“Los que tienen que pedir disculpas son ellos”
A pedido de la Comisión Provincial por la Memoria, el juez Alejo Ramos Padilla convocó a una audiencia y ordenó la medida de protección para Susana Reyes, entre otras disposiciones.
res, a las leyes educativas, a la producción historiográfica y a los hechos probados por la justicia”, agregó. A criterio de Raggio, “los que deben pedir disculpas son los que la agredieron y cercenaron su palabra, y alentaron que se desatara una persecución y hostigamiento violento en las redes sociales, incluyendo al Presidente, que expuso en forma irresponsable a la docente”.
Entre los múltiples insultos recibidos, tales como “excremento de la comunidad”, “descerebrada”, “lacra”, se relevaron amenazas extremadamente violentas que reivindican y remiten a la actuación militar durante el terrorismo de Estado: “Hay muchos arroyos en Punta Indio para encausar a los desubicados”, “hay que subirla a un Falcon verde”. También las expresiones antidemocráticas escuchadas hicieron eje en su trabajo: “Que la echen”, “hay que expulsarla”, “hay que dejarla en la calle”. Este cúmulo de agresiones fue justificado y potenciado por el propio presidente Javier Milei quien, retuiteando lo sucedido durante el acto, apoyó las agresiones verbales: “Vinimos a despertar leones, nunca más callarse y dejarse pisotear”, fue el mensaje amplificado.
Los hechos
El 2 de abril en la localidad de Punta Indio, Reyes dio un discurso en un acto oficial organizado por el gobierno local por la conmemoración de la Guerra de las Malvinas y de homenaje a los veteranos y caídos en el conflicto bélico en 1982. Se encontraban presentes las autoridades locales, veteranos de guerra, miembros de la Armada Argentina e integrantes de la sociedad civil. Mientras ella hablaba fue abucheada por los militares en actividad presentes en el acto, quienes intentaron silenciarla por no estar de acuerdo con la relación que la docente señalaba entre la dictadura militar y la Guerra de Malvinas.
“Considero necesaria la reflexión de las categorías sociales de mi mirada para contemplar el reconocimiento social a los excombatientes y por eso quiero pedir un fuerte aplauso para ellos. Gracias
por tanto y perdón por tan poco”, fueron las últimas palabras de Reyes. Finalmente, los miembros del Ejército se retiraron del acto repudiando a la docente. Seguidamente comenzó un campaña mediática estigmatizando a la docente y viralizando el hecho por redes sociales.
A pocas horas de la presentación de la abogada Margarita Jarque, en representación del programa de Monitoreo de la Justicia de la CPM, el sábado a la mañana se realizó en el juzgado de Ramos Padilla una audiencia, de la que participó el secretario y coordinador del organismo, Roberto Cipriano García. Enseguida, el magistrado ordenó que se entregue inmediatamente a Reyes un botón de pánico, con la colaboración del Ministerio de la Mujer, Políticas de Género y Diversidad de la provincia de Buenos Aires. El habeas corpus había solicitado que, “en consenso con la beneficiaria, se tomen las medidas de protección adecuadas a fin de garantizar la integridad física y cese de persecución ideológica, y que se ordene a todos los organismos que ejerzan funciones de prevención y seguridad del Estado, particularmente que se abstengan de realizar cualquier turbación, restricción o limitación arbitraria en relación” a ella.
“La víctima sufrió numerosas agresiones e intimidaciones e incluso amenazas de gente que no conoce. Se siente muy insegura y atemorizada por lo que pudiera sucederle a ella y a su familia”, dijo la CPM en una solicitud ante la Relatoría de Libertad de Expresión de la ONU. Y destacó que “el discurso de la docente se enmarcaba en la verdad histórica de los hechos y constituye un ejercicio de la memoria activa”. Tras la viralización de las imágenes de su interrumpido discurso, Reyes manifestó que esta situación le genera preocupación, y que los discursos estigmatizantes buscan desacreditar su labor de defensa de derechos humanos por los antecedentes en la localidad vinculados a persecución ideológica y libertad de expresión.
“Gracias por tanto y perdón por tan poco”, dijo al final Reyes. Los miembros del Ejército se retiraron repudiando a la docente.