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Internaron a Jairo

- Por una intoxicaci­ón Por Yumber Vera Rojas

rock también es servicio.

El nuevo pacto de unidad se sella con “Chinese democracy”, del disco epónimo que el vocalista editó bajo el nombre de la banda sin ningún otro miembro original, seguida de “Slither”, de Velvet Revolver, superbanda que Slash y Duff habían armado lejos del cantante. Sonarían otros temas de Chinese: “Better” y “Sorry”. La banda los adoptó y adaptó muy bien.

Puntos altos fueron las interpreta­ciones de “Estranged” y “Rocket queen”, dos de sus canciones más pomposas, que juntas suman al menos 15 minutos. Podría agregarse la entrada a escena de “Reckless life”, una viejita rescatada del EP debut Live ?!*@ Like

de 1986.

La camisa abierta de Slash dejaba ver algo, por momentos no estaba claro si era un piercing o un pezón. El guitarrist­a recompensó las alabanzas con algunos muy buenos momentos, como la coda de “Double talkin’ jive”. También su solo personal –hacía mucho no se veía a sus dedos corretear entre los trastes con tanta fluidez–, y la intensidad en la entrega del riff de “Coma”.

Dentro de una puesta escueta, minimalist­a, hubo primeros planos al wah-wah en “You could be mipotencia ne” y “Sweet child o´ mine”. Hubo piano de cola y sonrisas para “November rain”, y hasta un pie de micrófono con los colores de la bandera de Ucrania en “Civil war”.

La versión actual de Guns N’ Roses no ofrece el tipo de show que se pueda disfrutar plenamente desde una pantalla en el living de casa. Es condición estar ahí para capturar emociones, picos de ◢

El cantante y compositor Jairo continúa en observació­n en la Fundación Favaloro a causa de una intoxicaci­ón que el sábado por la noche le impidió ofrecer su concierto por medio siglo de trayectori­a en el estadio Luna Park.

El artista, de 73 años, fue internado el sábado tras asistir al Luna Park para la prueba de sonido del recital y tomar nota de que no iba a poder afrontar la presentaci­ón prevista.“Jairo está cursando una fuerte intoxicaci­ón. Vino ayer al Luna Park cuando le dieron el alta, y también saber aceptar imperfecci­ones.

El fenómeno encierra una paradoja. El pasado que los propulsa también los persigue como reflejo inalcanzab­le. A Axl se le exige más juventud de la que su biología permite. Quizás él lo sienta así, y por eso lucha. Pero anoche, su lucha incansable fue –también– servicio. pero no estaba en condicione­s de hacer un show en ese estado y lo llevaron a la Favaloro donde permanece en observació­n”, detalló a Télam Silvia Ferro, jefa de prensa del músico.

Por el momento, y aunque los médicos señalan que el cuadro no reviste gravedad, no hay confirmaci­ón acerca de si Jairo podrá cantar el sábado 8 en el Teatro del Lago de la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz ni para qué fecha será reprograma­da la trunca actuación de anoche en el Luna. ◢

A pesar de los casi tres mil kilómetros que distancian a Dublín de Sarajevo, Emir Kusturica y sus compañeros de la No Smoking Orchestra decidieron despedirse de los escenarios al mejor estilo de los Irish Wakes. Y es que, apelando a la naturaleza que contiene a los funerales de la tradición irlandesa, hay que celebrar la vida por última vez. En honor al difunto. Pero antes de encargarle a otro los detalles del festejo, los pioneros del llamado gypsy punk diseñaron ellos mismos un show de despedida. Una suerte de inmolación con sabor a vale todo. O al menos eso fue lo que dejaron en evidencia en la noche del sábado en Buenos Aires, en un Teatro Vorterix colmado de público y de sensacione­s. Toda una fiesta en la que el bar mitzvá se mezcló con el sirtaki griego y por supuesto con el mundialmen­te conocido folklore del pogo local. Por lo que fue todo un carnaval de culturas.

El cineasta, ataviado en esta ocasión con el rol de frontman, sabía muy bien con lo que se iba a encontrar en esta escala de su gira definitiva. De hecho, tras inaugurar el repertorio con el fulminante “Tarantella”, Kusturica tomó el micrófono y le agradeció al público argentino por su apoyo incondicio­nal a lo largo de estos 20 años. “Después de tantos recitales que dimos acá, éste será el último en este país”, advirtió el artista bosnio. “A Latinoamér­ica la sentimos como nuestro hogar, pero ustedes son el mejor público de todo el mundo”. Lo que encendió aún más la chispa de la sala, aunque a nivel emocional. Nada comparado con el susto que se pegó Daddy Yankee en el otro extremo de la ciudad. En ese momento, durante su actuación en el estadio de Vélez Sarsfield, al boricua se le prendió fuego el techo. Si no pasó a mayores fue porque sus propios fans le avisaron.

Así como el ensamble balcánico, el reggaetone­ro estaba en la capital argentina despidiénd­ose de los escenarios. “La última vuelta” se denomina el tour del creador de mega hit “Gasolina”, en el que le respalda una puesta con tintes hollywoode­nses (más allá de la combustión espontánea). Todo lo contrario a lo que presentaro­n Kusturica y sus colegas, quienes a lo sumo se hicieron de una pantalla en la que aparecía entre canción y canción el nombre de “Emir” (bien en plan de gigantogra­fía) sostenido por su apellido y las iniciales de la banda. Tan rudimentar­io como su staff, con apariencia de amigos del barrio. Mientras uno cambiaba en el atril del frontman las páginas con las letras de los temas, otro se paraba al borde del escenario para filmar al público con su teléfono. Y cuando al acordeonis­ta Zoki Milosevic se le salió un pedazo del instrument­o, fue asistido por alguien

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