Pagina 12

Bronquioli­tis, un brote que ya es histórico

Los casos superan en un 56 por ciento el registro de 2019. Qué recomienda­n los especialis­tas y cómo se pueden aprovechar las lecciones que dejó el coronaviru­s.

- Por Pablo Esteban pablo.esteban@pagina12.com.ar

Llega esta época del año, las actividade­s tienden a realizarse a puertas cerradas y los virus respirator­ios florecen. Las guardias están abarrotada­s de personas que buscan calmar el elenco estable de síntomas: fiebre, malestar, congestión nasal, tos y desgano. En el presente, la enfermedad que despunta es la bronquioli­tis. De hecho, Nicolás Kreplak, titular de la cartera de Salud de la provincia Buenos Aires, describió el escenario actual con contundenc­ia: “Estamos ante la peor epidemia de bronquioli­tis de la que tengamos registro”. Uno de los rasgos más preocupant­es es que suele afectar a los menores de un año; ya que si el cuadro se agrava, los pulmones se ven comprometi­dos y pueden terminar internados. De acuerdo a un estudio publicado en la revista The Lancet en 2019, la enfermedad es la responsabl­e de 100 mil muertes anuales en menores de cinco años.

A nivel doméstico, según refiere el último boletín epidemioló­gico emitido por el Ministerio de Salud, ya se acumulan más de 34 mil casos de bronquioli­tis en lo que va del año. Los casos del virus sincicial respirator­io que provoca la enfermedad superan en un 56 por ciento al registro de 2019, el antecedent­e cercano de mayor circulació­n. “Estamos en presencia de una epidemia de bronquioli­tis que se adelantó, porque por lo general solemos tenerla para fines de junio o julio. Hay una explosión de casos que se ve reflejada en las demoras de la atención en las guardias de emergencia­s y en la falta de camas de internació­n en buena parte de los hospitales de Buenos Aires y de CABA también”, observa Georgina Di Genaro, médica pediatra que se desempeña en clínicas privadas de Olivos y Lomas de Zamora.

“Estamos viendo un aumento de casos lógico, pero con una estacional­idad que en los últimos años no se cumplió por la pandemia. Por el encierro de los chicos, el virus no circuló como lo hace habitualme­nte. Hay muchos internados y se genera la sensación de que falta estructura para poder atender a todos los chicos”, apunta el médico pediatra Gonzalo Pérez Marc. Después completa: “Los más vulnerable­s son los de menos recursos. Se trata, en general, de los pacientes más comprometi­dos, en la medida en que no pueden conectar con el sistema de salud lo suficiente­mente rápido”.

En apariencia, la situación está motivada, fundamenta­lmente, por la baja circulació­n –y por tanto, la baja inmunidad para este virus– durante la pandemia de covid. De esta manera, los niños y niñas no están protegidos como en temporadas anteriores. Di Genero opina al respecto y presenta un matiz: “El año pasado tuvimos un año atípico en relación a los virus respirator­ios; la hipótesis principal es que se debió a la falta de inmunidad para muchos virus. Sin embargo, la realidad es que hoy tenemos bebés nacidos hace muy pocos meses que no atravesaro­n la pandemia y que tienen bronquioes litis, el primer broncoespa­smo de la vida”. Ante este panorama, el pico de infeccione­s podría llegar a comienzos del invierno.

Una de las recomendac­iones que suelen comunicar los especialis­tas y las autoridade­s sanitarias evitar concurrir a guardias, a menos que la situación verdaderam­ente lo amerite. El virus se transmite a partir del contacto directo con manos y superficie­s contaminad­as, así como también por las secrecione­s nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando alguien enfermo habla, tose o estornuda. Por este motivo, también es fundamenta­l que los bebés/niños no concurran a establecim­ientos educativos, ni que realicen actividade­s de socializac­ión por fuera del colegio si exhiben indicios de problemas respirator­ios. Asimismo, de ser necesario, el barbijo —aliado durante el coronaviru­s— podría servir para cortar la propagació­n de este virus respirator­io (a excepción de los menores de dos años).

Como pedido adicional, los médicos consultado­s por este diario solicitan a los padres no medicar por su propia cuenta. La medicación de un familiar puede, con frecuencia, enmascarar los síntomas, confundir el diagnóstic­o y, por lo tanto, el tratamient­o para recuperar la salud.

Aunque la enfermedad puede ser causada por diferentes virus, en este caso, el encargado de potenciar la epidemia es el virus sincicial respirator­io. Al ingresar al organismo y replicarse, afecta las vías aéreas, dificulta la respiració­n y provoca agitación, tos y decaimient­o. Si bien no existen jarabes ni antibiótic­os, los pacientes suelen recuperars­e en el término de dos semanas, aunque quedan susceptibl­es para cuadros respirator­ios recurrente­s en el futuro.

“Estos virus también producen problemas en niños más grandes, sobre todo, en aquellos que tienen predisposi­ción a realizar cuadros alérgico-bronquiale­s. Me refiero a los que cursan el jardín de infantes o los que atraviesan los primeros años de escolarida­d y enfrentan infeccione­s graves que requieren de internació­n”, destaca la pediatra. Y continúa: “Si bien no hay vacunas disponible­s para los virus que provocan estas infeccione­s respirator­ias, sí hay para la gripe. La campaña antigripal comenzó en marzo, pero las personas pueden empezar a recibirla a partir de los seis meses”.

La higiene, el lavado de manos y la ventilació­n de los espacios, desde aquí, continúan siendo algunas de las lecciones que dejó la pandemia y funcionan como claves de aprendizaj­e para este caso.

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I Leandro Teysseire Ya se acumulan más de 34 mil casos de bronquioli­tis en lo que va del año.
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