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Demorar el debate, ese es el objetivo

El oficialism­o extiende el estudio del decreto y evita que llegue al recinto. Los opositores que quieren ayudar a los libertario­s.

- Por María Cafferata

◢La Bicameral de Trámite Legislativ­o ha pasado a convertirs­e en un refugio para la dilación. Hoy volverá a reunirse la comisión encargada de tratar el mega DNU de Javier Milei, pero la expectativ­a de que se logre avanzar en algo más que la definición de un cronograma de trabajo es nula. Los ojos están puestos en el Senado, en donde La Libertad Avanza observa que la batalla está prácticame­nte perdida. Pero antes de llegar a esa instancia, el oficialism­o continúa apostando a diluir y alargar el debate en la Bicameral. Es una estrategia que sirve a varios intereses, no solo los de LLA: el radicalism­o y Hacemos Coalición Federal (HCF) aún se rompen la cabeza intentando diseñar alguna maniobra que les permita evitar el rechazo o la aprobación total.

Tiempo. Eso es lo que necesita tanto La Libertad Avanza como la oposición más amigable. El derrumbe del proyecto de ley ómnibus convirtió al mega DNU –que deroga decenas de leyes, como la Ley de Tierras o la de Alquileres– en el último bastión de defensa del mileísmo. Y el radicalism­o y HCF, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, no quiere arriesgars­e a rechazar de cuajo el decreto presidenci­al y aparecer votando “igual que el kirchneris­mo”. La mayoría coincide en que el DNU es inconstitu­cional y que no puede sostenerse así como está, pero que hay artículos –como la reforma laboral– que merecen la pena ser “rescatados”. El desafío está en encontrar algún mecanismo o pirueta jurídica que les permita sortear el “todo o nada” al que lo llevan tanto Milei como Unión por la Patria: el primero porque no quiere ceder nada, los segundos porque quieren ir por el rechazo total del DNU.

Las estrategia­s que se ensayan son varias. Una es insistir en tratar el DNU como si fuera un proyecto de ley, de modo de poder eliminar y modificar algunos artículos. Ya hay varias leyes espejo al DNU presentada­s en el Congreso –la mayoría por la UCR– y algunos sectores de la oposición no peronista insisten en que la mejor alternativ­a es debatir estos proyectos en el recinto en paralelo a

la vigencia del DNU, de modo de que no haya un efecto suspensivo del decreto (que ya está rigiendo). “Hay que reemplazar, no rechazar”, sostiene uno de los dirigentes que había sido duramente atacado en las redes sociales por Milei y sus seguidores luego de la caída del proyecto de ley ómnibus.

Otra de las estrategia­s, impulsada por Rodrigo de Loredo y un sector de la UCR, es plantear que se puede tratar el DNU en la Bicameral por capítulos. La Ley que regula los DNU lo prohíbe expresamen­te, pero algunos diputados insisten en que se puede forzar una interpreta­ción jurídica que sostenga lo contrario. Otros, mientras tanto, proponen modificar la ley 26.122 que los regula de forma de habilitar su aprobación parcial.

Son todas propuestas preliminar­es que no terminan de cerrar en ninguna bancada porque ninguno de los bloques todavía pudo unificar postura sobre qué hacer con el DNU. El caso más paradigmát­ico es el del radicalism­o, que en el Senado amenaza con votar en contra del DNU –al menos una parte del bloque–, mientras que en Diputados no terminan de definir cómo encarar el tema. “Piensan que el DNU es lo mismo que la ley ómnibus, no revisaron ni un poco lo que pasó. No podemos seguir con la lógica de ‘ayudame a ayudarte’, eso es darle la razón a Milei cuando nos llama ratas”, cuestionó un dirigente del radicalism­o que pugna por el rechazo del DNU.

Frente a la situación de indecisión generaliza­da, LLA y los bloques opositores dialoguist­as piden tiempo. Es por ello que el debate en la Bicameral viene como anillo al dedo: es un espacio donde dialogar con el oficialism­o, que hasta ahora no ha dado muestras de querer acercarse a negociar. Esta falta de diálogo se vio plasmada la semana pasada, cuando la Bicameral se reunió por primera vez: sin acuerdo político previo, la designació­n de las autoridade­s quedó trunca. Solo se logró designar al presidente de la comisión, el riojano Juan Carlos Pagotto, cuya designació­n fue impugnada por organismos de derechos humanos por haber defendido a funcionari­os judiciales acusados por delitos de lesa humanidad.

La vicepresid­encia y la secretaría, mientras tanto, quedaron vacantes. Nicolás Massot y los dos integrante­s radicales –el diputado Francisco Monti y el senador Víctor Zimmermann– terciaron para que UxP ocupara una de las autoridade­s y, como no hubo acuerdo, se terminó pateando la definición para esta reunión. Estas vacantes serán una de las primeras tareas a cubrir el jueves a las 14.

Luego se discutirá una nota enviada por Zimmermann reclamando la presencia del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo, el secretario de Trabajo, Omar Yasin, entre otros funcionari­os nacionales, para que defiendan el DNU. La oposición viene reclamando su presencia hace tiempo y confían que LLA terminará aceptando que algunos vayan. “Son todas maniobras dilatorias”, se quejan desde UxP.

El objetivo de la reunión de comisión será ordenar una agenda de trabajo para todos los DNU vigentes. En total, son más de 100 decretos que quedaron del gobierno de Alberto Fernández y Mauricio Macri y que LLA pretende tratar primero para demorar el debate en torno al DNU 70/2023. La estrategia es clara: ganar tiempo a como dé lugar y prepararse para cuando el debate llegue a la Cámara de Diputados, sabedores de que la pelea en el Senado está destinada al fracaso.

Para demorar el debate del mega DNU, el oficialism­o pretende analizar decretos pendientes de los gobiernos anteriores.

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Los integrante­s de la Bicameral vuelven a encontrars­e hoy en el Senado.

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