“Tiene razón Cristina, ella siempre será nuestra”
Con la lluvia como marco, una multitud se movilizó en una jornada que fue calificada como histórica. La “letanía”, los pedidos y deseos de quienes llegaron a escuchar a CFK, muchos desde distintos puntos del país.
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Si la lluvia de ayer fue la nota distintiva de la jornada –hasta marcó los tiempos e hizo que el discurso se adelantara media hora–, también fue la que dio el marco épico a una plaza desbordada y encendida, que terminó haciendo de la adversidad, virtud: algo de la lógica del “aguante”, de la resistencia y el llamado a la acción que transmitió el discurso de Cristina Kirchner, se escenificó también en una multitud expectante y entregada a múltiples demostraciones de fervor popular, que en las vistas aéreas se verificaba extendida más y más allá, a lo largo de cuadras y cuadras.
“Lo que Ella diga, eso se hará”. “Ya entregó demasiado, no le podemos pedir más”. “Venimos a agradecerle, no a pedirle”. Pero también: “No perdemos la esperanza”. “Puede haber una sorpresa”. “Es Ella, tiene que ser Ella”. Los testimonios recogidos por PáginaI12 resumen anhelos y expectativas, proyecciones e incertidumbres. Durante el discurso se escenifican: Siete veces fue cortado por esa letanía, coreada por la multitud: “¡Presidenta, Cristina Presidenta!”... “¡Una más, y no jodemos más!”. Y la oradora, que supo conversar con la multitud, escuchar y responder, tirar guiños, dichos camperos, “subir” al escenario a le gente común recordándolas con su nombre, habilitar, en fin, el ida y vuelta, evitó cualquier forma de respuesta, gesto o palabra, ante cada sonora interrupción.
Frente a la multitudinaria incomprensión de texto, Cristina plantó a su lado, en cambio, la foto en la que hoy se buscan rastros, claves de lectura: Wado de Pedro y Sergio Massa por un lado, Axel Kicillof y Alicia Kirchner por el otro, secundándola. También Máximo Kirchner, sus hijos, su