El derrumbe histórico del imperio de la madera
Las fábricas redujeron horas por la caída del 50 por ciento en la demanda y los trabajadores pierden 30 puntos de ingresos. Analizan cierres y suspensiones por la apertura importadora.
contara que uno de los empresarios grandes del rubro y presidente de la federación de madereros FAIMA, Román Queiroz, se quejara ante la cúpula de la Unión Industrial (UIA) por la pasividad de la central fabril ante la crisis que está generando el gobierno de Milei.
Esa crisis está golpeando, parejo, sobre los tres sectores más importantes de la actividad, el de Terciado, Aserradero y Muebles. En el primero de los casos, el símbolo del derrumbe se percibe en un caso emblema: la fábrica Henter, un gigante que supo tener 250 trabajadores y ahora tiene 120, suspendió a su personal por la caída de la demanda y les abona el 50 por ciento del sueldo hasta el 31 de marzo. La fábrica, que tiene 70 años en el mercado y en general elabora insumos y placas para puertas, tiene parada su planta. De allí para abajo, es una pandemia.
En el caso de los Aserraderos, la Faima denunció que la caída en el rubro es del 40 por ciento y muchos están parando plantas. Son pocos los que trabajan con normalidad. El 30 por ciento de la producción en general se exporta y aquellos que se dedican al mercado interno están trabajando, según fuentes sindicales, con “cargas horarias mínimas”.
La Carpintería tiene, además de la caída de la demanda, un problema extra: la decisión oficial de abrir las importaciones de muebles terminados amenaza con terminar con las empresas de producción nacional. En este sector es dónde más se analizan por estas horas los pasos a seguir, pero no descartan entrar en el mismo proceso de suspensiones.
Todo esto ocurre mientras reina la incertidumbre en el sector: la mayor parte de los consultados por este diario aseguran que “no hay perspectiva de mejora”, sobre todo porque se conjugan caída de actividad con derrumbe de los ingresos.