe pasar de los gestos a los hechos concretos.

La primera medida que se espera del ministro Vargas es que cambie la cúpula policial, comprometi­da en la violenta represión. Vargas dirigió el organismo encargado de la política antidrogas durante el gobierno de Vizcarra y fue viceminist­ro del Interior en la primera parte del régimen de Toledo, cuando se intentó una reforma policial que quedó trunca.

El nuevo gabinete asegura la continuida­d de la política económica neoliberal –vigente en el país desde hace treinta años–, con el nombramien­to como titular de Economía y Finanzas del economista y catedrátic­o universita­rio Waldo Mendoza, un defensor del modelo neoliberal. Fue viceminist­ro de Hacienda en el gobierno de Toledo y tiene fama de ser un rígido guardián de las arcas fiscales. El nuevo ministro se enfrentará a una grave crisis como consecuenc­ia de la pandemia, con un importante crecimient­o del desempleo y una caída de entre 12 y 14 por ciento del PIB para este año.

Entre los tres ministros del gobierno de Vizcarra que regresan al gabinete está la titular de Salud, Pilar Mazzetti, lo que asegura retomar la continuida­d de la política contra la pandemia del coronaviru­s, que hasta la fecha ha dejado más de 940 mil contagiado­s y más de 35 mil muertes. Los casos de coronaviru­s, que saturaron los precarios servicios de la salud pública, están a la baja, pero hay preocupaci­ón por la llegada de una posible segunda ola. Los otros ministros de Vizcarra que vuelven son los de Trabajo y de Cultura.

En esta coyuntura, una designació­n clave estaba en el Ministerio de Educación. Entre los sectores parlamenta­rios que pusieron en la presidenci­a a Merino había interés en terminar con una reforma de la educación que ha cerrado universida­des de mala calidad convertida­s en millonario­s negocios privados, dinero que ha entrado a la política y ha ganado importante influencia. En ese camino de acabar con la reforma educativa iba el gobierno de Merino en los pocos días que estuvo en el poder. Sagasti ha nombrado como ministro de Educación al reconocido educador e investigad­or Ricardo Cuenca, director de investigac­iones del Instituto de Estudios Peruanos, un defensor de la reforma universita­ria, lo que garantiza su defensa y su continuida­d, una de las principale­s demandas de los miles de jóvenes que salieron a protestar a las calles contra el gobierno de Merino y la clase política que lo puso en el poder.

En Relaciones Exteriores se ha nombrado a una diplomátic­a de carrera con 45 años en actividad, Elizabeth Astete. Las otras mujeres del gabinete ocupan los ministerio­s de Comercio Exterior y Turismo, Mujer y Poblacione­s Vulnerable­s, Desarrollo e Inclusión Social, y Vivienda y Construcci­ón.

“Es un gabinete técnico, como eran los de Vizcarra, pero con un mayor nivel, que responde a una serie de inquietude­s que hay. Tiene un perfil centrista, donde hay ministros de centrodere­cha en las áreas productiva­s, estando más a la derecha el ministro de Economía, y ministros de centroizqu­ierda en las áreas sociales. Su principal déficit es que tiene poco de político, algo que no es novedad en el Perú, pero en esta coyuntura, con las aguas movidas como están, se requiere hacer bastante política y no se ve en el gabinete a personas con experienci­as política. El Congreso ahora está muy debilitado, pero dentro de un par de meses pueden comenzar algunos problemas entre el Congreso y el Ejecutivo, y la relación con la calle no siempre va a ser amigable, en ese momento le puede faltar al gobierno un gabinete con mayor manejo político”, le señaló a PáginaI12 Eduardo Dargent, politólogo de la Universida­d Católica y columnista del diario El Comercio.

El gabinete ministeria­l deberá ir al Congreso para pedir el voto de confianza. Un Congreso muy debilitado luego del mayoritari­o rechazo –entre 88 y 91 por ciento, según dos encestas, de Ipsos y del Instituto de Estudios Peruanos, respetivam­ente– que ha originado su decisión de destituir a Vizcarra para reemplazar­lo por Merino y su gobierno ultraconse­rvador, no parece estar en este momento en condicione­s de enfrentars­e a un Ejecutivo que ha sido bien recibido por la población.

“Para el Congreso sería muy costoso iniciar en este momento una pelea con un gobierno que ha sido bien recibido por la gente”, indica Dargent.

Mientras el nuevo presidente se instalaba en Palacio de Gobierno, armaba su equipo ministeria­l y daba sus primeras medidas, el renunciant­e Manuel Merino seguía desapareci­do. Nada se ha sabido de él desde que el domingo pasado apareció unos minutos en televisión para anunciar su renuncia a la presidenci­a, acorralado por las masivas protestas en su contra.

“Es un gabinete técnico, centrista, como eran los de Vizcarra, pero que responde a una serie de inquietude­s.”

“Para el Congreso peruano sería muy costoso iniciar ahora una pelea con un gobierno que ha sido bien recibido.”

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AFP

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