El reglamento de 2017 ilusiona
Faltan seis carreras para que termine la actual temporada de Fórmula 1 y sólo las matemáticas no definen a los ganadores de los campeonatos de pilotos y constructores. El año que viene habrá cambios interesantes.
Estamos llegando a los últimos capítulos de este largo Campeonato Mundial de Fórmula 1. Ya se han corrido 15 competencias, pero todavía faltan 6, que se disputarán en apenas dos meses utilizando circuitos de distintos continentes. Es un tema al que normalmente no se le presta atención, pero que es una de las mayores preocupaciones para los equipos.
Resolver los problemas de logística que plantea el hecho de atender pruebas y competencias que se disputan en países tan alejados entre sí y con fechas tan cercanas, representa para todos uno de los mayores problemas a resolver cuando planean sus actividades.
Los equipos tienen que crear organizaciones internas con gran demanda de recursos técnicos y personal para poder resolverlo. Es notable ver cómo en este aspecto también se genera otra competencia de imagen y eficiencia para hacerlo mejor que los demás, aunque les demande presupuestos que aumentan considerablemente el monto para participar en las carreras.
Es un tema realmente interesante de analizar, ya que se fue produciendo a lo largo de los años acompañando el crecimiento de la categoría y que, además, fue abriendo el camino para que se intentaran utilizar conceptos similares en el resto del automovilismo mundial.
Pero volviendo a las competencias, podemos analizar lo que vino ocurriendo en este tercer y último año de vigencia del presente reglamento técnico.
La situación no ha variado mucho en cuanto al amplio dominio del equipo Mercedes-Benz por sobre sus rivales, lo cual se reflejará, seguramente con la obtención del tercer titulo consecutivo en el Campeonato de Constructores.
También a esta altura, y más allá de lo que digan las matemáticas, sólo falta que se defina cuál de sus pilotos será el próximo Campeón Mundial. Solo queda vigente la lucha por definir quiénes serán “los primeros del segundo grupo” como se candidatean Ferrari y Red Bull, tanto en constructores como en pilotos. que son, junto con alguno que otro, dos equipos que han conseguido avances importantes.
En las competencias, como siempre, al paso de los meses los técnicos de todas las escuderías van consiguiendo mejorar los rendimientos en los distintos elementos que el reglamento les plantea.
Pero evidentemente los alemanes de Mercedes también lo lograron y mantienen su liderazgo con solvencia. Prueba de ello es que los tiempos de vuelta, en general, siguen bajando con respecto a lo que se establecía en el 2014.
También se nota que los autos circulan más rápido durante mayor cantidad de vueltas, y con rendimientos más parejos cuando luchan por algunas posiciones.
Aunque sigue haciendo falta poder ver esas competencias donde autos y pilotos circulen al máximo de su rendimiento para conseguir los resultados. En ese sentido, fueron notables la de- claraciones que hicieron algunos de los protagonistas después de la carrera de Singapur porque, tal vez sin darse cuenta, volvieron a exponer este problema que afecta a la categoría.
Por ejemplo, mientras exhibía su particular sonrisa desde que bajó del auto, Daniel Ricciardo manifestó que a pesar de no haber ganado estaba feliz porque había podido correr la última parte de la competencia con indicación para “acelerar” e intentar alcanzar a Rosberg.
Y más esclarecedor de la situación resultó el comentario de Toto Wolff, el director del equipo Mercedes, cuando después de la competencia reconoció que habían tenido que variar la estrategia de carrera prevista para Rosberg, porque cuando Ricciardo volvió a pista después de su última parada, bajó sorpresivamente su tiempo de vuelta en ¡tres segundos y medio!
Además, luego se vio que durante muchas vueltas le descontaba más de dos segundos por vuelta al puntero que, según se dijo, venia circulando más despacio para cuidar las cubiertas con el fin de que llegaran hasta el final.
Las expresiones de Ricciardo hicieron recordar los gestos y declaraciones inversos que hizo Kimi Raikkonen cuando llegó segundo, detrás de Max Verstappen, el día que el holandés concretó su debut triunfal en España. Al contrario del australiano, Kimi llegó a decir, entre palabras, que más allá de no haber ganado, lo que más lamentaba había sido que no había podido acelerar para intentar luchar por la victoria.