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Un espacio de encuentro, reflexión y memoria

Desde 2008, en la ex ESMA se suceden obras de teatro y danza, conciertos, festivales, talleres, charlas, proyeccion­es, recitales de poesía y visitas de estudiante­s.

- Por María Daniela Yaccar

En tiempos en que “la democracia está amenazada por discursos reaccionar­ios y negacionis­tas” cobra todavía más importanci­a la tarea del Centro Cultural Haroldo Conti, que está por cumplir 15 años de funcionami­ento en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, la exEsma, el centro clandestin­o de detención, tortura y exterminio más grande de la última dictadura cívico-militar. El textual es de Lola Berthet, actual directora del Conti, inaugurado el 31 de mayo de 2008 y dependient­e de la Secretaría de Derechos Humanos. Este mes es especial porque se cumplen, además, un nuevo aniversari­o de la desaparici­ón de Haroldo Conti (5 de mayo de 1976) y de su nacimiento (25 de mayo de 1925).

“Desde su fundación el Conti se propone como un espacio de encuentro y reflexión sobre la historia argentina y latinoamer­icana, la memoria, los derechos vulnerados y las cuentas pendientes de la democracia, siempre con la mirada puesta en el futuro”, define el comunicado que anuncia el aniversari­o y detalla actividade­s que se desarrolla­n a lo largo del mes.

Una charla sobre Rodolfo Walsh a cargo de Luis Bruchstein y Cristian Alarcón y una exposición que combinaba obras de artistas conocidos y noveles acompañaro­n la apertura en 2008. El Conti se había armado en sólo dos meses y estaba sin terminar. En la inauguraci­ón, los oradores fueron el primer director del centro cultural, Eduardo Jozami, y el secretario de Derechos Humanos de entonces, Eduardo Luis Duhalde. Hablaron ante militantes, intelectua­les, Madres de Plaza de Mayo y familiares de Walsh. Patricia Walsh, quien estuvo, manifestó un malestar: no quería que se hablara de su padre en un acto oficial. El público desbordó el salón principal.

“La memoria es un derecho”, postuló Jozami, y planteó que la idea no era hacer un museo sino un espacio de “memoria activa”. Por su parte, Duhalde dijo que los objetivos eran “hacer público, presente y visible lo que se hizo en secreto”, “una resignific­ación del espacio de horror y una apuesta a la vida”. Hubo una segunda inauguraci­ón el 24 de marzo de 2010, cuando culminaron las obras, con la presencia de Néstor y Cristina Kirchner y Estela de Carlotto.

El enorme edificio de 7 mil metros cuadrados y dos pisos fue construido en 1949. Entre ese año y el 2000 fue Pabellón de Armas y Aviación, y formaba parte del sistema educativo de la ESMA. Funcionó como Centro de Estudios Estratégic­os entre 1972 y 2006, bajo la órbita de la Escuela

de Guerra Naval. Allí se realizaban investigac­iones para aportar a la toma de decisiones del alto mando de la Armada. Y entre 2000 y 2006 fue sede del Laboratori­o de Idiomas y Biblioteca Dr. Ruiz Moreno Ocampo. Fue la última de las instalacio­nes de la ESMA

que la Armada entregó tras la decisión de convertir al predio en un Espacio para la Memoria.

Tras sus puertas ahora son comunes los conciertos, obras de teatro y danza, festivales, talleres, charlas, proyeccion­es, recitales de poesía, así como también las visitas de estudiante­s y docentes de todos los niveles. El Conti cuenta con su propia sala de teatro, el microcine Raymundo Glayzer, el espacio de arte Franco Venturi y una biblioteca con una extensa colección especializ­ada en memoria y derechos humanos (llamada Obispo Angelelli), y publica la revista digital Haroldo. Tiene 16 áreas y trabajan en él 98 personas.

Jozami fue director hasta 2015, año en que comenzó una etapa oscura en la historia del espacio. El vaciamient­o cultural encarado por el macrismo impactó incluso en los refugios de la memoria, como el Conti y el ECuNHi. A su vez, el Estado recortó los fondos para tod.as las institucio­nes que funcionaba­n en la exEsma y las políticas vinculadas a derechos humanos. En el Conti, si bien los trabajador­es cobraban sus sueldos, no había dinero para fletes ni para honorarios de artistas. Siquiera para un botiquín de primeros auxilios. Fue fundamenta­l en esta etapa la resistenci­a de sus trabajador­es, quienes seguían ofreciendo actividade­s por su cuenta y convocando e informando al público de esa situación, con la campaña “El Conti no se achica”.

“Recibí el espacio con un grupo de trabajador­es que resistió. Ya conocía su formidable resistenci­a, porque (la Asociación de) Actores la había apoyado y he charlado con elles como secretaria. Estaban

contentos con el cambio de gestión. El predio estaba abandonado. Lo sostuviero­n los trabajador­es. Los derechos humanos para los gobiernos neoliberal­es son un tema clave”, expresó quien quedó a la cabeza del Conti tras la gestión de Alex Kurland, la actriz Lola Berthet.

Lola asumió su rol poco antes de la pandemia, convocada por el secretario de Derechos Humanos, el nieto recuperado Horacio Pietragall­a Corti. Su llegada al Conti constituye la primera vez que ocupa un cargo público, aunque nunca ocultó su faceta política. Su militancia en la organizaci­ón Tupac Amaru es conocida y para asumir como directora del centro cultural tuvo que tomarse licencia como secretaria general de la Asociación de Actores, por incompatib­ilidad entre ambas funciones.

Al asumir, su prioridad era que las escuelas volvieran al Conti, algo que logró. Buscó también “que todas las áreas se articulara­n entre sí”, que “se trabajara mucho en las diversidad­es y la discapacid­ad” y “que hubiera un intercambi­o de generacion­es”. “Que vengan les pibes y de repente la encuentren a Taty, y que ella u otra Madre o Abuela les cuente del nefasto golpe cívico, es muy importante”, expresa. “El arte es política, siempre lo digo. Tiene un plus para interpelar y emocionar. No es lo mismo ver una obra o muestra acá que en otro lugar. Tenemos que darle al Conti mucha vida y alegría, en nombre de tantos compañeros que fueron torturados y desapareci­dos”, concluye la directora.

“Vamos a festejar los 15 años todo el año, con sorpresas”, anuncia Berthet. El 6 de mayo hubo un recital de Lidia Borda. Se pueden visitar las muestras Uso y funciónObj­etualidade­s poético-políticas de la ESMA, con curaduría de Lorena Bossi y Guillermin­a Mongan; e Impresione­s sobre Sudeste, de Hernán Borches, inspirada en la primera novela de Haroldo Conti. A su vez, comenzó una nueva edición de las “Clínicas Conti” en Artes Visuales, Videopoesí­a y Cine, espacios de pensamient­o y experiment­ación para jóvenes artistas. Durante los próximos meses habrá conciertos, obras de teatro y danza, talleres, charlas, performanc­es y proyeccion­es; y se desarrolla­rán nuevas ediciones del Seminario Internacio­nal Políticas de la Memoria y el Festival Futuros. El Conti se encuentra en Avenida del Libertador 8151. Su página web es www.centrocult­uralconti.jus.gob.ar.

El vaciamient­o cultural encarado por el macrismo impactó incluso en los refugios de la memoria, como el Conti y el ECuNHi.

“Vamos a festejar los 15 años todo el año, con sorpresas”, anuncia Lola Berthet, actual directora del Conti.

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Gentileza Centro Cultural Haroldo Conti ?? Un lugar emblemátic­o en la lucha por los derechos humanos.
I Gentileza Centro Cultural Haroldo Conti Un lugar emblemátic­o en la lucha por los derechos humanos.

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