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Producir a Adriana Lestido

- –¿Considerás a un film atípico?

–Seguro que es una mirada diferente y es una mirada necesaria. Y han surgido una serie de directoras muy interesant­es después de María Luisa. Antes hubo algunas, pero ahora realmente hay más posibilida­des de elección. Yo no veo complicado en este momento que las mujeres tengan dificultad­es para hacer cine. Al contrario, en ciertas aplicacion­es para conseguir fondos te suma puntos ser mujer. Pero creo que se necesita un tiempo para que haya tantas mujeres como hombres dirigiendo cine.

–El Nuevo Cine Argentino marcó una ruptura con cierto cine que se venía haciendo en Argentina durante la década del ‘80. Viéndolo a la distancia, ¿se lo puede considerar un movimiento, a pesar de las diferentes estéticas y miradas?

–Cuando me dicen “Uy, produjiste a Lucrecia, a Caetano, la primera película de Trapero” yo digo: “Tuve suerte”. A través de los cortos de Historias breves: en el ‘95 hubo una serie de cortos, entre los que estuvo Rey muerto, de Lucrecia Martel. Uno veía que había una generación. Yo produje Un oso rojo y ya Caetano había coproducid­o una película, pero también tenía una serie de cortos muy buenos. Trapero tenía cortos, Lucrecia tenía cortos. Para mí, Rey muerto es un corto excelente. Me fascinó. La llamé a Lucrecia porque sabía que tenía un libro, el de La ciénaga. Y la llamé porque había visto Rey muerto y me había gustado mucho. No sé si fue un movimiento, pero coincidier­on varios directores interesant­es. Digo directores porque la única directora en ese momento era Lucrecia. No recuerdo que hubiera otra. También estuvo Pablo Reyero, que fue el primero y produje su documental Dársena Sur. Y, en algunos casos, eran directores que habían comenzado una película y no podían terminarla, como el caso de Dársena Sur o el caso de Mundo grúa, o Tan de repente, de Diego Lerman. En algunos casos, eran directores que se habían largado a filmar con amigos y no habían podido pagar ni siquiera el equipo, como en el caso de Trapero, que tenía la película prácticame­nte filmada, pero no había podido

Epagarle a nadie. Entonces, había que conseguir fondos para poder terminar la película. Pero fue un movimiento muy especial. A veces lo comparo con los ‘60, que también hubo un movimiento de directores muy interesant­es.

–“La película tiene que ver con las complejas relaciones de un grupo familiar”, dijo Lucrecia Martel en su momento sobre

Teniendo en cuenta que el cine nacional ha tenido desde sus comienzos a la representa­ción de lo cotidiano familiar como una de sus temáticas; según tu criterio ¿qué vino a introducir

ciénaga.

La

La ciénaga?

–Lo que tiene de interesant­e es l jueves 1º de junio se estrenará en la Sala Leopoldo Lugones Errante – La conquista del hogar, ópera prima como realizador­a de la reconocida fotógrafa Adriana Lestido, producida por Stantic. Fue rodado en el círculo polar ártico y las islas Svalbard, región que comparten Noruega e Islandia. Tuvo su première mundial en el Festival Internacio­nal de Cine de Mar del Plata, donde formó parte de la Competenci­a Latinoamer­icana y obtuvo el premio de la asociación de Directores de Cine PCI a la innovación artística.

“Ella la filmó sola, por su cuenta. Estuvo ocho meses sola en el Artico filmándola. Yo la conozco a Lestido desde hace muchos años, de la época en que produje Dársena Sur porque en ese momento ella era pareja de Pablo Reyero”, cuenta Stantic, quien también señala que admiró siempre mucho a Lestido como fotógrafa. “Cuando me mandó el material bastante afinado, me gustó. Es que no sólo está hablando de un grupo familiar sino también de una provincia, de un status social. En la familia del personaje de la Borges hay algo de esta clase que se cree medio especial, que es interesant­e. Uno vuelve a ver La ciénaga y la siente muy vigente, con esa manera de tratar, a veces, con una cierta comicidad a una clase medio parásita.

–¿Cómo viviste el proceso de construcci­ón de en plena época de la pérdida de valores que provocó el menemismo y previo al derrumbe político, social y económico del gobierno de Fernando De la Rúa?

La ciénaga,

–Siempre soy sincera y cuando una película muy contemplat­iva, como para sumergirse en ella. Le dije que quería estar. Entonces, se la mostré a Paula Zyngierman, a quien también le interesó. Y la ayudamos en todo lo que fue la posproducc­ión de la película y conseguir los temas musicales que había elegido; entre ellos, uno de Nick Cave. Es una película muy especial, muy de ella y me encantó mucho acompañarl­a porque la verdad Adriana es una artista”.

–Sí, hay unos casos raros en el mundo de películas así hechas porque no tiene movimiento de cámara, por ejemplo. El que se mueve es el paisaje, no tiene personajes. Es una película hermosa y hay que verla.

■ Funciones de Errante: Jueves 1°, viernes 2, sábado 3 y domingo 4 a las 21. Martes 6 y miércoles 7 a las 18. Jueves 8 a las 21.30. leí el primer libro de Lucrecia (porque después hubo algunas transforma­ciones) pensé más en Chéjov y no lo relacioné tanto con eso. En ese sentido, La ciénaga ha crecido con el tiempo en mi cabeza. Ahora la veo más política que como la vi en ese momento.

–¿De algún modo ese “monstruoso mundo adulto” del que habló Lucrecia funciona como una crítica a aquella sociedad del menemismo y posterior a él?

–Yo lo siento así. Es una película que cada uno puede sentirla de distinta manera. Y de entrada no lo sentí así.

–¿Y esta sociedad actual? ¿Qué tiene de aquella? ¿Notás algún cambio a favor o no aprendió nada de aquellos momentos políticos que la hundieron?

–No siento ningún cambio a favor de esa sociedad. Por eso me impresiona la película cuando la veo hoy.

–En 1993 largometra­je,

¿Filmarla te resultó difícil, teniendo en cuenta que los hechos narrados tenían que ver, de algún modo, con lo que vos viviste en la dictadura?

dirigiste

tu

único

Un muro de silencio.

–Algunos tienen que ver. Por ejemplo, a mí nunca me secuestrar­on y, además, yo estaba separada de Pablo, cuando Pablo desaparece. Lo que pasa es que ambos teníamos contacto porque teníamos una hija y él los fines de semana se llevaba a Alejandra. Y, además, siempre tuve buena relación con él, a pesar de la separación. Y nunca cuestioné que se involucrar­a. Yo no me quise involucrar de esa manera en la lucha, pero respeté siempre que él se involucrar­a en eso.

–La mención de que de algún modo lo viviste, no apunta a algo autorrefer­encial de la película sino que también viviste la dictadura de manera dramática. Apuntaba a si fue difícil hacerla en lo personal.

–Sí, no fue fácil. Más aún: yo no había pensado dirigirla. Fue muy raro todo porque el sábado anterior al comienzo de la filmación tuve problemas serios. Mi hija se fue a vivir a Holanda. La ayudé porque estaba enamorada de un holandés desde hacía tres años. Y él había venido acá y no había conseguido trabajo. Y justo murió mi madre, que hacía varios meses que venía mal y estaba en terapia intensiva. Y empecé la película con toda esa carga. Ibamos a empezar un lunes y lo hicimos un martes. Pero fue duro y muy especial. Hoy pienso que no sé cómo la pude hacer a pesar de los problemas que se dieron. Era imposible postergarl­a porque Vanessa Redgrave llegaba un domingo y el sábado se dio que mi hija viajaba y mi madre se murió. Y ya no podía decirle a Vanessa que se volviera porque me iba a meter en un lío increíble. Estaba todo arreglado, armado. La hice con esa presión.

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Guadalupe Lombardo ?? “Se necesita un tiempo para que haya tantas mujeres como hombres dirigiendo cine”, señala Stantic.
I Guadalupe Lombardo “Se necesita un tiempo para que haya tantas mujeres como hombres dirigiendo cine”, señala Stantic.
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