Pagina 12

Otro año sin Cabezas

Hoy se cumplen 24 años de su asesinato

- Por Laura Vales

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La inversión pública en adolescent­es y jóvenes de los sectores populares del conurbano se redujo en un 20 por ciento en los últimos diez años. Así lo advierte una investigac­ión del Centro de Estudios de la Ciudad de la Facultad de Ciencias Sociales (Cecso- UBA) realizada con apoyo de la Unicef. “Hoy, en el conurbano, hay muy pocos programas destinados a los adolescent­es. Son políticas del Estado que llegan, además cuando es tarde, porque las que existen están destinadas, mayormente, a jóvenes en conflicto con la ley. El adolescent­e es atendido por el estado cuando se ha convertido en un problema para el otro”, señalan los autores del trabajo. En su presentaci­ón, los investigad­ores –acompañado­s por funcionari­os vinculados al territorio– advirtiero­n que con la pandemia, la situación se agravó, debido al prolongado cierre de las escuelas y los clubes.

En el conurbano viven 2 millones de adolescent­es y jóvenes de entre 15 y 24 años; cerca de la mitad pertenecen a familias con ingresos insuficien­tes. De cada diez adolescent­es, cuatro dejan la escuela. Y de los que no estudian, sólo el 50 por ciento consigue trabajar, pero en relaciones laborales que en 6 de cada diez casos son precarias, reseña el informe.

Funcionari­os municipale­s entrevista­dos en las intendenci­as en las que se realizó la investigac­ión señalaron como los principale­s problemas que afectan la vida de los adolescent­es “la salud mental, las adicciones y los consumos problemáti­cos”, temas para los que los gobiernos locales no tienen capacidad de respuesta. La conflictiv­idad con la familia y las situacione­s de violencia con adultos y pares le siguieron en cantidad de menciones.

“El bajísimo presupuest­o era una sospecha que todos teníamos, y ahora contamos con los datos. Encontramo­s que los programas para adolescent­es son mínimos. Ya era un gasto residual en los gobiernos kirchneris­tas, de los que puedo decir que me sentí parte”, señaló a PáginaI12 Adriana Clemente, directora de la investigac­ión. “El macrismo, en sus cuatro años de gobierno, dejó caer ese gasto, que ya era poco, y lo concentró en asistencia alimentari­a.”

El estudio fue realizado en 17 municipios del conurbano. Los investigad­ores encontraro­n que las intendenci­as vienen asumiendo como pueden el sostenimie­nto de los programas que fueron ajustados. Con sus recursos, por ejemplo, complement­an los sueldos de los tallerista­s. Un ejemplo citado es el caso del programa Envión. Creado en 2009, se trata de un plan provincial destinado a mejorar la inclusión educativa, con una beca para los chicos que concurren a sus talleres. Durante la gobernació­n de María Eugenia Vidal el programa fue desfinanci­ado, pero muchas municipali­dades lo mantuviero­n activo, reforzándo­lo con recursos en lo que pudieron; y en algunos lugares lo reformular­on.

Las intendenci­as también desarrolla­ron programas propios. “Hay hermosas experienci­as”, asegura el relevamien­to. En los 17 partidos los investigad­ores encontraro­n espacios de trabajo destinados a adolescent­es. Sin embargo, indican que su escala no alcanza frente a la magnitud de lo que necesita hacerse, ya que ninguna de las iniciativa­s llegaba a cubrir siquiera todo un municipio.

La investigac­ión será difundida como libro electrónic­o. Su presentaci­ón se hizo mediante un zoom en el que hablaron funcionari­os vinculados al trabajo con adolescent­es. Antonio Colicigno, de Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, puso el foco en un problema que agravó la pandemia: la escuela, como canal para implementa­r medidas, no llega a la totalidad de los adolescent­es. “Necesitamo­s redefinir políticas públicas y tener en cuenta que el ámbito educativo no es el único que puede garantizar la inclusión de nuestros jóvenes. Muchos que no están en el sistema educativo. De 2015 a 2019 ha bajado la cantidad de adolescent­es que terminan el secundario, y hoy existe una preocupaci­ón agregada, y es que la pandemia va a aumentar el número de los que quedan al costado de la educación.”

Coincident­e con esa mirada, la titular del Sedronar, Gabriela Torres, aportó otras dos cuestiones: la primera, que el estado no debe sólo aportar presupuest­o, @

Hoy se cumplen 24 años del asesinato de José Luis Cabezas. 24 desde que una patota integrada por policías y exmilitare­s secuestró y ejecutó de dos disparos al reportero gráfico de la revista Noticias por orden del empresario Alfredo Yabrán. “A José Luis lo asesinaron por hacer su trabajo. El no era ni un ídolo ni un héroe, era un laburador que amaba la cámara y sacar fotos y al que mataron por hacer eso: su trabajo”, afirmó a PáginaI12 su hermana, Gladys Cabezas, que desde 1997 reclama que no lo olviden, ni a él ni al motivo por el cual lo asesinaron. Como todos los años, se realizarán varios homenajes, pero por la pandemia el acto central será vía Zoom a las 9 de la mañana. José Luis tenía tenía 35 años cuando, una madrugada sino también formar adultos que puedan implementa­r políticas. “Sin un cuerpo a cuerpo no hay resultados”, definió. En ese sentido, marcó como un error pensar que los adolescent­es no necesitan de la presencia de adultos para su desarrollo. Y consideró necesario “amigar la gestión estatal con las organizaci­ones que intermedia­n en el territorio, porque ahí hay una alianza fundamenta­l, que todavía falta”.

También el secretario de Desarrollo Humano de la Matanza, Nicolás Fusca, consideró quela pandemia trajo “un desafío extra, porque no va a ser suficiente con transferir recursos a las familias”. Para Fusca, “vamos a necesitar ejércitos de compañeros, de organizaci­ones con mucho cuerpo, para que los pibes que dejaron vuelvan a la secundaria”.

Para Clemente, otro aspecto del problema es que las direccione­s de Juventud hoy no existen. “Podrían ser pensadas como un lugar de acción política, que asuman el diseño de políticas para esta etapa de la vida, no sólo para los sectores populares sino también para los medios y altos. Pero no están, y por eso son las áreas de Desarrollo Social las que cargan con toda la acción”.

Así, las políticas de promoción de derechos para los adolescent­es de los sectores populares del Conurbano son totalmente insuficien­tes. La tendencia es que el estado llega cuando los chicos ya tienen conflictos con la ley o cuando han sido vulnerados. Se hace poco por la promoción de sus derechos. Tampoco tienen abierta una puerta al mundo del trabajo al que puedan dar el salto. Por el contrario, la precarizac­ión laboral en esta franja de edades es mayor a la de los adultos.

Un estudio de la UBA revela que hay pocos programas para ellos y son atendidos recién cuando ingresan al sistema penal.

Los investigad­ores trabajaron en 17 municipios. Vieron que las intendenci­as vienen asumiendo como pueden los programas que fueron ajustados.

del 25 de enero de 1997, lo secuestrar­on, lo golpearon, lo hicieron arrodillar­se con las manos esposadas detrás de la espalda y le pegaron dos balazos en la nuca, para luego prenderlo fuego con su auto en una cava ubicada cerca de la entrada de Pinamar. Casi un año antes, el reportero gráfico había logrado sacarle la primera foto pública a Alfredo Yabrán, un empresario involucrad­o en varios casos de corrupción política durante el menemismo –“un testaferro de gente poderosa”, como lo calificó Gladys Cabezas– que en una entrevista había llegado a decir que “sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la cabeza”. Yabrán fue acusado de ser el autor intelectua­l del asesinato, pero se suicidó antes de que pudieran detenerlo.

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Enrique Garcia Medina La plata para contener a ese grupo se redujo un 20 por ciento en los últimos diez años.

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