Violación en Once
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia evaluó que el caso de la joven venezolana de 18 años abusada en un comercio del barrio porteño de Balvanera conformó una “situación de altísimo riesgo psicofísico y emocional” para la víctima, afirmó que la chica sufrió “conductas no correspondidas ni deseadas” y advirtió en el imputado “rasgos perversos y una modalidad de acecho”. El informe presentado durante las últimas horas por el organismo basa sus conclusiones en una serie de puntos, entre los que destacan la “existencia de una clara violencia simbólica y sexual” por parte del imputado, Irineo Humberto Garzón Martínez (35), quien tomó “como un objeto” a la joven, “abusando de su dignidad y humillándola en su accionar”. También hizo referencia a las marcas halladas en el cuerpo de la víctima, a los sentimientos de amenaza, humillación y vergüenza que padece tras el episodio y a la “interseccionalidad de vulnerabilidades” en función de su edad, género, condición económica, nivel de instrucción y su reciente llegada a la Argentina. Por eso, explicó que el “impacto subjetivo consecuente” producido en la joven posee una “sintomatología asociada a un cuadro de estrés postraumático”, con “trastornos del sueño, presencia de pesadillas, ansiedad, conductas de aislamiento social, introspección, temor al afuera y prevalencia de sentimientos de culpa”.