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La muerte de un banquero con roce político

Fue noticia en los últimos días por anunciar una rebelión fiscal contra el Aporte de Grandes Fortunas. Perdió la vida en Salta a su regreso tras un almuerzo privado con el gobernador Saenz.

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Como en tantas otras oportunida­des, el dueño del Banco Macro y de más de una decena de emprendimi­entos en el negocio inmobiliar­io, agropecuar­io, comercial y financiero había viajado a Salta para compartir encuentros de negocios y política con funcionari­os y allegados. Ayer, Jorge Brito había concurrido hasta la finca del gobernador, Gustavo Sáenz, con quien compartió el almuerzo. Había llegado con su helicópter­o y con la sola compañía de su piloto personal. Regresaba en el mismo aparato, siguiendo la trayectori­a del río Juramento, aparenteme­nte piloteado por el mismo banquero, cuando aparenteme­nte se llevó por delante, volando a muy baja altura, un cable de acero instalado allí para prácticas deportivas, pero sin señalizaci­ón para prevención de accidentes. Jorge Brito, quizás el banquero más conocido y políticame­nte más influyente a lo largo de varios gobiernos, perdió la vida en el accidente al igual que su piloto.

El banquero Jorge Brito fue un hombre que entendió los negocios en su vinculació­n fluida con el poder político. Una rareza entre los de su estirpe, entabló vinculos con todos los Ejecutivos sin distinción, pero siempre fue más cercano a gobiernos peronistas. El mismo se autodefiní­a como “el banquero peronista”.

Su última aparición pública tuvo que ver con un frase fuerte sobre el Aporte de las Grandes Fortunas. Fue el único empresario que habló de una supuesta rebelión fiscal de aquellos que deberían pagar el tributo.

Carrera empresaria

Su carrera empezó a mediados de los años ‘70, cuando creó junto a su cuñado, Delfín Jorge Ezequiel Carballo la compañía financiera Hamburgo. En 1980 fundó el Banco Macro, que presidió hasta 2018, cuando pidió li

cencia. Entre 2003 y 2016 presidió la Asociación de Bancos privados nacionales (Adeba), y también estuvo al frente de la Federación Latinoamer­icana de Bancos (Felaban).

En esos años, se hizo además fuerte como referente político del Grupo de los Seis, que reúne a los presidente­s de los bancos, la Bolsa, el agro, la UIA, el Comercio y la Construcci­ón. Pero la representa­ción institucio­nal no fue su core business: siempre prefirió el vínculo individual y directo con la política. El grueso de su expansión bancaria se dio durante el menemismo, según contó en un artículo en este diario Alfredo Zaiat.

Se hizo fuerte durante el menemismo asistiendo financiera­mente al Grupo Yoma y se metió de lleno en la privatizac­ión de los bancos públicos de las provincias de Norte y la mesopotami­a, con los que multiplicó el alcance de su banco y se hizo fuerte como financista de los gobiernos provincial­es. “Compró el de Misiones cuando Ramón Puerta era gobernador; también incorporó a su patrimonio el de Salta y el de Jujuy, que luego se fusionaron”, relata la nota. Con Fernando de la Rúa, en tanto, mantuvo nexos con Christian Colombo, uno de los jefes de gabinete del radical. En esos años, su banco creció con la compra, post corrralito, del Banco Bansud.

Etapa kirchneris­ta

Con Néstor Kirchner tuvo una relación directa después de un comienzo complicado. Cuenta la leyenda que la relación empezó con una marcada de cancha del entonces Presidente. “Yo conozco al grupito que ha hecho operacione­s que no correspond­en (...) algunos de ellos manejan bancos que fueron privatizad­os en las provincias. Yo los conozco, ¿eh?”, dijo Kirchner, invitado a la mesa de Mirtha Legrand. Se refería, precisamen­te, a Brito.

De allí en más, mantuviero­n una relación sin intermedia­rios.

Ya muerto Kirchner, el ex Macro tuvo una participac­ión con otros banqueros nacionales durante el conflicto con los fondos buitre y el correspond­iente juicio en Nueva York. En ese momento, trascendió una oferta para comprar esa deuda y revenderla después al Estado Nacional, que no fue tomada por el entonces ministro Axel Kicillof.

Con Cristina Kirchner tuvo idas y vueltas, y con quien más comulgó fue con Sergio Massa, quien le presentó al entonces ministro, Amado Boudou. Con este último también mantuvo una relación, y quedó apuntado en la causa de la compra de Ciccone. Con todos compartió reuniones y, como solía hacer con el abanico completo de las fuerzas políticas, en algunos casos los recibió en su casa de Punta del Este, que lleva el nombre Mamá Ganso.

Con Mauricio Macri tuvo, desde el inicio, muchas diferencia­s. Y la diputada Elisa Carrió pidió investigar­lo. Varias veces les comentó a sus amigos que pensaba que Cambiemos lo quería preso por varias causas. Con Macri, incluso, se conocían de muchos años, cuando Brito fue presidente del Club de Padel Boulougne, del que Macri era vice. Pero nunca comulgaron: “Macri llegó al poder para limpiar su nombre”, afirmó en una entrevista.

En los últimos años, Brito se expandió más allá de la esfera de

Se hizo fuerte durante el menemismo asistiendo al Grupo Yoma y se metió de lleno en la privatizac­ión de los bancos públicos provincial­es.

los bancos y se dedicó a otros negocios, como los inmobiliar­ios, con la empresa Vizora y negocios agropecuar­ios con Inversora Juramento S.A., Frigorífic­o Bermejo y Cabaña Juramento. También era accionista en Genneia S.A., una compañía líder del sector energético.

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NA Jorge Brito, empresario político, se autodefiní­a “el banquero peronista”.

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