A cualquier precio
Panorama Político
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Entre las empresas que aumentan en forma indiscriminada los precios y la conflictividad gremial de trabajadores que se defienden de esa escalada, el Gobierno quedó encajonado en medio de una cada vez más fuerte disputa por el ingreso. La escalada inflacionaria ya no apunta a mantener rentabilidad ni a frenar políticas distributivas, sino a incrementar ganancias que ya superan marcas históricas. El conflicto en el gremio del neumático fue un indicador claro: las empresas han tenido ganancias altísimas y ni siquiera quisieron cerrar las paritarias anteriores, con lo cual ahora estaban discutiendo a las malas dos paritarias al mismo tiempo.
Es un esfuerzo estéril tratar de tapar las consecuencias candidato a vice, Geraldo Alckmin, un neoliberal ponderado por los poderosos empresarios paulistas con los que tendrá que lidiar Lula si gana.
Las cosas no son lineales, hasta que lo son. Y en el caso de la disparada de los precios y el malhumor creciente en la sociedad, el Gobierno no tiene demasiadas alternativas. Es una problemática que otra vez ha puesto en crisis al gabinete donde el encargado de gestionar conflictos gremiales y problemáticas salariales, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y el más relacionado con el tema precios, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, empiezan a transitar en la cuerda floja. Y en ambos casos es por la intransigencia patronal en la discusión salarial o en el incumplimiento de los acuerdos de precios. Es una actitud que no se justifica en un contexto