Las motos son parte del tránsito
En los accidentes los motociclistas son los que suelen salir más perjudicados. Para evitarlo, quienes manejan motos deben duplicar las precauciones.
En los últimos tiempos, lamentablemente estamos teniendo con mucha frecuencia noticias sobre accidentes viales que causan víctimas de distinta magnitud en el ámbito de nuestras ciudades.
Nuestro tránsito se está caracterizando por ser desordenado y peligroso, ya que se va extendiendo culturalmente un estilo agresivo y de poco cuidado hacia los demás que suele ser el origen de la mayoría de los accidentes.
Dentro de esos conceptos es probable que se expliquen gran parte de las situaciones que involucran a los motociclistas, que actualmente han aumentado en gran número dentro del parque vehículos.
Y esta es una realidad que todos debemos enfrentar ya que es un proceso inevitable que se va produciendo en las grandes ciudades a consecuencia de la falta de espacios para que circulen la cantidad de automóviles que necesitarían rodar por las mismas.
Muchas personas, entonces, optan por utilizar la moto como medio de transporte para poder realizar su trabajo, o simplemente para agilizar sus tiempos de viaje.
Pero esto produce situaciones nuevas en el tránsito a las cuales todos deberían adaptarse:
Es que por su tamaño, las motos realizan maniobras y circulan por lugares que pueden sorprender al conductor desprevenido, que generalmente no las tiene en cuenta. Los ejemplos son cuando las motos se desplazan entre carriles para ir avanzando a través del tránsito que se desplaza lentamente, o también por las banquinas o espacios por donde se pueda avanzar.
Este es uno de los aspectos que suele originar muchos conflictos por las lógicas implicancias que tiene en cuanto a la seguridad, ya que en algunos casos se producen accidentes de importancia por la diferencia de velocidad de circulación entre las motos y los autos en esos momentos.
Es un tema difícil de resolver, porque hay una gran discrepancia entre lo que establecen las reglamentaciones y el modo “rápido” de circular, que es uno de los principales motivos por los cuales la gente utiliza motocicletas.
En casi todos los países las leyes indican que los motociclistas deben avanzar utilizando un carril completo y respetando todas las señalizaciones de tránsito aplicables a los automóviles, como, por ejemplo, la velocidad y el sentido de circulación, los semáforos, las prioridades de paso, las líneas demarcatorias, los procedimientos de sobrepaso o cambio de carril, etc. Por lo general, en los países más avanzados en cuanto a la seguridad en el tránsito, es factible comprobar el cumplimiento de esas normas tanto en las rutas como en las ciudades.
Pero también es cierto que en muchos otros lugares, como por ejemplo la mayoría de los países sudamericanos, es posible ver que mayormente los motociclistas entienden el uso de su vehículo de manera tal que les permita aprovechar la mayor agilidad de circulación que el mismo les otorga.
Se produce entonces una situación que, si bien no es nueva, resulta interesante mencionarla ya que está aumentando mucho en proporción.
Es cierto también que, por el lado de los automovilistas, a muchos no les resulta cómodo que un motociclista pretenda usar todo el ancho de un carril para su desplazamiento, como realmente debería hacer. Y también puede verse que son muy pocos los motociclistas que circulan acompañando el tránsito de los automóviles manteniéndose en el que seria su espacio correspondiente.
Por lo tanto, ante esta realidad, es necesario que todas las partes se habitúen a las condiciones que se están planteando para disminuir la posibilidad de que se produzcan tantos accidentes.
Los conductores de automóviles tienen que controlar con mas frecuencia toda la información que le brindan sus espejos retrovisores y evitar de iniciar a efectuar una maniobra que modifique su desplazamiento sin estar seguros de que podrán hacerlo.
También es indispensable prestar más atención en intersecciones, semáforos y adelantamientos.
Hay que tener en cuenta el menor tamaño de las motos y la agilidad de