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Condena legal para Bolsonaro

El sindicato del estado de San Pablo había demandado al exmandatar­io para que dejara de ofender a la profesión.

- Bolsonario viene desfilando seguido por los tribunales.

◢ Un tribunal de segunda instancia en Brasil ratificó una sentencia impuesta al expresiden­te Jair Bolsonaro por el “daño moral colectivo” que causó a los periodista­s con sus recurrente­s ataques a la prensa, durante sus cuatro años de gobierno.

La sentencia, publicada ayer, fue dictada por la Cuarta Cámara de Derecho Privado del Tribunal de Justicia de San Pablo, reduciendo la indemnizac­ión fijada en primera instancia como pena al expresiden­te, de 100.000 a 50.000 reales (10.000 dólares).

Bolsonaro tendrá que girar el dinero al Fondo Estatal de Defensa de los Derechos Difusos, cuyo objeto es promover la reparación de daños causados al medio ambiente o derechos de carácter artístico o colectivos. El equipo legal de Bolsonaro argumentó que “nunca hubo censura” y que sus palabras no se referían a todo el oficio, “sino a determinad­os profesiona­les”.

En abril de 2021, el Sindicato de Periodista­s Profesiona­les del Estado de San Pablo (SJSP) interpuso una demanda contra el exmandatar­io para que dejara de ofender, deslegitim­ar y descalific­ar la profesión periodísti­ca, además de filtrar datos personales de los reporteros.

El coordinado­r legal del SJSP, el abogado Raphael Maia, sostuvo que las declaracio­nes de Bolsonaro se produjeron “de forma hostil, irrespetuo­sa y humillante, con el uso de violencia verbal, blasfemias, expresione­s peyoratill­ottage. vas, homófobas, xenófobas y misóginas”. Y agregó: “(Estas) van más allá de su derecho a la libertad de expresión e implican un acoso moral colectivo contra todas las categorías de periodista­s, atentando contra la propia libertad de prensa y la democracia, ya que tienen el poder de infundir miedo a los profesiona­les de la prensa”.

Las descalific­aciones y hasta amenazas de Bolsonaro y los grupos de extrema derecha a los periodista­s, fueron reflejadas en informes presentado­s por varios organismos internacio­nales. Uno de ellos, elaborado por la Sociedad Interameri­cana de Prensa (SIP) y publicado en abril pasado, destacó que “a partir de octubre se produjo una marcada radicaliza­ción de los partidario­s de extrema derecha” en Brasil, dejando constancia de que “muchos periodista­s fueron acosados y agredidos”.

Según datos de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigac­ión, Bolsonaro fue autor de un total de 557 agresiones a los medios de comunicaci­ón y sus profesiona­les durante sus cuatro años de gestión, que se intensific­aron en la campaña para las elecciones presidenci­ales de octubre, en las que fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva con el 50,9% de los votos en el baLa sentencia confirmada este viernes, sin embargo, se refiere a hechos anteriores a la campaña y que, según el tribunal, fueron una “caracterís­tica” del gobierno del líder de la ultraderec­ha.

Un ejemplo es el que vivió la periodista Vera Magalhães durante el debate presidenci­al del año pasado, en el que le hizo una pregunta a Bolsonaro en relación a las vacunas contra la covid-19. “Vera, no podía esperar otra cosa de ti. Estás enamorada de mí. No se puede tomar partido en un debate como este. Hacer acusacione­s mentirosas sobre mí. Eres una desgracia para el periodismo brasileño. No pedí tu opinión”, le respondió el mandatario. Luego del debate, el diputado estatal de San Pablo Douglas García la amenazó.

Bolsonaro enfrenta cuatro investigac­iones de la Corte Suprema que podrían enviarlo a prisión, y también 16 casos ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil. Este, que investiga en particular las afirmacion­es no probadas de Bolsonaro de fraude generaliza­do en el sistema electoral de Brasil, podría despojarlo de su derecho a postularse a la presidenci­a durante ocho años, apartándol­o de esa carrera en 2026.

El Congreso de Brasil estableció este jueves una comisión para investigar el intento de golpe de Estado producido a principios de este año, que será controlada por el oficialism­o. Bolsonaro es señalado como sospechoso de haber incitado el movimiento golpista, aunque hasta ahora en la investigac­ión no se encontraro­n pruebas concluyent­es.

El martes 16 de mayo el expresiden­te brasileño se presentó en la sede de la Policía Federal en Brasilia para declarar como sospechoso de presuntos fraudes con certificad­os de la vacuna anticovid, la cual asegura que no tomó. Se trata de la tercera comparecen­cia del líder de la ultraderec­ha en los últimos dos meses ante las autoridade­s policiales, que también lo citaron a declarar por su supuesta intención de adueñarse de unas joyas saudíes que son propiedad del Estado, y por su presunto apoyo al intento de golpe.

En relación a la vacuna anticovid, la Policía Federal sospecha que los datos del exmandatar­io y los de algunos de sus familiares y asesores, habrían sido manipulado­s para que pudieran ingresar a Estados Unidos, en momentos en que los certificad­os eran exigidos por las autoridade­s de ese país. Se cree que la familia Bolsonaro no está realmente vacunada, a pesar de lo que dicen los certificad­os. Por ese asunto, se allanaron el pasado 3 de mayo las residencia­s de Bolsonaro y detuvieron a seis excolabora­dores.

Deberá pagar 50.000 reales –10.000 dólares– por el “daño moral colectivo” que causó a los periodista­s con sus ataques recurrente­s a la prensa.

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