Los cambios en la OMC
En mayo de 2020, en un contexto de urgencias, signadas entre otros por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y los efectos disruptivos de la pandemia, la Organización Mundial de Comercio (OMC) se vio sacudida por la renuncia anticipada de Roberto Azevêdo. Tras varios meses, en los que primó más la disputa geopolítica que la ponderación de los antecedentes de los distintos candidatos, el 15 de febrero quedó electa como Directora General la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala.
En el medio se sucedieron varias rondas de negociaciones frustradas en las que quedó de manifiesto que si bien ni Estados Unidos ni China por si mismos pudieron imponer sus preferencias respecto de la orientación de la gobernanza global del comercio internacional, la falta de cooperación entre estos dos sí resultó suficiente para que la OMC viera ralentizado su funcionamiento, y se elevaran de manera sustantiva los niveles de incertidumbre respecto del futuro de la cooperación en materia de comercio internacional. La elección fue posible no solo por el cambio de gobierno en Estados Unidos, sino también porque la otra candidata, Yoo Myung-hee, retiró su postulación.
Ngozi es la primera mujer, y la primera africana en ejercer el cargo de la Dirección General de la OMC. Otra diferencia significativa respecto de sus antecesores, es que sus antecedentes están más vinculados a las problemáticas del desarrollo que al núcleo duro del comercio internacional. Su enfoque es que el comercio internacional y las relaciones comerciales “se tratan fundamentalmente de personas”.
En consonancia su discurso aparenta poner mucho más énfasis en lo que el comercio puede hacer por las personas antes que en lo que las personas pueden hacer por el comercio. La diferencia trasciende el juego de palabras, y tiene una carga importante para las políticas públicas, en un contexto en el cual aquello que los países miembro quieren del comercio y de las políticas comerciales es algo que se encuentra en disputa. Por ejemplo, en las negociaciones relativas a la pesca y la sustentabilidad ambiental; en la tensión entre comercio y desarrollo; e inclusive, en la regulación del comercio electrónico.
Las prioridades que marcó Ngozi para su gestión incluyen un rol más activo para la OMC en la gestión de la crisis de la Covid-19 (apuntando entre otros a un comercio de insumos sanitarios menos restrictivo. También en que las relaciones comerciales contribuyan a asegurar la provisión de vacunas). Otra de sus metas es reformar el mecanismo de solución de controversias, que permita volver a poner en funcionamiento el Órgano de Apelaciones. También busca en su gestión avanzar en la actualización de los marcos normativos y procedimentales de la OMC. Este punto es una deuda de larga data y una meta que distintos directores se han propuesto sin éxito.
A corto plazo el objetivo de Ngozi es que la 12ª Conferencia Ministerial a celebrarse en 2021 produzca algunos resultados en las negociaciones de subsidios a la pesca y comercio digital, así como una hoja de ruta para resolver el bloqueo del órgano de apelaciones. En esa lista, y de interés para la Argentina, aparece también el deseo de Ngozi de impulsar algún tipo de resultado en la eliminación de las restricciones a las exportaciones destinadas al Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
La elección de Ngozi no resuelve los problemas de fondo de la gobernanza multilateral de comercio, y sería equivocado ser excesivamente optimista respecto de cuánto puede resolver. La OMC sigue cautiva de la dinámica de cooperación-conflicto entre Estados y China. Por su parte, es preciso recordar que la OMC es un organismo “dirigido por sus miembros” y que el margen de acción del Director General es más bien acotado. La elección es una primera piedra en un proceso que, si logra generar los consensos suficientes, puede volver a dotar al multilateralismo comercial de la centralidad necesaria para los desafíos del mundo en pandemia y pos pandemia. Para Argentina, un multilateralismo fortalecido es siempre mejor noticia que un multilateralismo debilitado.
* Dra. en Relaciones Internacionales. Profesora en la UNR e investigadora en Conicet.