Siempre con la mejor carga
La batería es un elemento esencial para el buen funcionamiento del sistema eléctrico en un vehículo y, en concreto del sistema Start&Stop (arranque y parada), que se aplica en los microhíbridos. Con este sistema cuando el automóvil para en un semáforo, po
El sistema Start&Stop fue concebido para ahorrar combustible en situaciones en que no se necesita que el motor esté en marcha. Cuando el automóvil tiene este sistema automático (que, sin embargo, en algunos casos, el conductor puede desconectar), la batería está sometida a grandes esfuerzos eléctricos con arranques tan repetidos en poco tiempo. Los automóviles que traen el sistema mencionado se denominan “microhíbridos”, porque son capaces de recuperar algo de la energía que se pierde durante el frenado. Además, suelen disponer de un alternador-motor de arranque combinados, un “Dynastart”, que prescinde del motor de arranque convencional. El arranque se hace por correa desde la polea del cigüeñal. Es decir que la correa hace mover el cigüeñal para que arranque el motor, convirtiendo al mecanismo en un motor eléctrico, que luego del arranque conmuta a la función de alternador, es decir un generador de corriente.
AGM y gel
La tecnología de la batería que se utiliza para los vehículos microhíbridos es distinta de las baterías convencionales. Una batería convencional (suele ser de plomo-ácido) no podría soportar estos esfuerzos durante mucho tiempo, ya que está diseñada para entregar una alta intensidad durante el arranque pero no da buen resultado cuando se descarga más del 35 por ciento, perdiendo capacidad, ciclo a ciclo, por lo que empezaría a sulfatarse y degradarse. En el mercado hay baterías pensadas para descargarse hasta un 60 por ciento en numerosos ciclos de detenciones y nuevos arranques sin apenas perder capacidad. Estas baterías se denominan AGM en inglés (por batería con rejillas de fibras de vidrio absorbentes). En las baterías de tecnología de fibra de vidrio absorbente, al agregar el electrolito líquido en su ensamblaje, se absorbe por capilaridad en una rejilla de fibra de vidrio situada entre las placas. Consigue un uso más eficiente del volumen de las celdas y triplica la capacidad de arranque en frío, con lo que resulta más adecuada para suministrar corrientes muy elevadas durante periodos cortos (arranques repetitivos). Gracias a su avanzada tecnología, esta batería es más liviana y eficiente, alberga una gran fuerza y puede llegar a cuadruplicar la durabilidad cíclica de
una batería con tecnología convencional. Este tipo de baterías están totalmente selladas, aunque llevan una válvula de seguridad, son totalmente herméticas y no necesitan mantenimiento. También incluyen un control de ventilación. También debemos señalar que hay baterías especiales de gel para los sistemas Start-Stop y que operan de manera diferente a las AGM. Dan muy buenos resultados y son muy resistentes a las descargas de alta intensidad. Aquí el electrolito no es líquido sino que forma un gel especial. Estas baterías son antiderrame, no sufren procesos de evaporación y también muy resistentes. Su vida útil se extiende por bastantes años si se les da un empleo normal y se las cuida debidamente. Lo último en baterías para automóviles son las de iones de litio(Li-ión) que ya se aplican en algunos modelos de autos deportivos con tensión de 12 voltios y hasta se ha concebido una para los futuros sistemas eléctricos de los
automóviles que trabajarán con 48 voltios. Operan de manera enteramente distinta a las hasta ahora descritas.
El mantenimiento
Aunque las baterías AGM y de gel no necesitan un mantenimiento periódico, sí es necesario controlar de vez en cuando su correcta instalación, es decir que esté firmemente sujeta en su alojamiento, y también se deben verificar los terminales eléctricos y sus cables. En este caso, los terminales de los cables deben estar conectados a los bornes de la batería de manera que no puedan desprenderse al tirar de ellos con las manos. También es preciso controlar el estado de los cables. Si presentan signos de cortes, rayaduras o quemaduras en su aislación (la vaina protectora) deben ser reemplazados cuanto antes. Ahora bien, pudiera ocurrir que el alternador o su regulador de voltaje electrónico fallen y envíe un exceso de corriente a la batería, lo que podría provocar una sobrecarga tal que literalmente la haría estallar. Afortunadamente estos son casos raros porque antes de que ello ocurra hay válvulas de seguridad y dispositivos eléctricos y electrónicos de seguridad que cortan el paso de la corriente a la batería cuando la intensidad se torna peligrosa. En dicho caso se enciende la luz de advertencia en el tablero de instrumentos y hay que acudir a un concesionario o taller de electricidad del automóvil de confianza para solucionar el problema. A veces es necesario cambiar elementos del alternador y en otros casos se reemplaza el regulador de voltaje. Si notamos derrames de electrolito en la batería ello señala una sobrecarga intensa y debemos de inmediato detener el motor y alejarnos de la batería, cerrando el capó y llamando a un auxilio mecánico. Una batería sobrecargada es muy peligrosa y puede causar serias o mortales heridas a las personas que están cerca de ellas. No intentar bajo ninguna circunstancia echarles agua o aplicar los matafuegos, a no ser que notemos que comienza un fuego en la misma, algo muy infrecuente pero que a veces ha sucedido, principalmente porque se ha producido un intenso e imparable cortocircuito en la instalación eléctrica del automóvil.