PEUGEOT 208 GT
TEST. El compacto del león recupera vena deportiva con una flamante versión que incropora el motor THP de 165 CV. Buen balance entre ruta y ciudad.
Hace rato que Peugeot no tiene un deportivo entre sus compactos. El recuerdo más cercano data de 2014 cuando la marca del león lanzó comercialmente las versiones GTI (200 CV) y XY (156 CV) del 208, ambas en silueta de tres puertas, modelos que pasaron sin pena ni gloria por un mercado que no estaba preparado para recibirlos. Los abatares económicos de ese momento deblitaron las expectativas de la marca para con estos modelos que, por su origen francés, fueron penalizados por el impuestazo automotor. Sin embargo, tuvieron ventas aceptables: hasta la fecha, desde enero de 2014, se vendieron en nuestro país 160 unidades de XY (que era una edición especial) y 380 de GTI.
Ahora, Peugeot intenta otra vez ubicar un deportivo en su familia de compactos, pero esta vez, las chances de obtener el tan ansiado éxito son Juliores. El 208 GT es un producto más equilibrado y, aunque es caro, su posicionamiento es, podríamos decir, más coherente: se fabrica en Brasil, (país donde fue desarrollado), origen que lo exime de cargas impositivas agregadas.
Para ponerlo en números: en el mes de marzo de 2014 (según los valores de los "cero kilómetro" de la Cámara del Comecio Automotor), XY se vendía por 335.151 pesos, mientras que el precio de 208 GTI era de 371.788 pesos, es decir, costaban, 155.451 pesos y 192.088 pesos más, respectivamente, que el 208 Feline Pack Cuir (tope de gama). Ahora, la diferencia entre el GT y el Feline Pack Cuir es de 62.100 pesos. Visto desde esa perspectiva el
208 GT podría representar una buena opción para quienes buscan un modelo de este tipo con el león en la parrilla.
Toques de personalidad
El Peugeot 208 GT es una suerte de respuesta a la jugada de Renault con el Sandero RS. Para darle vida a este nuevo producto, los ingenieros de la marca del león siguieron una estrategia similar a la del rombo: tomaron la versión más equipada y la adap- taron a su nueva posición. Para eso, agregaron una decoración exclusiva que se advierte en la nueva parrilla que, del mismo modo que muchos otros sectores, incorpora detalles en color rojo. También se renovaron los faros con nuevo módulo elíptico y led para circulación diurna, alerón y carcasa de retrovisores externos (de color negro brillante), y las llantas de aleación “diamantadas” de 17 pulgadas. Esos detalles le otorgan, efectivamente,
un estilo particular a este 208, característica en la que también influyen algunos detalles de decoración exterior como la elección del color negro en lugar del cromo para recorrer el perímetro de las ventanillas y el parante B, y para cubrir la parrilla y la parte inferior de la trompa.
En amplio techo de cristal fijo lleva claridad a un interior decorado siguiendo el patrón de aquellos GTI y XY. En un ambiente que respeta los niveles de calidad del segmento (en la unidad de prueba hemos notado algunos puntos mejorables, como los anclajes de regulación en altura de los cinturones de seguridad delanteros que generaban ruidos molestos y algún sector con chapa al descubierto detrás de la pedalera) muestra nuevas terminaciones que se advierten especialmente en el torpedo, la pancha central y los paneles de puertas, sectores donde se combinan, apliques plásticos con cromados y detalles de aluminio.
Las butacas (similares a las de GTI y XY) ofrecen comodidad y algo de sujeción lateral, y la del conductor cuenta con regulación en altura, mecanismo que sumado al ajuste en altura y profundidad de la columna de dirección facilitan al conductor la maniobra para encontrar la mejor posición frente al volante (mantiene el diseño denominado i-Cockpit, con volante de aro pequeño y tablero elevado), desde la cual no aparecen conflictos para acceder a los comandos.
Atrás, la habitabilidad es más limitada, con poco espacio para las piernas y una plaza central pequeña. Lo mismo sucede con el baúl: ofrece un volumen de 318 dm3, ajustado para su segmento, aunque se puede ampliar abatiendo los respaldos traseros.
Bien equipado
Por tratarse del 208 más caro de la gama el nivel de equipamiento es adecuado. El rubro confort está cubierto por elementos tales como, por ejemplo, climatizador bizona (sin salidas traseras), equipo de audio de buena calidad con jukebox (un disco de almacenamiento) de 16 Gb y pantalla táctil de siete pulgadas que también contempla la operación de los sistemas de conectividad (es compatible con las modernas tecnologías MirrorLink y Apple CarPlay), el navegador satelital y para recibir las imágenes que genera la cámara de marcha atrás, dispositivo estrenado por este
modelo en la gama 208 y que será incorporado como elemento de serie en otras versiones.
Retrovisores eléctricos, luces interiores de led, cuatro alzacristales eléctricos (sólo el del conductor ofrece sistema un toque, pero en la unidad de prueba, el cristal no bajaba completamente, obligando a accionar la tecla nuevamente), pedalera de aluminio (sin reposapie), el ya mencionado techo panorámico de cristal, además de una serie de elementos que conforman la lista de la página 32, en la que vemos que el rubro seguridad también está resguardado con, controles de estabilidad y tracción, Hill Assist (mantiene al vehículo inmovilizado durante dos segundos en una salida en una pendiente), cuatro discos, ABS con REF y AFU, faros antiniebla delanteros y trasero, luces de curva (al doblar, y en velocidades de hasta 40 km/h, se activa el antiniebla correspondiente al sentido del giro) y sensores de estacionemiento. Sin embargo, los anclajes Isofix para sillas infantiles no forman parte del equipamiento. También es para destacar que la rueda de repuesto es de uso temporario, aunque por sus dimensiones (185/60 R15) puede ayudarnos a sortear una distancia prolongada hasta encontrar una solución.
Eficacia THP
La clave de este nuevo modelo es, una vez más, el motor naftero turbo THP. Este propulsor es una verdadera delicia mecánica que le permite a quien tenga la suerte de conducir un vehículo que lo equipe, disfrutar de una respuesta contundente y, a la vez, de una suavidad de marcha sobresaliente.
Responde con gran eficacia en toda la gama de revoluciones, especialmente un poco antes de las dos mil vueltas, momento en el cual el empuje del turbo se hace notar para recordarnos que estamos al volante de un compacto de poco menos de 1.200 kg impulsado por 165 CV. Este dato transforma al Peugeot 208
GT en el modelo más potente de su categoría (hatchback compactos de marcas generalistas) y, luego de las pruebas, en el más veloz: alcanzó una velocidad máxima de 210,1 km/h y aceleró de 0 a 100 km/h de 8,1 segundos.
No obstante esta reacción, el nuevo modelo es un vehículo que encuentra a la ciudad como un ámbito amigable en el que se siente realmente cómodo. Por supuesto, la respuesta del motor lo hace extremadamente ágil para desempeñarse en el tránsito urbano, pero también contribuyen en este punto la dirección de asistencia eléctrica (nos gustaría que fuera un poquito más dura en la ruta) y las suspensiones, trenes de rodaje que si bien fueron ajustados para las pretensiones deportivas, son más firmes que en el 208 “normal” pero no atentan contra el confort ciudadano. Sin embargo, hay un punto en el cual la ciudad se mues-
tra como un espacio conflictivo para este modelo: el consumo. Según nuestras mediciones, el rendimiento urbano fue de 8,1 km/l, una marca elevada que es compensada por el adecuado gasto en ruta que ayuda a lograr un promedio de 11,8 km/l. Es que la caja (con selectora de diseño llamativo) está relacionada de manera tal que la sexta funciona como una sobremarcha que logra contener el consumo en la ruta.
Los frenos también fueron modificados en función de la potencia. Para este modelo los ingenieros brasileños eligieron utilizar discos también en las ruedas traseras, sistema que, asociado con un ABS de excelente respuesta, logra distancias de frenado muy buenas. Por ejemplo, para detenerse por completo desde 120 km/h recorrió 60,1 metros sin perder la línea.
La diferencia
El Peugeot 208 GT se vende en nuestro país por 405.600 pesos, valor muy elevado para un modelo de su tipo. El rival más directo, el Renault Sandero RS, vale 302.700 pesos, y si bien dispone de motor menos potente (145 CV) y ofrece un comportamiento más áspero para la ciudad, en términos de respuesta deportiva es tan divertido de manejar como el modelo del león. Además, el del rombo agrega un ESP configura- ble que permite al piloto elegir entre tres modos de conducción, ausente en el 208 GT.
También podemos considerar que por montos similares a los del 208 GT se puede acceder a modelos de Julior categoría, por ejemplo, un Toyota Corolla 1.8 SE-G (407.100 pesos) e incluso a un Peugeot 408 1.6 THP Allure Plus (404.400 pesos) que emplea el mismo motor.
Queda claro que ninguno de estos ejemplos se acerca siquiera un poco al espíritu del 208 GT; ya se sabe: marcar la diferencia tiene su precio..