Preocupación por la novena ballena muerta
Los investigadores indicaron que los ejemplares presentaban buena condición corporal. No se determinó aún si todos los animales murieron por la misma causa.
Por su parte, Mariano Sironi, director científico del ICB, resaltó: “Durante 2021, del total de 45 ballenas francas muertas en las costas de Península Valdés registramos siete juveniles y 13 adultos. En contexto, si bien el número de ballenas adultas muertas de esta temporada aún es menor al de la temporada pasada, es preocupante que las muertes se hayan registrado en un período de tiempo tan corto”.
Ayer, y debido a los altos niveles de toxicidad detectados en moluscos bivalvos, la Municipalidad de Puerto Pirámides ratificó lo emitido por la Dirección Provincial de Salud Ambiental de Chubut, en cuanto a la advertencia de evitar beber agua desalinizada, y que solo “puede usarse para bañar y lavar”.
“Debido a su tamaño, algunas microalgas pueden atravesar los filtros del tratamiento de agua”, señala el comunicado oficial emitido, y destaca que se informará oportunamente el cese de dichas recomendaciones.
El intendente de Puerto Pirámides, Fabián Gandón, alertó sobre “una crecida inusual “de lo que se conoce como “marea roja” en los golfos Nuevo y San José, que se ubican en el interior de Península Valdés, donde se constató la presencia de toxinas muy por encima de los valores habituales, y se investiga si esta situación provocó la muerte de los ejemplares de ballena franca austral ocurrida en los últimos días”Hemos pedido a la población que no consuma agua hasta tanto no se hagan los estudios porque tememos que, a través de la planta desalinizadora que toma del golfo para consumo, una vez tratada en el proceso de potabilización, pueda llegar a los tanques domiciliarios”, afirmó el jefe comunal
Ayer se realizaron nuevos análisis en muestras de agua de la planta desalinizadora de Puerto Pirámides, cuyos resultados se conocerán en unos 3 o 4 días, lo cual motivó las medidas de prevención.
Posible causa
Una de las investigaciones que están llevando adelante los especialistas del Instituto de Conservación de Ballenas, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, el Cenpat y el Laboratorio Provincial de Salud Ambiental, entre otros, es la presencia de toxinas en el agua donde nadan y habitan las ballenas. Este fenómeno es conocido como marea roja, e implica un crecimiento desproporcionado de algas que producen una toxina que afecta a los moluscos –alimento de las ballenas– y los hace peligrosos para el consumo. Es por ello que recogieron muestras los tejidos de los animales, del agua y de los bivalvos.
Los moluscos bivalvos, como las almejas, mejillones, ostras y vieiras, a medida que crecen, depositan “carbonato de calcio en los bordes de sus valvas y lo hacen incorporando elementos del ambiente”, explica la investigadora del Conicet en el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni”, María del Socorro Doldan.
La científica señaló que al crecer los moluscos bivalvos, queda “preservado un registro continuo de información ambiental”, lo que los convierte en una suerte de “archivo ambiental”, con lo que “es posible hacer una reconstrucción continua de las variables, analizar cambios y vincularlos con fenómenos oceanográficos que hayan tenido lugar”.
En este sentido, la codirectora del Pmsbfa Marcela Uhart explicó que “los eventos con un número inusualmente alto de ballenas adultas muertas en un corto periodo de tiempo y en una misma área pueden ser indicadores de variables ambientales locales que contribuyen a la muerte de las ballenas”.
“Durante 2021, del total de 45 ballenas francas muertas en las costas de Península Valdés, registramos siete juveniles y 13 adultos. En contexto, si bien el número de ballenas adultas muertas de esta temporada aún es menor al de la temporada pasada, es preocupante que las muertes se hayan registrado en un período de tiempo tan corto”, cerró el director científico del ICB Mariano Sironi.
Al momento, rige en Chubut una veda precautoria dispuesta por la Secretaría de Pesca vinculada a los moluscos, debido al período de toxicidad de la marea. Durante este tiempo, se limita el consumo y compra de mariscos sólo a los establecimientos, pescaderías, restaurantes o locales de comidas debidamente habilitados.
Record
Esta temporada, la presencia de ballenas en la zona es récord. El ICB informó que durante el relevamiento anual de foto-identificación en la Península Valdés se registraron 1.420 ballenas, el máximo número de individuos observados en 51 años de estudios realizados por esa organización.
Sin embargo, el ICB sostiene que el número sería mucho mayor, “si se tiene en cuenta que solo se cuentan las ballenas para identificar individuos, en particular hembras con crías recorriendo la línea de la costa, y no es un censo para contar todos los animales”.
El relevamiento se hizo entre el 31 de agosto y 2 de septiembre pasados. Según Mariano Sironi, a cargo de este relevamiento, se tomaron 12.500 fotografías desde un avión Cessna. “Solo en el Golfo Nuevo contamos 998 ballenas, incluyendo 382 crías”, dijo Sironi.
En las playas de “El Doradillo” y “Canteras”, cercanas a Puerto Madryn, se podía observar “una línea casi continua de ballenas a lo largo de la playa con marea alta y al sobrevolar Puerto Pirámides observamos que la bahía estaba llena de ejemplares, mientras las lanchas de avistaje acompañaban a los animales con sol radiante y mar calmo”.
El objetivo más urgente es realizar los estudios post mortem de las ballenas, recolectar y analizar muestras de agua y bivalvos.