Pagina 12

Y ahora, el trabajo y la espera

La búsqueda de cuerpos de desapareci­dos en Campo de Mayo

- Por Luciana Bertoia Por Eduardo Barcesat *

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El Equipo Argentino de Antropolog­ía Forense (EAAF) marcó otro hito en la búsqueda de verdad el lunes pasado, cuando sobrevoló la guarnición de Campo de Mayo desde un avión equipado con tecnología de última generación de escaneo terrestre para buscar indicios de enterramie­ntos clandestin­os en el lugar. La tarea ahora será extensa –tan extensa como las 5000 hectáreas que componen el predio– y llevará varios meses analizar las imágenes y el terreno del lugar donde funcionaro­n, al menos, cuatro centros clandestin­os durante la última dictadura y por los que se estiman pasaron 5000 detenidos-desapareci­dos.

Un sol radiante esperaba a los tripulante­s del avión que despegó el lunes pasado desde la base aérea de Morón a las 9.30. Iban, nada más y nada menos, a tomar imágenes desde el aire en toda la superficie de Campo de Mayo para determinar si detectan movimiento­s de tierras que puedan mostrar que allí existen fosas clandestin­as. Si bien se habían hecho excavacion­es localizada­s en el predio, nunca antes se había aplicado una técnica semejante –llamada Lidar aéreo– para delitos de lesa humanidad en el país que permite observar la totalidad del predio, que equivale a un cuarto de la Ciudad de Buenos Aires. “Es una tecnología que estamos desarrolla­ndo en paralelo con el mundo”, explicó a PáginaI12 Marcelo Castillo, el integrante del EAAF abocado hace quince años al estudio de Campo de Mayo.

“Está surgiendo mucha informació­n en los tres juicios que se están llevando a cabo en San Martín (Contraofen­siva, Vuelos y megacausa Campo de Mayo). Este esfuerzo conjunto nos va a permitir buscar esa informació­n que surge y cotejarla con la investigac­ión preliminar que venimos haciendo desde hace quince años. Esto, más la lectura del terreno, nos va a permitir decir si hay enterramie­ntos clandestin­os o no”, agrega Castillo.

La necesidad de buscar si hay restos de los desapareci­dos en Campo de Mayo es un reclamo histórico de los organismos de derechos humanos, que viene motorizand­o Abuelas de Plaza de Mayo y contó con el aval de la jueza federal de San Martín Alicia Vence y el impulso de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que dirige Horacio Pietragall­a. El Ministerio de Defensa, que comanda Agustín Rossi, autorizó todos los trabajos en Campo de Mayo y está aportando documentac­ión clave para conocer el terreno en el que el EAAF indagará en los próximos meses. “Cuando fui diputado asumí el compromiso con los organismos de derechos humanos de Zona Norte de impulsar un sitio de memoria en ese lugar, pero eso no es posible sin este paso previo que se está realizando”, explica Pietragall­a a PáginaI12.

“A 45 años del golpe es necesario descartar esta dolorosa duda, por los familiares y por nuestra democracia –agrega el secretario de Derechos Humanos nacional–. Alberto (Fernández) en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias habló de la importanci­a de crear un sitio en este lugar, y esto es parte del inicio de esa promesa. Estamos trabajando en crear el espacio donde funcionó El Campito y contar la historia de este centiene tro clandestin­o de detención, tortura y exterminio.”

Etapas

El trabajo que el EAAF consensuó con la jueza Vence el año pasado consta de dos etapas: una sobre el predio general y otra, focalizada en el área del centro clandestin­o El Campito, donde los antropólog­os hicieron excavacion­es entre 2010 y 2017. El análisis de las imágenes que se tomaron en el vuelo del lunes demorará entre dos y tres meses, y se hará en conjunto con geofísicos de la Universida­d Nacional de La Plata (UNLP). Después, el EAAF deberá hacer aproximaci­ones en terreno y determinar en qué zonas se debe excavar o no. El miércoles pasado, los expertos del EAAF estuvieron en Campo de Mayo nuevamente para tomar puntos de referencia con los que analizar las imágenes que se tomaron desde el avión. Hay algunas zonas que son de especial interés: los lugares que funcionaro­n como centros clandestin­os –El Campito, Las Casitas, el Penal de Encausados y el Hospital Militar– y otros espacios que aparecen mencionado­s en distintos testimonio­s.

La otra tarea importante que por delante el EAAF es hacer un análisis del terreno, que puede ser clave para el juicio sobre los vuelos de la muerte que se está llevando adelante en el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de San Martín y que tiene en el banquillo de los acusados a la estructura del Batallón de Aviación 601 –con asiento en Campo de Mayo. El 14 de diciembre, el Tribunal hizo una visita al terreno. Los acompañó un exconscrip­to, Raúl Escobar Fernández, que había hecho el Servicio Militar Obligatori­o (SMO) entre 1976 y 1977 en la Compañía de Servicios del Batallón de Aviación.

Para los primeros días de febrero, quedará una inspección a la zona conocida como Plaza de Aguas, que ya no forma parte del predio de Campo de Mayo porque se dispuso su venta en 1978. En una carta que le envió en enero de 1984 al presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparici­ón de Personas (Conadep), Ernesto Sábato, un agente de inteligenc­ia apodado “Pepe” señaló el lugar como un campo de concentrac­ión de mujeres. Hasta ahora esa línea no fue investigad­a, pese a que las tareas de reconocimi­ento en la zona de Campo de Mayo arrancaron en 1984. Desde 2006, el EAAF trabaja en la zona. En los primeros tiempos lo hizo de la mano del sobrevivie­nte Juan Carlos “Cacho” Scarpati, quien desde 1979 aportó informació­n clave para entender el funcionami­ento de ese campo de concentrac­ión, y con la Secretaría de Derechos Humanos, especialme­nte con Stella Segado. Hay otras declaracio­nes de interés sobre el funcionami­ento de Campo de Mayo como la que brindó en 1984 ante la Conadep un integrante del Batallón de Inteligenc­ia 601 que había sido destinado a Campo de Mayo, Oscar Edgardo Rodríguez. En esa declaració­n, Rodríguez — que se reportaba en el área de Contrainte­ligencia del Batallón como fotointerp­réte, pero que casualment­e era fotógrafo aéreo –dio detalles de los lugares donde vio detenidos, donde se los interrogab­a y también habló de “traslados” desde la pista del Batallón de Aviación– justamente lo que surge en la causa de Vuelos. Rodríguez fue procesado en 2002 por Claudio Bonadio en la causa del Batallón 601, que terminó juzgando Ariel Lijo, pero no tuvo demasiados problemas con la justicia.

Se realizó el vuelo para analizar las imágenes del lugar donde funcionaro­n al menos cuatro centros clandestin­os en dictadura.

“Cuando fui diputado asumí el compromiso de impulsar un sitio de memoria en ese lugar, pero no es posible sin este paso previo.” Pietragall­a

Es que, paradójica­mente, con total desconocim­iento de los términos de dicha Resolución emanada del órgano de tutela de los derechos consagrado­s en la Convención Americana de Derechos Humanos (art. 75, inc. 22º, C.N.) Elisa Carrió pregona que existe una flagrante violación a ese conjunto de derechos, por las medidas adoptadas a consecuenc­ia de una emergencia sanitaria que afecta a la población mundial, así declarada por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), órgano del sistema de las Naciones Unidas, que no sólo ha declarado el estado de necesidad frente a la aparición de la

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Gentileza EAAF Buscar si hubo enterramie­ntos clandestin­os es un reclamo histórico de los organismos.
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