TALENTO A FLOR DE PIEL
El Dakar está considerado como el más exigente rally raid del mundo, y la edición 2017 volvió a la Argentina por octavo año consecutivo. La prueba de resistencia y durabilidad, como así también de valores y respeto compartió escenario con Paraguay, iniciando la competencia en Asunción el 2 enero pasado, y Bolivia, durante más 9.000 kilómetros de recorrido neto, a través de doce etapas.
El mayor escollo fue el climático: participantes y colaboradores debieron afrontar duras jornadas con tormentas y malos pronósticos, que llegaron inclu- so a tener que cancelar por completo tramos de velocidad. Por este motivo no se llegó a los cuatro mil kilómetros de recorrido de velocidad previstos, detalle que le quitó algo de emoción y dureza a la prueba.
Con una largada compuesta por 316 vehículos (con 419 participantes entre pilotos y navegantes) y a pesar de las cancelaciones de algunos tramos, gran parte de los conductores coincidieron con que esta edición fue una de las más peligrosas, aunque por suerte no hubo que lamentar accidentes graves. Entre los argentinos mejores clasificados hubo buenas tareas de Pablo Co-
petti, tercero en cuatriciclos, y Federico Villagra, cuarto en camiones. También en motos fue loable la tarea de Franco Caimi, rider del equipo Honda South America Rally Team, realizando una buena tarea tras culminar en la octava posición, mientras que Orly Terranova lo hizo en el sexto lugar en autos.
DOMINADORES
Los destacados durante la edición de este año fueron los Peugeot oficiales, esta vez con la evolución del 2008 DKR de 2016. En esta nueva edición, el rebautizado como 3008 DKR tras adoptar algunas claves estilísticas del nuevo SUV de la mar-
ca, fue sólido e inalcanzable sobre cualquier tipo de terreno, a pesar de la disminución del diámetro de la brida de admisión en los motores turbodiésel reglamentada para 2017. Para subsanar parte de esa merma de potencia, Peugeot trabajó para que el impulsor HDI desarrolle mayor entrega a bajas vueltas.
Sin embargo en este dominio aplastante fue fundamental la labor de los pilotos, en primer lugar con un ícono como Stéphane Peterhansel, hombre récord de la especialidad, que obtuvo el mejor tiempo general a base de un intachable ritmo en cada una de las etapas, ganando solo tres de ellas.
El podio lo completaron Sebastien Loeb, cada vez más rápido en este tipo de carreras, y otro de los pilotos de innegable talento como Cyril Despres, todos a bordo del auto francés. Carlos Sainz, el cuarto integran- te de Peugeot, debió abandonar tras un impresionante vuelco, por suerte sin consecuencias.
Entre tanta supremacía de este grupo hay que recalcar la noble tarea de Nani Roma y Giniel De Villiers al mando de las Toyota Hilux, cuarto y quinto respectivamente, que completaron una competencia exigente y al límite. Otros de buena tarea previa debieron abandonar, como Mikko Hirvonen, que marchando en la cuarta posición se salió del camino con el Mini. Estos fueron los que pudieron ganarle, durante algunos tramos, a los Peugeot, pero quedó claro que para hacerlo debían arriesgar más de la cuenta, lo que aumenta las chances de despistes y quedar fuera de la prueba. Por ese motivo, el ritmo y la persistencia son los aliados fundamentales del Dakar, uno de sus sellos distintivos.