VEHÍCULOS AUTÓNOMOS
Este año parece el de las grandes novedades sobre vehículos que se manejan solos. Muchas marcas se vuelcan hacia ellos, pero los progresos no trazan un camino certero hasta 2020. ¿Está nuestro país en ese recorrido?
¿Argentina está preparada?
La legendaria canción dice que el futuro llegó hace rato. Hace 50 años, muchos imaginaban al siglo 21 con autos voladores, viajes a Marte y robots que asistían a los humanos, acaso destinados a una vida de comodidad absoluta. Pasada casi una quinta parte de esta centuria, los vehículos no vuelan, pero están muy cerca de compartir una arista de aquellas predicciones: prescindir de la conducción humana.
Ansiados durante décadas, los autos autónomos (una redundancia necesaria para hablar de la reinvención de este transporte) parecen alejarse cada vez más de la utopía. Casi todas las marcas experimentan con ellos y buscan posicionarse en el mercado, a fin de ser la pionera en cubrir esta carencia, o tal vez crearla.
Es verdad que un vehículo que se maneja solo reduciría accidentes, calmaría el stress citadino, generaría menos víctimas y un sinfín de etcéteras, pero hasta el momento los usuarios no lo ven como algo imprescindible. ¿Desconocimiento o falta de necesidad?
Primero, lo esencial. El vehículo autónomo es aquel que se conduce sin la acción de una persona, aunque, según su nivel (ver infografía), carecerá o no de intervención humana. Y podrá prescindir de las manos de un piloto gracias a un complejo sistema de cámaras que filman las señales, radares que detectan todo lo que se mueve y el LIDAR, un sistema de radar láser que “dibuja” todo el entorno del auto a cien metros alrededor para anticipar el recorrido.
Además, las redes móviles son sumamente importantes. El GPS será el encargado de indicarle el recorrido, mientras que la conexión a internet lo mantendrá en contacto con otros vehículos o dispositivos. En cuanto a la mecánica, podrán ser tradicionales o eléctricos, pero no variarán demasiado de los actuales.
En suma, así funcionarían todos
Los autónomos se concibieron hace casi cien años, pero recién en los 80 empezaron las pruebas firmes. Fueron claves los desarrollos militares.
los autónomos, aunque cada empresa no tiene definido si creará o comercializará vehículos completos o sólo software. Y en estos tiempos de hiperconectividad, celulares y dispositivos, no es casual que uno de los nombres más importantes en esta industria emergente sea el de Google. Su madre nodriza creó una compañía destinada únicamente al desarrollo de autos sin conducción humana.
Así arranca
En octubre de 2015 Waymo fue la primera en probar un rodado de estas características en una calle real. Circuló por Austin, Texas, Estados Unidos. Así como en ese país las pruebas avanzan a pasos agigantados, el contacto con su filial en Argentina demostró que la llegada de esta tecnología a estas pampas no está cerca incluso de aparecer en el horizonte. Suena
lógico ya que ni siquiera hay una fecha próxima a nivel global.
En la misma línea se orienta Uber (desarrolla soft y hardware junto a Volvo), la empresa de servicios alternativos de transporte. “Estamos contentos de contar con los primeros autónomos circulando en las calles de Pittsburgh. Es un gran avance. Claro que aún no podemos predecir exactamente qué traerá el futuro”, dicen sus voceros en Argentina.
La empresa que busca conectar pasajeros con choferes particulares aclaró que “los Uber autónomos que se encuentran circulando cuen- tan con un conductor de seguridad en el asiento delantero porque requieren intervención humana en múltiples situaciones”. La visión de esta compañía es que cuando este tipo de manejo esté finalmente instalado, habrá un mix de autos con y sin pilotos; además, sostiene que los autónomos no atentarán contra el desarrollo de puestos de trabajo: “Estarán en las calles 24 horas, y eso significa mucho más mantenimiento humano”.
¿Para cuándo?
La danza de números deja al descubierto 2017, 2018 y así suce- sivamente, aunque el umbral para ver rodando estos vehículos se vislumbra de acá a tres o cuatro años. Entonces, su arribo a la Argentina podría demandar todavía un tiempo más prolongado; actualmente ni siquiera son tenidos en cuenta. “El INTI (N de R: Instituto Nacional de Tecnología Industrial, ente encargado de homologar los vehículos para que puedan circular) no los evalúa porque al tratarse de una tecnología tan incipiente, no existen en el país norma ni legislación de referencia. La homologación de tales vehículos deberá ser tratada oportunamente por las autoridades de aplicación, la Secretaría de Industria y el Área de Transporte de la Nación”, comentaron desde el organismo a Parabrisas. Además, desde la Secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires insistieron en que no hay pedidos de permisos para pruebas, pero se mostraron abiertos.
Por otra parte, tenemos que considerar que tampoco hay una infraestructura vial preparada para recibir a este tipo de unidades y que todavía falta un largo camino para que los conductores argentinos estén preparados para esta nueva tecnología, no solo para su uso, sino tabién desde el punto de vista del respeto por las normas.
Por el momento, muchas marcas se disputan el trono y no hay una clara ventaja, mucho menos de quién será la primera en masificar estos productos. Lo importante es que las pruebas avanzan, no sin un costo: Google y Tesla (pionera en propulsión eléctrica) son dos de las que sufrieron las consecuen- cias al protagonizar accidentes severos. Incluso la de movilidad alternativa participó en un choque mortal por el que fue exonerada recientemente ya que se culpó al sistema, entonces en testeo y ya en comercialización.
Los autónomos llegaron para quedarse. Una prueba cabal son las Roborace, nueva disciplina de carreras con vehículos no tripulados. El DevBot fue el primer prototipo presentado y acompañará a la Fórmula E esta temporada. Los ensayos no son nuevos: Audi probó en Alemania el RS7 sin piloto a más de 240 km/h. Con o sin conductor, viajamos al futuro a mucha velocidad.