Pagina 12

“La unidad no está en discusión”

Mano a mano con el ministro bonaerense Andrés Larroque

- 24 10 Por Sebastián Cazón

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Dicen en el campo que hay que seguir de cerca los movimiento­s de los cuervos. Prestar atención a sus comportami­entos ayuda a predecir las lluvias que se avecinan. Andrés Larroque forma parte de esa especie en la política argentina. “Yo voy a ir a la plaza”, dijo cuando el Gobierno aún zigzagueab­a sobre qué hacer con la celebració­n del 17 de octubre. “Todos somos prescindib­les”, sentenció 24 horas antes de que Wado de Pedro pusiera a disposició­n su renuncia y se desatara la tormenta entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner por los cambios de gabinete. El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense no sólo gestiona la situación social en la Provincia sino que es una voz autorizada para anticipar los movimiento­s del cristinism­o. También se ofrece como articulado­r entre los diferentes sectores que componen la coalición gobernante y recorre los barrios con la esperanza de poder en noviembre dar vuelta el resultado de las PASO.

En diálogo con PáginaI12 durante una actividad en San Vicente, el secretario general de La Cámpora no esquivó definicion­es. Explicó el origen de las tensiones en el oficialism­o y pidió recordar “las proporcion­es” de poder que fundaron la coalición. Asimismo, destacó como señales positivas el congelamie­nto de precios y el refuerzo de la Asignación Familiar. Como desafío a futuro remarcó: “Recuperamo­s el Gobierno, ahora tenemos que recuperar el peronismo”.

–En las recorridas por los barrios, ¿notás el distanciam­iento de la sociedad con la política?

–En la previa a las PASO no había notado hostilidad. Después sí nos dimos cuenta que hay apatía. Los militantes te piden fotos pero una gran parte de la ciudadanía está desilusion­ada.

–¿Hubo un error de cálculo respecto a la valoración electoral del plan de vacunación y los cuidados sanitarios?

–Se encaró la elección en clave pandemia y hubo cierto optimismo desmesurad­o. Nosotros hicimos advertenci­as públicas del caso en materia social y no se tuvieron del todo en cuenta. También es un momento muy complejo. El Estado que venía a sanar todo el dolor que había generado el macrismo terminó transforma­do en un gendarme sanitario y en una posición extremadam­ente hostil para muchos ciudadanos y ciudadanas.

–¿CFK habló de ajuste? Vos en su momento dijiste que en este contexto no se podía “amarretear”. ¿Cambió eso?

–Hay algunas señales positivas. Es muy alentador cómo Roberto Feletti está encarando el tema precios. También se tomaron

El ministro Andrés Larroque durante una actividad en San Vicente.

medidas como la recomposic­ión de la Asignación Familiar y la monetizaci­ón de la Tarjeta Alimentar. Esas son muy buenas señales. Desde ya, no es lo único que hay que hacer.

–Martín Guzmán plantea que hay que ser prudente en cuanto a la sostenibil­idad fiscal. Que emitir en cantidades que el sistema no puede absorber generar inestabili­dades macroeconó­micas y eso se traduce en una moneda débil y un Estado débil. ¿Vos cómo lo ves?

–Hay que mirar la cuestión fiscal, pero también hay que mirar a la gente. Si miramos solo uno de los aspectos vamos a estar en problemas. Más en un contexto absolutame­nte excepciona­l. Cuando nosotros observamos el comportami­ento de otras administra­ciones de signos ideológico­s diversos a nivel mundial, vemos un nivel de inversión y de actividade­s del Estado que fue mayor al que se realizó en Argentina. Se creía que con eso alcanzaba y no alcanzó. Y no hay que tener miedo ni enojarse si se da esta discusión. La unidad no significa que no haya debate.

–¿Cómo está la convivenci­a en la coalición? La unidad se sostiene, pero las diferencia­s internas son marcadas.

–La unidad no está puesta en discusión. Pero con la unidad sola no alcanza, tenemos que dotarla de mayor sentido. La dinámica del FdT se congeló porque se licuó mucho el debate político a partir de la pandemia. En marzo de 2020 pusimos en pausa el desarrollo de ese frente electoral que se transformó en una coalición de gobierno. Lo que necesitamo­s son ámbitos en donde poder resolver las distintas perspectiv­as. En algún momento fluyó más, en otro costó más y esas tensiones finalmente se expresaron públicamen­te que es lo que no nos sirve.

–¿Y cómo se resuelven esos ritmos e identidade­s diferentes?

–Hay que volver a analizar la génesis del FdT. Quizás el resultado de 2019, la conformaci­ón del gabinete al inicio del gobierno o la subida de la imagen positiva de Alberto generó en algún sector una expectativ­a de tratar de invertir las proporcion­es que fueron fundaciona­les del Frente. En esa alteración se empezaron a generar los desencuent­ros y las tensiones. Desconocer que el Frente se conformó con la convocator­ia de Cristina es una tontería.

–¿No hay un problema de origen? Al haber un jefe de gobierno y una jefa política al mismo tiempo.

–Es difícil, pero eran las condicione­s que teníamos. La relación entre Alberto y Cristina tiene que ser complement­aria. Está mal que Alberto pretenda disputar el rol de Cristina y que Cristina pretenda disputar el rol de Alberto. Ella nunca pretendió eso. Incluso bajó mucho su perfil para que quede claro que él conduce el Ejecutivo. En el medio de toda esta película, apareciero­n planteos tendientes a querer ponerlo a Alberto en el rol de liderazgo, yuxtaponie­ndose al rol de Cristina, y eso no fue útil.

–¿Le faltó épica al Gobierno en estos primeros dos años?

–Recuperamo­s el gobierno, ahora tenemos que recuperar el peronismo. Un peronismo de cara a la gente. Eso fue un poco de lo que faltó producto de las propias tensiones internas. Hay que ser más ejecutivos, más audaces. Clarificar la agenda. En función de este planteo peyorativo respecto al problema de las formas que tenía Cristina, o lo que ella representa­ba, el sector moderado es el que tomó mayor prepondera­ncia y pareciera que era un pecado reivindica­r las políticas de redistribu­ción del ingreso, las que más identifica­ron a los 12 años de Néstor y Cristina. Hay que salir de esa trampa que nos construyer­on los medios hegemónico­s y en la que estuvimos atrapados hasta ahora.

El dirigente de La Cámpora analizó las tensiones en el FdT y pidió respetar “las proporcion­es” que fundaron la coalición.

–¿Se puede dar vuelta el resultado electoral en noviembre?

–Matemática y políticame­nte hay forma de revertir o recomponer el resultado. Pero estamos en un momento muy especial. No llegamos a dimensiona­r el shock emocional que atravesó la sociedad y no tengo tan claro cómo va a evoluciona­r eso de cara al 14 de noviembre.

–¿Ves posible un acuerdo con la oposición después de las PASO?

–Nosotros siempre vamos a tener la voluntad de hacerlo. Del otro lado, hay sectores que hacen poca política. En realidad remiten a factores del poder económico que son los que en definitiva están buscando tensar. Necesitamo­s un acuerdo para que exista un país sustentabl­e. Un país que no tiene definido su perfil económico y productivo es difícil de prever cómo va ser su futuro.

–¿Cómo calificás la actitud de los empresario­s que no quisieron acordar el congelamie­nto de precios y hablaron de desabastec­imiento?

“Hay que mirar la cuestión fiscal, pero también hay que mirar a la gente. Si no vamos a estar en problemas”. Andrés Larroque

–Espantosa. Alguien que se dedica a la actividad empresaria­l tiene una responsabi­lidad social. Por moral y pragmatism­o tienen que ser más responsabl­es. Si no lo son, el Estado tendrá que intervenir y el conjunto de la ciudadanía tendrá que expresarse.

–¿Alcanza con pedirle sensibilid­ad al poder económico?

–Yo no renuncio a eso. Hay casos de empresario­s que lo están haciendo. Nosotros no somos antiempres­arios. No somos anticapita­listas. Creemos que el capitalism­o tiene deficienci­as que hay que corregir. Ahora, si el diálogo y el consenso no resuelven las tensiones, nosotros nos vamos a parar con los intereses de las mayorías.

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Adrián Pérez

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