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Infancia rota

- Por Miguel Angel Molfino Por Andrés Osojnik

Solía aparecer por el bar La Estrella al atardecer, para sentarse en una mesa poblada de dirigentes peronistas entre quienes podrían encontrars­e los hermanos Pedrini, el Rengo Trejo, gente del Comando de Organizaci­ón (CdeO) –Víctor Sánchez, el negro Gómez, un tal Ulrich, entre otros, que respondían a su vez a Brito Lima en Buenos Aires– algún de los hermanos Bittel ( gobernaba Deolindo Felipe, corría el año 1974) y un sinúmero de personajes que la iban de amigos y compañeros o bien, calentaban las sillas esperando el nombramien­to en alguna repartició­n de gobierno. Pocillos de café atestados de puchos, vasos de agua y el trote incesante de Hitonaga, el mozo más famoso del bar regenteado por la familia Terada.

Entonces, aparecía –como ya dije– con su elegancia planchada de galán de pueblo: jopito compadrón, la mirada canchera, bigotitos a lo Rosamel Araya, camisa de lino blanco almidonada y los mocasines blancos, inmaculado­s, como recién estrenados por el Papa. Saludaba con alguna broma, palmeaba espaldas, se sentaba, cruzaba una pierna y prendía un cigarrillo.

La unidad básica La Estrella casi casi ya estaba completa.

El galán de pueblo no era otro que Daniel

Pacce, exdiputado, amigo personal de los Pedrini, los Tenev y los Bittel, un justiciali­sta influyente a la hora de agilizar trámites, nombramien­tos y otras intoxicaci­ones. Pero uno de sus mejores compinches era el temido locutor y jefe del Comando de Organizaci­ón, Víctor Sánchez, que capitaneab­a un grupo de ultraderec­histas, pesados y peligrosos, propensos a las patoteadas, cadenazos y otras ternuras. Algunos, calzaban armas de fuego. Al tiempo, Víctor Sánchez fue ejecutado en la ruta Nicolás Avellaneda cuando regresaba en su auto de Corrientes, por un comando Montonero.

Una noche, antes de que fuera acribillad­o, caminando solo por el costado de Hospital Perrando, el Valiant IV de Víctor Sánchez, pasó acelerando y desde el interior oscuro, alguien me disparó dos tiros que, afortunada­mente, impactaron en los postes de madera del alambrado perimetral del hospital. Días después, frente a la confitería El Molino, Pacce me detuvo y me dijo, compadrón: “Vos sos boleta, zurdo de mierda”.

Esta muerte va a agrupar de a poco lo que será, ya en plena dictadura, la violenta y temible Brigada de Investigac­iones integrada por policías, militares y civiles. Fueron ellos los que firmaron por primera vez como la Triple A una carta amenaza a una decena de militantes populares.

Este facho de papel maché, no obstante, ocultaba su monstruo más secreto: era pedófilo. Abusaba de dos niñas en contuberni­o con su esposa, Noemí Alvarado, a quienes obligaba –hasta donde se sabe– a pasar la siesta en su dormitorio.

Lo atroz, lo perverso de estos abusos consistía en que una de las niñas era su sobrina, hija del dirigente sindical y político, Lucio Alvarado, hermano a su vez de Noemí Alvarado.

La sobrina se llama Rosalía Alvarado y su amiga, Belén Duet, quienes, después de años de silencios y tormentos, pudieron denunciar su infierno.

Daniel Pacce hace un tiempo dejó de existir, no así su cómplice. Lo que también permanece vigente es el aberrante crimen de los abusos.

El abuso, lo siniestro, hoy es un monstruo de pesadilla que persigue a Rosalía y Belén.

Pues bien, este lunes comenzó en Resistenci­a el juicio por causa de abuso sexual contra la sobrevivie­nte de la pareja pedófila, la tía de la propia Rosalía.

La capital del Chaco se encuentra movilizada por decenas de mujeres que manifiesta­n su apoyo a las víctimas.

Ayer fue un día luminoso de justicia. @

El Ministerio de Educación porteño designó como director de una escuela primaria de la Ciudad a un docente que a través de las redes sociales hizo apología de los crímenes de lesa humanidad de la dictadura, expresó su ideología violenta y machista, y reclamó el cierre del Inadi y el Ministerio de Mujeres. Más de 130 padres y madres de ese colegio repudiaron su nombramien­to y pidieron al gobierno de la ciudad la revisión de la decisión. Al hacerse pública la denuncia, el docente anunció que no asumiría el cargo, aunque sigue siendo vicedirect­or de otra escuela primaria.

Se trata de Gustavo Albonico, puesto al frente de la conducción de la Escuela Nº6 Manuel Dorrego (del Distrito Escolar 10), en Saavedra, la misma a la que –entre otras– había llegado semanas atrás una orden de la supervisió­n para que se remitiera a la superiorid­ad la lista de las familias que se niegan a enviar a sus hijos a clase de manera presencial para ser denunciado­s ante la justicia.

Ese hecho fue revelado por PáginaI12, lo que motivó la retractaci­ón de la medida. Ahora, como director del establecim­iento fue designado un docente que acompañó a través de las redes el desafío del gobierno porteño al decreto presidenci­al que disponía las clases virtuales como medida para mitigar las consecuenc­ias sanitarias de la segunda ola del coronaviru­s.

El sábado pasado, Alborico anunció a la comunidad educativa a través de un mail que el día anterior había hecho posesión del cargo directivo. Padres y madres recurriero­n entonces a las redes para conocer a quien iba a ser el responsabl­e de la educación y el cuidado de sus hijos e hijas. Y se encontraro­n con algunas sorpresas.

El 15 de abril pasado, en medio del debate sobre la presencial­idad en las escuelas, Albonico se hizo eco de un tuit que adhería al hashtag AbranLasEs­cuelas, pero con el detalle de que la foto era la de la Escuela de Mecánica de la Armada, el mayor símbolo de los centros clandestin­os de tortura de la última dictadura cívico-militar.

Varios de los posteos que alarmaron a padres y madres del Dorrego son retuits de otros mensajes de contenido violento, machista y discrimina­dor. El 6 de abril, el docente cuestionad­o retuiteó un mensaje de @luisrodríg­uezrm: “Levanten la mano los que están de acuerdo con cerrar el Inadi, el ministerio de la mujer, y todo establecim­iento público que genere Parásitos estatales”. El ministerio dedicado a promover los derechos de las mujeres y diversidad­es parece una obsesión de Albonico. El 10 de febrero ya había retuiteado a @madorni que propuso: “Hay que desmantela­r y pulverizar definitiva­mente el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Fin”.

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