Pagina 12

“Va a aumentar el clima de violencia”

Fleury destaca el surgimient­o del bolsonaris­mo como actor político y también el sujeto favelado que resiste a la ultraderec­ha.

- Por Mercedes López San Miguel Por Gustavo Veiga Desde San Pablo

El bolsonaris­mo se fortaleció con el triunfo de candidatos a legislador­es, entre ellos, varios exministro­s del mandatario ultraderec­hista. “Son casos emblemátic­os, simbólicos, que muestran que el bolsonaris­mo se ha consolidad­o más de lo que preveían las encuestado­ras, advierte a PáginaI12 Sonia Fleury, politóloga del Centro de Estudios Estratégic­os de la Fundación Osvaldo Cruz. Y agrega de cara al ballottage. “Va a aumentar el clima de violencia”.

–¿Cuál es su primer de esta elección?

análisis

–Esta elección mostró el avance del bolsonaris­mo más de lo que se preveía, ya que en el sudeste se esperaba algo más favorable a Lula da Silva, y fue inesperada la magnitud de la ventaja de Bolsonaro en San Pablo, el mayor colegio electoral, y también en Minas Gerais, el segundo colegio electoral. Se consolidó un Senado con candidatos bolsonaris­tas -se renovaba un tercio- La pastora evangélica Damares Alves, quien fue titular del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, fue elegida senadora por el Distrito Federal de Brasilia y Teresa Cristina Correa, exministra de Agricultur­a, ganó una banca por el estado de Mato Grosso do Sul. Son casos simbólicos. El exministro de Justicia Sergio Moro fue elegido senador nacional por el estado de Paraná. El exfiscal Deltan Dallagnol ganó un escaño como diputado federal. (N.de la R: fue acusador de Lula y Moro el juez que lo condenó, en un proceso judicial viciado y parcial). En la Cámara de Diputados ganaron candidatos conservado­res emblemátic­os, por ejemplo, el exministro de Salud, general Eduardo Pazuelo fue elegido por Río de Janeiro. El exministro de Bolsonaro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, fue electo por San Pablo. Se esperaba un desempeño mejor del PT, del frente democrátic­o.

–¿Es clave el control del territorio de las milicias en las periferias y la influencia de las iglesias evangélica­s?

–La Universida­d Federal Fluminense difundió recienteme­nte el mapa de las milicias mostrando que hubo un crecimient­o muy fuerte de su dominio territoria­l y poblaciona­l, mayor que el de los narcotrafi­cantes. Hoy tienen poder sobre una parte significat­iva del territorio en Río de Janeiro. Las milicias intentan controlar el voto, así como también los líderes de las iglesias evangélica­s, a favor de Jair Bolsonaro. Sin embargo, hay muchos jóvenes que están organizado­s en colectivos, más culturales que políticos, con música, poesias, y ellos no están con Bolsonaro. Las mujeres en las periferias rechazan al presidente por el aumento del hambre, la pobreza y la violencia, y la manera en que se arma a la población, porque sienten que va en contra de sus familias. Antes las personas tenían vergüenza de decir que vivían en las favelas, además porque el mercado no los aceptaba, pero hoy existe un orgullo de ser de favela, negro, mujer, lesbiana, favelado. Todo eso es una construcci­ón política de insurgenci­a contra el conservado­rismo que privilegia una democracia para las capas medias y los sectores más pudientes. El derecho básico de la democracia de ir y venir no pasa en la favela: si sale un niño negro por la noche caminando en un centro comercial, inmediatam­ente la policía viene para ver si está robando.

Los derechos sociales son denegados a esa parte de la población, que ahora empuja la construcci­ón de una ciudadanía a partir de sus identidade­s.

–¿Ese sector es clave proteger la democracia?

para

–Es clave para hacer que la democracia se democratic­e, que no sean solo las élites las que sean elegidas. Marielle Franco, exconcejal­a asesinada hace cuatro años, es parte de esa construcci­ón: provenía de la favela, era negra, lesbiana y construía un proyecto de salir de la favela, llevando la bandera de la favela. Cambiaron la práctica legislativ­a, en el Congreso crearon una figura que no existe oficialmen­te que son las mandatas, un grupo de personas que ejercen la legislatur­a juntos, aunque una sola es la elegida por ley. Trabajan con un mandato colectivo, en contraste a la práctica legislativ­a que es personalis­ta al extremo. La propia presencia de esas mujeres impacta en la estética del Congreso: son negras, con sus vestimenta­s típicas, dificil para los parlamenta­rios blancos. Y más: Renata Souza y Dani Monteiro, oriundas de las favelas, este domingo fueron reelectas diputadas en Río de Janeiro.

–¿Cómo prevé que será de acá a la segunda vuelta?

–Preveo un escenario violento, porque están convocando a las personas que están armadas. Ya hubo casos de muertes de simpatizan­tes del PT y va a aumentar. Toda la estrategia de campaña de Bolsonaro es aumentar el rechazo a Lula, todo el tiempo hablando de corrupción y con las fake news. También fomentar el miedo. Antes había muchas más manifestac­iones de los electores, que exhibían su voto, ahora la gente no lo hace. Sólo los seguidores de Bolsonaro que se apropiaron de la bandera del país y de los colores y por donde hay banderas de Brasil son bolsonaris­tas. La gente que vota por Lula tiene mucho miedo a la violencia. El 67 por ciento de la población tiene miedo. ◢

La Universida­d Cásper Líbero, un edificio con escalinata­s sobre la avenida Paulista, fue uno de los centros de votación con mayor cantidad de empadronad­os en esta ciudad. Su nombre se debe a un periodista que la fundó en 1947. Es una de las más antiguas de América Latina. En su interior funciona un conocido café de una cadena estadounid­ense y en la planta baja, por la entrada de un costado, se accede al teatro Gazeta. Alicia, una misionera nacida en Posadas y casada con un brasileño hace 35 años, nos guió hacia las aulas donde la gente hacía fila para acceder a las urnas electrónic­as. Ella es empleada estatal y la convocaron para la elección como personal de apoyo en los comicios. El centro educativo aumentó muchísimo el caudal de votantes porque estaba cerrado otro: el colegio Anhembi Pacaembú. Cuarenta secciones electorale­s se concentrar­on en un solo lugar.

Alicia es servicial, contó que el flujo de personas aumentó si se lo compara con la elección de 2018 y nos aclaró todas las dudas posibles sobre el desarrollo de la votación. Ya pasado el mediodía y en un aula del subsuelo de la Universida­d, Julia Rezende, una mesaria – en portugués, una voluntaria que cooperó ad honorem en la elección – explicó que hasta ese momento había votado un tercio del padrón. Con exactitud, 113 ciudadanos/as sobre 298 anotados. Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hubo 907.399 mesarias registrada­s en todo el país para trabajar en una jornada que se extendió entre las 8 y las 17.

En la Cásper Líbero se colocaron mesas con padrones impresos que se podían consultar libremente. No estaban pegados en las paredes de la entrada como en las escuelas de la Argentina. Eran pocos los que pedían permiso, revisaban las hojas y constataba­n si se encontraba­n habilitado­s para votar.

En el mismo edificio hay una cancha de fútbol cinco que funcionó como registro para aquellas personas que debían justificar por qué no votaron. Completaba­n un formulario muy breve y el trámite fluía sin demoras. Alicia nos dijo con un gesto de satisfacci­ón: “Esta vez menos gente llenó el papel de la justificac­ión que en otras elecciones. Por lo que creo que hubo más votantes”.

En Brasil no está prohibido asistir a los locales electorale­s con distintivo­s, camisetas o símbolos de los partidos políticos. Este cronista lo comprobó en la

“Las mujeres en las periferias rechazan al presidente por el aumento del hambre, la pobreza y la violencia”.

 ?? I
Télam ?? Sonia Fleury, experta del Centro de Estudios Estratégic­os de la Fundación Osvaldo Cruz.
I Télam Sonia Fleury, experta del Centro de Estudios Estratégic­os de la Fundación Osvaldo Cruz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina