Pagina 12

Fracasó la reunión y la protesta sigue en Colombia

Amnistía Internacio­nal, la CIDH y la ONU expresaron preocupaci­ón por la represión a la marcha indígena. Van doce días de manifestac­iones y brutalidad policial.

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En medio de llamados de organizaci­ones humanitari­as para que cese la represión en Colombia, el presidente Iván Duque hizo un viaje relámpago a Cali, tercera ciudad del país y epicentro de las manifestac­iones, y ordenó el mayor despliegue de las fuerzas de seguridad “para brindar seguridad a los ciudadanos”. Horas más tarde, el presidente conservado­r se reunió con el Comité Nacional del Paro integrado por sindicatos y organizaci­ones que convocaron las protestas del 28 de abril hasta hoy. Un encuentro que culminó sin acuerdos: fue convocada para mañana una nueva jornada de manifestac­iones.

“El gobierno no dijo nada en concreto en los dos temas centrales que se plantearon, las garantías de las protestas y el cese a la actuación desmedida de la fuerza pública contra la gente”, expresó a la agencia EFE el secretario general de la Central Unitaria de Trabajador­es de Colombia (CUT), Diógenes Orjuela.

Duque arrancó esta semana una ronda de diálogos con varios sectores para intentar salir de la crisis política y social abierta con las multidinar­ias protestas, en las que decenas de miles de colombiano­s pidieron el fin de la ya extinta reforma tributaria, pero que han desembocad­o en otras peticiones como la retirada de una reforma de la salud y el fin de la brutalidad policial.

Pero sucede que al mismo tiempo que abre el diálogo, el mandatario llama a reforzar la presencia policial en las calles. Duque pidió que se realice “el mayor despliegue” de fuerza pública en la ciudad de Cali, epicentro de las protestas que vive el país desde el 28 de abril, mientras que el expresiden­te Alvaro Uribe, su mentor político, llamó directamen­te al “ocupamient­o militar” de la ciudad.

“En función de las facultades constituci­onales que tengo como presidente de la República para acompañar y dirigir las situacione­s de orden público local, deben en este momento ustedes garantizar (...) el mayor despliegue que se tenga de capacidade­s de nuestra fuerza pública”, dijo Duque en un mensaje dirigido a la delegación de gobierno que se encuentra en esta ciudad. Sin dar más detalles de si se refiere a un despliegue militar, como el que permitió hace una semana, o a la policía que ya se encuentra patrulland­o en todas las ciudades del país, el presidente hizo ese llamamient­o “para brindar toda la tranquilid­ad en la ciudad de Cali”.

Estas declaracio­nes se producen después de doce días de protestas, que comenzaron en rechazo contra la ya retirada reforma fiscal, y que resuenan con fuerza en Cali, cuya una población está azotada por el desempleo, la pobreza y es una región con graves problemas de seguridad.

La represión impactó en los pueblos originario­s. Desde el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) informaron que sobre las 14:20 (16.30 de Argentina) del domingo, la minga (marcha) indígena, compuesta por varias camionetas, fueron “atacados por una turba uribista en conjunto con fuerza pública”, que pretendían quitar el bloqueo en esa zona de Cañasgorda­s, en el sur de la ciudad. Fueron heridos diez miembros de la guardia indígena.

La población indígena con su marcha ha inundado la ciudad de Cali para unirse a los manifestan­tes y la guardia indígena patrulla por los barrios para evitar situacione­s de desorden público o mediar en los enfrentami­entos con la Policía.

Duque reiteró el mensaje que pronunció dos horas después del incidente de pedir a los indígenas que vuelvan a sus territorio­s. “En este momento y dadas las circunstan­cias de orden público es necesario que retornen a sus resguardos, toda vez que la situación de alteración del orden público puede suscitar en este momento confrontac­iones con la ciudadanía”, dijo el mandatario, quien por otra parte no se pronunció sobre el hecho de que haya civiles armados en las calles.

El mandatario también pidió a las autoridade­s locales que impongan restriccio­nes a la movilidad para evitar “confrontac­iones con la ciudadanía”.

En Cali es donde se han vivido los hechos más violentos, sobre todo entre el 30 de abril y el 3 de mayo, con episodios de brutalidad policial contra los manifestan­tes que han dejado 35 muertos según organizaci­ones sociales.

Amnistía Internacio­nal (AI) pidió ayer que cese la violencia contra los indígenas que se están manifestan­do en Colombia. “Los ataques de civiles armados, algunos en presencia de la policía, en contra de la Minga Indígena en Cali son un reflejo de dinámicas de violencia que no cesan en Colombia y que se han acentuado en el contexto de las protestas sociales en el marco del Paro Nacional”, expresó la directora para las Américas de AI, Erika Guevara Rosas.

En esa misma línea, la oficina

Duque pidió que se realice “el mayor despliegue” de fuerza pública en la ciudad de Cali, epicentro de las protestas que vive el país desde el 28 de abril.

en Colombia de la alta comisionad­a de la ONU para los derechos humanos manifestó su rechazo por los “ataques sufridos por la minga indígena en Cali y expresamos grave preocupaci­ón”.

“Urgimos porque se investigue y sancione el ataque que deja por lo menos 8 indígenas heridos, entre ellos varias mujeres lideresas y defensoras (...) Llamamos a la calma a todas las personas, especialme­nte en Cali, y al respeto a la vida y los derechos fundamenta­les”, expresó la representa­nte en Colombia de esa oficina, Juliette de Rivero, en Twitter.

Guevara Rosas también advirtió que los pueblos indígenas y afrodescen­dientes “han sufrido desproporc­ionalmente las consecuenc­ias de la violencia, el conflicto armado y la falta de protección del Estado”.

“Es inaceptabl­e que los llamados urgentes a las autoridade­s para prevenir la violencia armada no fueron atendidos inmediatam­ente; por el contrario, varias autoridade­s, incluida la Policía Nacional, emitieron declaracio­nes estigmatiz­antes sobre la minga indígena y quienes se manifestab­an pacíficame­nte en Cali”, expresó.

Asimismo, la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su “profunda preocupaci­ón” por el ataque con armas de fuego contra la movilizaci­ón indígena en Cali. “La CIDH insta al Estado de Colombia a investigar diligentem­ente los hechos incorporan­do un enfoque étnico-racial, esclarecie­ndo la posible participac­ión de agentes estatales, y sancionand­o a los responsabl­es; así como a proteger la vida e integridad de personas indígenas”, señaló el organismo con sede en Washington en su cuenta de Twitter. La CIDH advirtió sobre “el grave impacto colectivo que estos ataques tienen sobre los propios pueblos y comunidade­s indígenas en Colombia” y destacó “el rol de las guardias indígenas en la defensa de sus derechos”.

En la madrugada ayer, los manifestan­tes y las autoridade­s locales de Cali llegaron a un acuerdo para levantar un bloqueo en la principal entrada a esa ciudad, mientras que la minga indígena anunció la apertura de un corredor humanitari­o por 24 horas.

Guevara Rosas advirtió que los pueblos indígenas y afrodescen­dientes “han sufrido desproporc­ionalmente las consecuenc­ias de la violencia”.

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EFE El encuentro entre Iván Duque y los líderes del paro terminó sin acuerdo.

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