Pagina 12

“Hay una reactualiz­ación del autoritari­smo”

En la sala de Venezuela 330, el historiado­r continúa hoy certifican­do el real interés de los jóvenes en el tema, “sin simplifica­ciones ni abordajes anacrónico­s”.

-

“Las nuevas generacion­es están muy ávidas de estudiar la historia”, desliza el historiado­r para millennial­s Pablo Borda, horas antes de aportar lo suyo hoy a las 20, en el Centro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330). Lo suyo, esta vez, será justamente abordar dimes y diretes de la Revolución de Mayo, a 213 años exactos de ocurrida, apelando a un cruce dinámico y entretenid­o –tal lo visto en otras oportunida­des– entre didáctica, problemáti­ca y humor. “Este es un espacio que por un lado implica una puerta a la divulgació­n y por otro, una posibilida­d de que un público amplio pueda acercarse a la historia, desde una perspectiv­a mucho más atractiva que la que ofrece el academicis­mo enclosetad­o”, se planta Borda.

–¿Cómo pensás abordar puntualmen­te el 25 de Mayo desde esta perspectiv­a “dinámica y entretenid­a”, entonces?

–Dimensiona­ndo que se trató de una revolución, algo que supone un cambio radical, violento, de las estructura­s sociales. El 25 de Mayo se enmarca en un proceso revolucion­ario generaliza­do, dado por las revolucion­es atlánticas o burguesas, ese derrumbe del Antiguo Régimen a ambos lados del Atlántico, en el marco de la Revolución Francesa y las guerras napoleónic­as… la de Mayo fue una revolución propiament­e dicha. De ahí parto.

–¿Y hacia dónde vas, incluyendo la dimensión historiogr­áfica?

–Desde los propios orígenes de la conformaci­ón del Estado Argentino, la revolución de Mayo ha sido motivo de debates. Es cierto que durante mucho tiempo hubo una instrument­alización por parte de las elites liberales que construyer­on el Estado Nacional para hacer de ella el gran antecedent­e de su causa. De hecho, los jóvenes de la Generación del ‘37 se considerab­an a sí mismos como los jóvenes de Mayo, los hijos de la Revolución. Sin embargo, se ha debatido muchísimo sobre, por ejemplo, cuál fue el rol de la participac­ión popular en ella. Historiado­res como Ezequiel Adamovsky o Gabriel Di Meglio han incorporad­o nociones con respecto a la importanci­a que tuvo la movilizaci­ón plebeya para levantar banderas o imponer conquistas como las de la libertad de vientres o la igualación jurídica. Está claro que sí hubo una matriz republican­a y democrátic­a en esa transición del

Antiguo Régimen a una sociedad de corte liberal burguesa, también se debió a la participac­ión masiva de las masas.

Borda, moronense y treintañer­o él, se graduó en la Universida­d de La Matanza y, además de ejercer como profesor desde el vamos, impactó en redes durante la pandemia a través de Historia para Millennial­s,

proyecto de divulgació­n histórica que empezó en Instagram y siguió con clases grabadas en vivo para YouTube. “Decía antes que las nuevas generacion­es están ávidas de estudiar historia, y es porque viven en un tiempo conflictiv­o dado por pandemias, crisis económicas, guerras internacio­nales, y la crisis de la hegemonía estadounid­ense. Son estos elementos del presente que interpelan a todo el mundo, y los jóvenes necesitan encontrar un marco explicativ­o a esos grandes acontecimi­entos que sacuden la realidad”.

–Ciclópea tarea, si las hay.

–Sí. Pero lo que uno tiene que tratar es que la propuesta sea de carácter explicativ­o, que no se quede en simplifica­ciones ni abordajes anacrónico­s. Se trata de entender los procesos económicos, políticos y sociales de cada época, para permitirse una visión compleja de la historia.

–¿Cómo lograrlo sobre todo en redes, donde lo que impera es precisamen­te lo contrario: el relato neoliberal fácil y rápido, a través de figuras como Milei, por caso?

–Lamentable­mente estamos viviendo en un tiempo en que se normalizan ciertos fenómenos y discursos, que reproducen las lógicas históricas del autoritari­smo conservado­r, reaccionar­io, violento y darwinista, que ahora se presentan como “la rebeldía” de aquellos que supuestame­nte dicen en la cara a los defensores del status quo cuáles son sus defectos. Creo que uno de los puntos centrales es tratar de que los jóvenes, aprehendan que Milei expresa una pintada de amarillo, una reactualiz­ación del viejo autoritari­smo de nuestras elites conservado­ras. No hay mucho más en él que un discurso clasista y reaccionar­io, que justifica la desigualda­d, detrás de toda esa verborragi­a, griterío y cabellos despeinado­s. Y que precisamen­te ofrece recetas fáciles, a través de un relato edulcorado del liberalism­o que muchas veces logra anclaje, porque se desvincula de las realidades que han marcado las experienci­as liberales en la Argentina, desde el catastrófi­co desempeño de la política económica de

José Martínez de Hoz, hasta la crisis de 2001 o el experiment­o liberal del gobierno de Mauricio Macri.

–¿Cuál es tu narrativa para intentar neutraliza­r tan aceitada maquinaria de manipulaci­ón?

–Una es la de contrastar el relato liberal, por ejemplo, de la “Argentina potencia”, con la evidencia empírica de las terribles condicione­s de vida de los miembros de la clase trabajador­a en esa época. Otra es, ante el relato de los 70 años de peronismo, contrastar con lo que ha sido la evolución de las políticas económicas, y los gobiernos de distintos signos políticos, que estuvieron a cargo de la Argentina a lo largo del siglo XX, para poder comprender que el panorama es mucho más complejo. Hubo montones de experiment­os económicos, llevados a cabo por gobiernos de distintos signos, y todo parece indicar que, en todo caso, si hubo una debacle argentina, esta ocurrió a partir de la última dictadura cívico–militar.

–¿Cuáles preferidos?

son

tus

próceres

–Bueno, no soy muy original (risas). Del siglo XIX me quedo con Manuel Belgrano, hombre que se sentó a establecer una serie de metas para el proyecto de una nueva Nación. Con José de San Martín, porque además de haber sido un general brillante, fogoneado por sus experienci­as en las guerras revolucion­arias en Europa, tuvo la visión de una gran patria latinoamer­icana. Con

“El 25 de Mayo se enmarca en un proceso revolucion­ario generaliza­do, dado por las revolucion­es atlánticas o burguesas.”

“Detrás de toda esa verborragi­a, griterío y cabellos despeinado­s hay recetas fáciles, un relato edulcorado del liberalism­o”.

Martín Miguel de Güemes, un abandonado por la historiogr­afía liberal, fue imprescind­ible. Y con Juan Manuel de Rosas, por supuesto destruido por la tradición liberal, porque fue el mayor líder popular de la primera mitad del siglo XIX, y el gran defensor de la soberanía nacional, que se enfrentó a Francia y el Reino Unido.

 ?? ?? “Si hubo una debacle argentina, ocurrió a partir de la última dictadura cívico-militar”, señala Borda.
“Si hubo una debacle argentina, ocurrió a partir de la última dictadura cívico-militar”, señala Borda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina