Las claves en el caso del baleado por la espalda
La declaración del policía de Moreno van en línea con lo declarado por una víctima del mismo dúo de asaltantes. Por el momento no es suficiente para explicar el exceso en legítima defensa.
cámara lo estaba filmando” (podría haber intentado levantarlas para manipular las pruebas, aunque es cierto que los cuatro impactos en el cuerpo inhiben en parte la manipulación), “llamó él mismo e inmediatamente al 911”, “no se negó a declarar pese a que no estaba obligado a hacerlo, y lo que declaró resultó verosímil”.
Es decir, un comportamiento que en el mundo de los penalistas aproxima al imputado a la condición de “estar a derecho”. Pero esto no modificó la imputación. El fiscal por el momento no encuentra motivos para cambiar la calificación del delito. Y lo que está a la vista en el video, según esa perspectiva, es que no hubo legítima defensa.
En qué se basa. En que de la imagen no surge que se cumplan los requisitos de la legítima defensa, ya que el ladrón está escapando con la moto, de espaldas y no representa peligro. Y en la legítima defensa, es un requisito imprescindible. Hay que agregar que no hay uniforme a la vista ni otro tipo de identificación, y el propio imputado, al declarar sostuvo que no recordaba si había dado la voz de alto. Y comienza a disparar cuando el asaltante está de espaldas, ya sobre la moto, tomado a los dos manubrios y empezando la huida, mientras que su cómplice se empieza a retirar y al escuchar el primer disparo huye. El asaltante salta de la moto e intenta correr y trastabilla, posiblemente por el primer disparo. De esas imágenes, en la fiscalía no detectaron hasta el momento movimientos que pudieran sostener la legítima defensa ni su exceso.
Por esos motivos, se dispuso la excarcelación y se mantuvo el homicidio agravado.
Otra cuestión que fue confirmada es que no se trató de cuatro disparos, sino de cinco, según los fogonazos que se observan en el video. “Se encontraron cuatro vainas -describe el investigador-. Se ve un quinto fogonazo, pero puede ser que una de las vainas haya saltado para otro lugar y no se la encontró todavía, o se ve que pasa un auto y puede ser que la haya enganchado y la haya desplazado a distancia”. En el cuerpo del joven, por otro lado, ya se informó que impactaron cuatro proyectiles. “Uno de ellos, según el primer informe de autopsia, resultó mortal, pero no se sabe en qué orden impactaron”.
El análisis técnico es frío. “Hay que ubicar el momento y el lugar, porque es cierto que se lo debe considerar como un profesional preparado para estas situaciones, pero una cosa es decirlo y otra cosa es estar en ese momento. Por más preparado que se esté, nadie sabe cómo se reacciona en esa situación real.”
En la fiscalía, la evaluación del momento es que se trató de una situación “sorpresiva”. El trabajo de la UFI 8 fue prolijo y minucioso pese a que el caso haya quedado en el ojo de la polémica. Un detalle que tienen en cuenta los investigadores es que en la suma de pruebas recolectadas se encuentra la declaración de otra víctima de asalto del mismo dúo que minutos después alcanzarían al policía. Se trata de un chico que describió la escena de una manera muy semejante a la que pintó el policía: “dijo que estaban muy agresivos, que se asustó mucho, que lo amenazaron con un arma”, confió el investigador a este diario. Esa declaración “va en línea con lo declarado por el policía que también puede haber creído que estaba armado -agregó el investigador-, y coincide con la agresividad descripta en ambas situaciones”.
Por el momento, para la fiscalía todas las pruebas apuntan al homicidio agravado. “De todas maneras va a quedar abierto, no se va a cerrar acá. Lo tendrán que determinar en el juicio con todas las pruebas analizadas al mismo tiempo”, sostuvo el investigador.