Por Oscar Ranzani
◢A mitad del siglo XX, una valija viajó casi 12 mil kilómetros desde Suiza a Buenos Aires. La valija se perdió. Se volvió a intentar el traslado y otra valija llegó a destino. ¿Por qué tanto misterio? Esa valija contenía ampollas de LSD. El destinatario era el psicoanalista argentino Alberto Tallaferro, el primero en procurar ampollas de ácido lisérgico para utilizarlas en el ámbito clínico, al que le siguieron médicos, psiquiatras e intelectuales. A la par de otros países, en los años ’50, en la Argentina hubo terapias psicoanalíticas en las que se experimentaba con LSD. Esta historia, tan poco conocida como apasionante, la relatan Damián Huergo y Fernando Krapp en el libro ¡Viva la pepa! El psicoanálisis argentino descubre el LSD (Sello editorial Ariel notanpuan).
“Era algo que se estaba dando a nivel mundial. Era un tema que estaba insertado dentro del ambiente psicoanalítico. Estaba un poco en boga en el mundo de la psiquiatría. De pronto, apareció una nueva droga y se empezó a usar en pacientes psiquiátricos. Acá se estaba gestando una comunidad psicoanalítica fuerte y llegó”, cuenta Krapp en diálogo con PáginaI12. “Nació con ese furcio de la valija, incluso con esa metáfora. Esa anécdota nos la apropiamos literariamente porque nos convocó a contar una historia enterrada dentro de la historia del psicoanálisis, al punto que estuvimos con psicoanalistas que estudian la historia del psicoanálisis en la Universidad de Buenos Aires y casi no entraba en los diseños curriculares de las materias. También rastreábamos libros de historia del psicoanálisis y era una anécdota muy menor si es que aparecía. Dentro de los primeros testimonios, recibimos la historia de la valija que terminó enterrada en un basural de Retiro y fue como una metáfora materializada”, completa Huergo.
–Hoy suena un poco incrédulo que un psiquiatra que quiera recibir LSD para trabajar en análisis con sus pacientes primero experimente consigo mismo, ¿no?
Fernando Krapp: –Sí, pero quizás hoy en día a algún psicoanalista le interesa pasar primero por la experiencia de algún psicofármaco, de psicoactivo previamente, como para saber qué tipo de efectos tiene. Además, hoy en día, hay otro tipo de información que circula sobre las drogas, están institucionalizadas desde otro lugar. Hay mucha más data. En aquella época, sí había algo un poquito más mesiánico con respecto a esto. Es distinta la narrativa que hay alrededor. Cambió mucho.