“Si no estudiamos alternativas, el machismo nunca va a desaparecer”, advierte Hentzsch.
Desde muy pequeña sintió en carne viva la discriminación cuando Huamán empezó a hablar el idioma quechua. Pocas instituciones públicas y privadas han implementado espacios de recepción en bilingüe. “Uno de los problemas bien álgidos para nuestras mujeres indígenas es la discriminación. Cuando fui regidora provincial de Abancay, tuve la oportunidad de sacar la primera ordenanza de la no discriminación, la ordenanza 002/ 2008, que marcó un hito histórico a nivel nacional y hoy por hoy tiene más de 73 ordenanzas similares. No es justo que en pleno siglo XXI se siga sufriendo tanta discriminación y mucho más nuestras hermanas indígenas, que son más vulnerables al maltrato que existe en todas las esferas. Cuando sufren violencia en sus familias, por parte de sus parejas, no cuentan con servicios judiciales en la zona donde viven. Y esta es otra de las barreras porque tienen que desplazarse leguas y muchas veces no hay carretera, no hay vías de comunicación, de capacidades, de conocimiento de sus derechos en el tema de igualdad de oportunidades con enfoque de género, para que puedan cambiar y defender sus derechos”, revela Huamán que ha viajado a muchas comunidades para fortalecer y empoderar a las mujeres indígenas. “Muchas de las mujeres a las que he capacitado en varios lugares ocupan cargos en su comunidad y muchas de ellas han llegado a ser concejales. Eso significa que ha habido una interiorización, una reflexión y un cambio de actitud en mis hermanas de las comunidades”.
A raíz de la pandemia de covid19, se formó una Asociación Agropecuaria de productores de papa nativa orgánica, una gran cooperativa en la que están enmarcando la participación de toda la comunidad: niños, adultos, jóvenes y adolescentes. “En estos trabajos comunales uno aprovecha para hablarles sobre los derechos de la mujer, la igualdad de oportunidades con enfoque de género, y también participan los varones,