Por María Cafferata
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Menos de 24 horas después de que Cristina Fernández de Kirchner hubiera encabezado un multitudinario acto en Plaza de Mayo, los principales candidateables del Frente de Todos, casi como si fuera un movimiento ensayado, salieron a reafirmar su voluntad de competir por la presidencia. El primero fue Eduardo “Wado” de Pedro, favorito del kirchnerismo desde que CFK confirmó que no sería candidata, quien lanzó un sugestivo spot en sus redes sociales el mismo jueves a la noche. En simultáneo, diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano se cubrieron afiches que decían “Se viene Wado”, mientras que en los medios se multiplicaron los dirigentes cristinistas que buscaban instalar su candidatura. Daniel Scioli y Agustín Rossi, mientras tanto, reafirmaron su empeño en ir a una PASO. “A mí no me baja nadie”, zanjó el embajador en Brasil, mientras que el jefe de Gabinete de la Nación anunciaba que el lunes próximo lanzaría su candidatura.
Operativo Wado
Arriba del escenario, respaldada por gran parte de la dirigencia frentetodista, la vicepresidenta postergó definiciones electorales y evitó hacer guiños que pudieran sobreinterpretarse. Excepto uno: la imagen de Wado de Pedro, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof rodeándola en un primer anillo de cercanía. El mensaje, para la dirigencia, había sido claro: ahí estaban los principales armadores de la futura oferta electoral. Apenas terminó el acto, los cuatro se reunieron brevemente con CFK en la carpa blanca que estaba al lado del escenario y, solo unas horas después, la cuenta de De Pedro publicó un video en el que se presentaba a sí mismo como el “hijo de la generación diezmada” que tenía que tomar la “posta”, como había pedido la vice la semana anterior. La orden para subirlo había llegado de la propia CFK.