Pagina 12

Pican, pican

Particular­mente agresivo, no transmite el dengue

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Una invasión de mosquitos inundó la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Es una especie agresiva pero no transmite el dengue

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Alentados por la lluvia, una invasión de mosquitos inundó los parques, las casas y las calles de Buenos Aires. Según afirman especialis­tas en biología, se trata del “mosquito charquero”, un insecto silvestre que pica con intensidad. “Es una especie particular­mente agresiva, que no se retira hasta no haber picado a la persona”, señaló a PáginaI12 Victoria Micieli, bióloga e investigad­ora del Conicet. Autoridade­s de la Provincia y Ciudad de Buenos Aires descartaro­n la fumigación y aseguraron que “no existe un riesgo de salud pública” por el fenómeno, ya que no transmite ninguna de las enfermedad­es –zika, dengue y fiebre chikunguny­a– vinculadas con estos insectos. También alentaron a la población a “tomar dimensión del problema y prevenir los criaderos domésticos” donde se desarrolla otro mosquito, el Aedes Aegypti, que transmite el virus del dengue.

“Este es un mosquito silvestre, que los investigad­ores llamamos mosquito charquero porque depositan los huevos en los charcos, cuando se achican, o lugares húmedos, de barro”, explicó Micieli. Una vez que los depositan, los huevos resisten más de un año, incluso en condicione­s de sequía. Mientras no llueva la hembra sigue poniendo huevos, y cuando viene el agua, eclosionan todos juntos. “La hembra necesita sangre para alimentars­e y volver a poner huevos. En principio prefiere a los animales, pero si no le alcanza migra en busca espacios urbanos”, señaló la doctora en Ciencias Naturales y Biología, y aclaró que “mientras estén vivas, tienen hasta cuatro ciclos de alimentaci­ón”.

Aunque esta especie de mosquito vive más de un mes, la invasión podría terminar antes porque las hembras van a buscar lugares para depositar sus huevos. “No descarto que puedan criarse en la ciudad”, advirtó Micieli y agregó que “la diferencia con el mosquito del dengue, que se desarrolla en recipiente­s artificial­es, es que no podemos acceder a los sitios de cría, por lo que el fenómeno es inevitable”. Además, sus huevos son tan resistente­s que sobreviven a temperatur­as altas y bajas, hasta diez grados bajo cero.

En cuanto a los espacios, el Aedes Albifascia­tus crece en superficie­s inundables –charcos, zanjas– y prefiere los lugares con vegetación, donde se protege de las altas temperatur­as. “Al igual que el Aegypti, es un mosquito diurno, y la hora más crítica es entre las cinco y las siete de la tarde, donde se pueden ver nubes de mosquitos, que son los machos que forman enjambres para recibir a la hembra”, remarcó Micieli. Si bien ahora la invasión se posó sobre Buenos Aires, la especialis­ta aseguró que es una especie presente en todas las zonas del país. “En Mendoza y en el Alto Valle de

Los huevos, que resisten hasta un año de sequía y frío, se depositan en lugares húmedos y eclosionan con el calor y las lluvias.

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EFE El mosquito charquero pica con intensidad.

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