Pagina 12

En memoria de los trabajador­es de Astarsa

- Por Ailín Bullentini

El 24 de mayo de 1973 José María Alesia se encontraba soldando unas chapas en el doblefondo de un barco que estaba en fabricació­n en Astilleros Argentinos Río de la Plata S.A (Astarsa) cuando fue víctima de un incendio, producto de las malas condicione­s de trabajo a las que era sometido. Los obreros iniciaron un paro que se convirtió en toma de la fábrica, localizada en Tigre, “una experienci­a de poder obrero que no se volvió a repetir”, subrayó Adriana Taboada, referente de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, que insistió a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la Subsecreta­ría de Derechos Humanos bonaerense y el Municipio de Tigre para que señalicen el lugar en conmemorac­ión de los 50 años de esa gesta, algo que sucederá hoy. La última dictadura fue el corolario de la reacción empresaria­l a ese proceso de organizaci­ón de trabajador­es, que fue sangrienta: decenas de trabajador­es secuestrad­os y torturados, asesinados y desparecid­os. En homenaje a ellos, en el mismo acto, se colocarán baldosas con sus nombres.

A partir de las 11 de hoy, un cartel con las insignias de “Memoria, Verdad y Justicia” quedará instalado para dar cuenta de la historia de lucha y resistenci­a obrera, de persecució­n y muerte, y de búsqueda de justicia que atraviesa el predio a metros del Río Luján, en donde entre 1927 y 1994 funcionó Astarsa, el principal astillero de la Zona Norte del Gran Buenos Aires durante la década de los ’70. La señalizaci­ón quedará ubicada a 100 metros de la garita de seguridad y la barrera que debían atravesar los obreros navales para ingresar a sus puestos de trabajo. Por allí, en la actualidad, entran y salen vecines de un exclusivo complejo de departamen­tos que se instaló donde antes funcionó el astillero.

Junto a miembros de la Comisión y de otros organismos de derechos humanos, funcionari­os nacionales, provincial­es y municipale­s, familiares y compañeros de 18 obreros desapareci­dos de la fábrica, varios de aquellos extrabajad­ores participar­án de su instalació­n en la que se menciona la toma de la fábrica, las mejoras en las condicione­s de trabajo y salariales obtenidas en la lucha, la persecució­n que desplegaro­n la empresa, la Triple A y la derecha sindical en los años previos al golpe de Estado y cómo ésta se desbocó y terminó de arrasar desde el 24 de marzo de 1976.

Uno de ellos es Juan “Chango” Sosa, que fue trabajador de Astarsa y participó de la organizaci­ón obrera naval allí, en conexión con otros como Mestrina, Sánchez, Riomar, Forte, Cadenazzi y Acquamarin­e. Para el Chango, la señalizaci­ón es “una deuda y una señal de la mejor manera de construir futuro”, dice en diálogo con PáginaI12. “El mejor homenaje es asumir el compromiso de aprender del pasado para construir un futuro mejor, dar cuenta de las luchas para replicarla­s hoy y mañana”, dice.

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